A seis días del aluvión ocasionado por el desbordamiento del río El Limón, casi 500 familias lo perdieron todo y los vecinos siguen con miedo.
El pasado 9 de septiembre colapsó todo, otra vez. Se repitió la misma historia de hace 33 años cuando las prolongadas lluvias provocaron el desbordamiento del río El Limón, en el municipio Mario Briceño Iragorry.
A casi una semana de este segundo episodio, los habitantes de las comunidades La Ceiba, Corral de Piedras, El Piñal, Caja de Agua, El Progreso, Arias Blanco y La Candelaria siguen sacando barro y viendo qué pueden salvar de sus hogares.
De acuerdo con la periodista Gregoria Díaz, el censo preliminar arrojó el saldo de 35 calles tapiadas y destruidas, 485 familias y 334 viviendas afectadas en todo el municipio. De estas casas, 35 ya fueron declaradas pérdida total.
Díaz es corresponsal en el estado Aragua del medio Crónica Uno y explicó a Radio Fe y Alegría Noticias que, según la alcaldía, solo en La Candelaria, el sector más golpeado por lo ocurrido, hay 209 familias y 146 viviendas afectadas.
Las viviendas declaradas como pérdida total están ubicadas en la parte alta de El Limón.
Las autoridades regionales dispusieron de maquinarias y personal para abrir el acceso hacia la avenida Universidad, la principal de El Limón que condice hacia la carretera de Ocumare de la Costa que también se vio afectada por deslizamientos de piedras y lodo.
Mientras tanto, en estas zonas sigue lloviendo casi todas las tardes, lo que retrasa los trabajos de remoción de escombros y mantiene en zozobra a los vecinos.
Voluntarios denuncian decomiso de donaciones
Desde que se produjo este nuevo desbordamiento del río, grupos de voluntarios comenzaron a distribuir ayuda que requieren los damnificados, fundamentalmente agua potable.
La periodista Gregoria Díaz explicó que el río El Limón destruyó una importante red de aducciones y tuberías que dejó a más de 25 mil familias del municipio sin el servicio.
De allí que el agua sea el bien más preciado, además de comida, ropa, colchones y enseres pues lo perdieron todo.
Sin embargo, agregó Díaz, han llegado muchas denuncias que aseguran que los cuerpos policiales y militares, además de restringir el acceso hacia El Limón y La Candelaria, retienen los vehículos y decomisan parte de las donaciones.
«Esto originó una protesta en la entrada de La Candelaria protagonizada por los propios vecinos quienes reprocharon la actuación de la Policía de Aragua al impedir la llegada de la ayuda», indicó.
Muchos de estos voluntarios viajan en moto y en bicicletas para poder movilizarse ante la escasez de combustible en la entidad.
Los vecinos reclaman que haya más planificación pues aseguran que aún no se ha hecho un censo formal para saber los daños específicos, dijo Gregoria Díaz.
La periodista en la entidad señaló que los vecinos tampoco tienen información sobre la manera en el que el gobierno nacional, a través de la gobernación de Aragua, facilitarán recursos, tal y como lo anunció la semana pasada el presidente Nicolás Maduro, para acceder a créditos que les permitan sobreponerse a las pérdidas que sufrieron.
Son casi 500 familias que lo perdieron todo en El Limón y hoy miran con temor el recuerdo de lo vivido 33 años atrás.