Una fuerte tormenta registrada en la madrugada del jueves 18 de abril de 2024 en Guasdualito, capital del municipio Páez del estado Apure, derribó la torre de transmisión de Radio Fe y Alegría 620 AM ubicada en el sector Mereicito.
Tras 32 años acompañando a las comunidades con información, educación, cultura y la “buena nueva” de Dios, a través de sus contenidos de evangelización, un gran silencio se apoderó de la primera emisora en Amplitud Modulada de la zona.
Desde las 4:00 de la mañana, campesinos y productores comenzaban su jornada al ritmo de Cantares del llano adentro, un programa musical que también funcionaba como vitrina para los artistas de la zona fronteriza.
“La radio ya no estaba allí para acompañar esas faenas de ordeño y tampoco nuestras ondas cruzaban la frontera”, lamenta Juan Carlos Rosales, director de la estación.
Los oyentes buscaron respuestas
Rosales recordó que los oyentes no supieron lo que había ocurrido, ya que, de un momento a otro, dejaron de escuchar la programación que los entretenía desde tempranas horas, por lo que comenzaron a acercarse a la sede en busca de respuestas.
“Pensaron en un primer momento que era alguna falla eléctrica, algún tipo de falla técnica del transmisor, pero conforme pasaron los días, comenzó la preocupación y desde las comunidades rurales enviaron un emisario a preguntar qué pasaba con la radio”, relató.
Comunidades de los municipios Páez, Rómulo Gallegos y Muñoz, zonas rurales y del estado Barinas —donde el acceso a internet suele ser limitado— así como del departamento de Arauca en Colombia quedaron aún más aisladas ya que la radio, al ser totalmente gratuita, era su principal medio de acceso a la información.
A medida en que los ciudadanos se iban enterando de lo sucedido, comenzaron a ofrecer ayuda y recursos para agilizar la reconstrucción de la torre de transmisión y restablecer su señal lo antes posible.
“Nos decían: estamos dispuestos a colaborar, ¿Qué hacemos? ¿Cómo lo hacemos? Queremos que Fe y Alegría Guasdualito 620 AM vuelva al aire pronto”, comentó el director de la emisora.
Algunos radioescuchas incluso han preguntado si van a “dejar morir” a la estación e insisten en rescatarla porque la consideran un patrimonio del Alto Apure.
La pregunta más frecuente es: “¿Cuándo vuelve la señal?”.
“La gente dona desde lo que tiene”
El equipo técnico de la emisora evaluó los daños y elaboró un plan para recuperar la torre de 160 metros que luego presentó ante diversas instancias. Sin embargo, hasta ahora no se ha concretado ningún tipo de apoyo, ni por parte de actores gubernamentales ni del sector privado.
Ante esta situación, el 22 de abril de este año nació la campaña Juntos restauramos la voz de la comunidad con el objetivo de sensibilizar a la población y lograr reunir fondos por medio de donaciones.
Una de las principales fuentes de financiamiento fue la Gran Rifa de Fe y Alegría 2025, cuyos fondos, en el caso de la oficina Guasdualito, se destinaron específicamente a esta causa.
Asimismo, se celebrará una subasta comunitaria el próximo 19 de julio en la sede de la emisora con artículos donados por los propios habitantes del Alto Apure.
“Estamos visitando cada una de las unidades de producción, fincas y hatos en el territorio del Alto Apure para explicarle a la gente, presentar la propuesta y que juntos restauremos a esa Radio Fe y Alegría que todo el mundo añora”, expresó Juan Carlos Rosales.
Ese mismo día, en paralelo a la subasta, habrá una jornada musical denominada Un canto a Fe y Alegría con la participación de artistas locales y algunos invitados que interpretarán música llanera y merengue para convocar a quienes están dentro y fuera del país a colaborar con lo que puedan.
Respecto a la rifa, lograron vender más de 500 tickets y, según Rosales, la campaña ha tenido buena acogida en cada comunidad visitada. “La gente ya sabe que andamos en este trabajo”, manifestó.
“Ha sido muy grato este proceso, porque la gente dona desde lo que tiene: una gallina, un pato, un bolívar… lo que está a su alcance”, agregó.
Cada aporte cuenta
Juan Carlos Rosales considera que este suceso fortaleció la conexión del equipo y su vínculo con la comunidad, porque todos enfocan sus esfuerzos en recuperar la señal de la emisora.
Agradeció la receptividad de la población e hizo un llamado a seguir respaldando todas las iniciativas que se están promoviendo para alcanzar la meta de 15.000 dólares necesarios para levantar la torre.
“Fe y Alegría es ese sueño materializado del desarrollo que se quiere para el Alto Apure. Es una emisora que une, que conecta, que acompaña y queremos decirle a la gente: aquí estamos, luchando para volver, para que nuestra señal se propague por estas llanuras con toda nuestra programación (…) Cada aporte cuenta”, declaró.
Un medio de identidad territorial y soberanía
Según Rosales, Radio Fe y Alegría Guasdualito 620 AM cumple un rol informativo, educativo a través de programas como Radiotubers, La escuela en la radio y Vacaciones con Fe y Alegría; y religioso al formar parte de la Diócesis de la dicha ciudad.
A esto se suma, como se mencionó anteriormente, su aporte a la cultura llanera y a la proyección de artistas de la región, consolidándola como un medio de identidad territorial y soberanía comunicacional.
“En este momento que no está Fe y Alegría, algunas emisoras de Colombia entran en este territorio con su mensaje, con su cultura y con sus himnos. Nosotros apoyamos la interculturalidad, pero hoy nuestro mensaje está ausente”, dijo.
Puntualizó que la emisora llegó en tiempos donde muchas personas solo conocían el himno de Colombia y fue Radio Fe y Alegría la que les enseñó a cantar el himno nacional venezolano.
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