Optometristas en el casco central de Maturín solicitan que se les proporcione un permiso para laborar con normalidad durante la semana radical y así evitar complicaciones con las autoridades.
Afirman que su trabajo en las ópticas también debería ser incluido entre los sectores priorizados ya que a su parecer la asistencia que prestan a aquellos con problemas visuales es un servicio sanitario de suma importancia del cual se benefician doctores, bomberos, policías, además de otros funcionarios y ciudadanos.
Carolina Salinas expresó que al verse limitados durante la semana radical por la restricción de horarios, han tenido varias urgencias con respecto a sus clientes, debido a que muchos viven en zonas foráneas y les cuesta trasladarse al centro de la ciudad; de esta manera los optometristas tiene que llegar a un acuerdo con los pacientes para hacer entregas de lentes aunque los locales estén cerrados.
«Somos material óptico, hay personas que no ven sin sus lentes y no podemos dejarlos esperando una o dos semanas», acotó Salinas.
Por su parte, Maybel Valencia expresó que más de una vez al tener el negocio abierto fuera del «horario legal» los funcionarios los han obligado a cerrar sus puertas, por lo que durante la semana radical deben trabajar de manera interna sólo haciendo montajes y fórmulas.
«Nuestro rubro es algo delicado y debería pertenecer al sector salud; nosotros tenemos que solventar cuando a los médicos, los policías, los bomberos se le dañan los lentes, y no nos dan un permiso para trabajar lo que lo complica todo», puntualizó.