La crisis eléctrica en el estado Mérida persiste luego del apagón nacional de 2019 que cubrió de oscuridad por seis días a gran parte del país. De hecho, en la región andina los problemas eléctricos datan de por los menos siete años atrás, si contamos los cortes de energía desde 2014.
Tras pasar la grave falla a nivel nacional, la localidad registra permanentes interrupciones del fluido eléctrico que van desde cortes prolongados de cuatro, seis, ocho, doce y hasta 31 horas seguidas hasta fluctuaciones de corriente, o “los llamados bajones de luz”, los cuales dañan los aparatos y equipos electrodomésticos.
Durante estos últimos dos años, la Corporación Eléctrica Nacional implementó el denominado Plan de Administración de Cargas (PAC), una propuesta que consiste en colocar horarios determinados de suspensión del servicio eléctrico. Este plan contó con variantes de toda índole al punto de establecer zonas priorizadas, las cuales no sufrirían cortes y bloques programados que saldrían del Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
El PAC no logró su cometido ya que los horarios y tiempos de cortes de energía eléctrica no se cumplieron. Así lo demostró en su balance mensual la organización no gubernamental Promoción, Educación, Defensa en Derechos Humanos (Promedehum), que en su reporte “Mérida se apaga”, relató la problemática de apagones y fallas del servicio.
Para finales del año pasado, surgió un comportamiento poco habitual a lo registrado entre 2019 y parte del 2020. Entre finales de noviembre y todo diciembre se reportaron zonas con suministro de energía entre un día y medio y hasta dos días continuos. Los cortes, la mayoría de las veces durante la noche, fueron de menos de seis horas, máximo cuatro horas; asimismo, las fluctuaciones disminuyeron hasta reportarse solo una por día cada dos o tres días.
Volvieron los cortes a Mérida
Luego de varias semanas de relativa normalidad, al comenzar el año nuevo, volvieron los cortes prolongados del servicio eléctrico así como las fluctuaciones de voltaje en el estado Mérida.
Promedehum, en uno de sus reportes publicados, señaló que los cortes de electricidad aumentaron 54%. Agregaron que además se registraron cortes que fueron desde los 5 minutos hasta más de 31 horas continúas sin luz en algunos sectores.
Esto, a pesar del anuncio de Jehyson Guzmán, diputado ante la Asamblea Nacional y Protector político del estado Mérida designado por el presidente Nicolás Maduro, en el que se aseguraba que el gobierno nacional realiza acciones para solventar las fallas en el fluido eléctrico.
Entre las que destacan fortalecer el sistema de generación en la represa Santo Domingo así como en la planta termoeléctrica Don Luis Zambrano. Sobre ésta última se informó la colocación de una nueva turbina, proceso que se llevará 90 días debido a que hay reemplazar el aparto averiado.
Para febrero de 2021, las fallas del sistema son permanentes, los cortes de energía eléctrica se incrementaron hasta dos veces por día, incluso hasta en tres ocasiones; el tiempo sin conexión varía pero se puede pasar de entre tres y hasta seis horas en una tanta sin luz para luego registrar otro corte que puede ser de tres a cinco horas continuas sin fluido eléctrico.
Derechos humanos vulnerados
En el febrero del año 2020, el Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad de Los Andes (ODH-ULA), con el apoyo de distintas organizaciones de la sociedad civil de Mérida, envió un documento al defensor del pueblo del estado, José Rafael Bastos, donde le solicitan su intersección ante la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) para exigir la prestación eficiente del servicio eléctrico en la entidad.
El ODH-ULA ha registrado cortes del servicio eléctrico en los 23 municipios del estado Mérida y al menos seis apagones generales en lo que va de febrero, los cuales han afectado también a otras entidades del occidente del país, como Táchira, Trujillo, Barinas, Alto Apure y Sur del Lago.
En el documento entregado al defensor del pueblo, el ODH-ULA da cuenta del progresivo deterioro del servicio eléctrico en la entidad desde el pasado 22 de febrero de 2018, cuando 12 estados del suroccidente del país quedaron a oscuras por varias horas.
Desde entonces, la crisis eléctrica se ha agravado a tal punto que el 7 de marzo de 2019, día del primer gran apagón nacional, varios sectores de Mérida sumaron más de 110 horas continuas sin luz. En lo que va de 2021 los cortes de electricidad en el estado han sido casi diarios, algunos con una duración de más de 26 horas continuas.
En el documento, la ODH-ULA recuerda que el derecho a disponer de bienes y servicios de calidad está consagrado en el artículo 117 de la Constitución nacional, cuyo cumplimiento ha sido violado por la empresa estatal Corpoelec, trayendo como consecuencia la afectación de otros servicios básicos que dependen de la energía eléctrica para funcionar, como el agua potable, las telecomunicaciones y el servicio de internet.