La paz esquiva en medio mundo: En Asia, en Europa, África, en América y en Oceanía hay, al menos, un conflicto que afecta la vida de la ciudadanía. ¿Qué pasa en el mundo de hoy?, ¿es una locura hablar de paz?
Eduardo Soto es jesuita, director de Investigación y Postgrado de la Universidad Católica del Táchira, doctor en Paz y Conflicto Social de la Universidad de Manitoba en Canadá y durante el programa De Primera Mano que transmite Radio Fe y Alegría Noticias reflexionó sobre la posibilidad y la necesidad de paz en medio de los múltiples conflictos que azotan al mundo.
Todos anhelamos la paz y pocos quieren la guerra
En líneas generales, para el padre Soto, los conflictos son el resultado de necesidades básicas insatisfechas; es decir cuando algún actor no está contento con lo que tiene o cree que puede tener.
Esto se puede evidenciar hasta en las familia.: cuando uno de los miembros no está contento o conforme con lo que tiene, se va a enfrentar a otro para tratar de conseguirlo.
En una mayor escala ocurre con las guerras; los países, por diversas razones, se pelean porque creen o consideran que pueden tener más de lo que tienen; más territorio, más agua, más minerales, más armas, más influencia o cualquier otra cosa que se pueda obtener.
Sin embargo, la guerra no es la aspiración humana. La paz es lo opuesto a la guerra; la mayoría quiere la paz y unos pocos, la guerra.
“El sinsentido de que se enfrenten unos seres humanos con otros” no es el anhelo de la mayoría.
Escucha de los agentes actuales del conflicto
Una pregunta que siempre aparece cuando empieza un conflicto es el por qué, la razón principal. Con frecuencia, no existe un motivo reconocible a simple vista.
Hay conflictos que tienen sus causas olvidadas o heredadas por actores que ya no son los mismos. Ante esto, es importante revisar las razones históricas, pero abordar una posible solución a partir de la realidad actual.
“La historia se manipula” en beneficio de intereses actuales, explica el padre Eduardo Soto.
Por ejemplo, ¿quién sabe por qué se pelean los palestinos con los israelíes? Las razones son históricas, incluso desde antes de la era cristiana. Entonces, ¿por dónde habría que empezar a buscar la solución?
La respuesta de Soto es que siempre hay que comenzar por la actualidad, ¿qué es lo que los mantiene en guerra hoy? Así puede ocurrir con la mayoría de los casos. Es necesario abordar las diferencias actuales para buscar una salida duradera.
La legitimidad de la ONU
La crisis de la diplomacia internacional y el multilateralismo se evidencian en la ausencia de espacios y personas que gozan de legitimidad para intermediar en conflictos.
En el caso de las Naciones Unidas, una organización que se fundó a mediados del siglo XX con el fin de la segunda guerra mundial, pareciera que ocurre una crisis importante. Soto considera que la ONU es víctima de la no adaptación al contexto; con otras palabras, el mundo se fue por lado y la organización por otro.
¿Cuáles son los liderazgos que demanda la actualidad?, ¿quién puede replantear el rol de la diplomacia para que sea útil a estos tiempos?
Por otro lado, el mundo se reconfigura con las redes sociales y los avances frenéticos de la tecnología. Sin embargo, el uso desmedido genera cada vez más individualismo. La idea de lo colectivo y del bien común cada vez está más ausente.
Los medios de comunicación social pueden marcar la diferencia con la generación de narrativas que favorezcan el reconocimiento de las diferencias y la necesidad de la reconciliación para alcanzar la paz.
Lo ideal, explica el padre Soto, es buscar caminos que nos llevan a una paz duradera, como la que se alcanzó de una forma u otra después de la segunda guerra mundial.
Escucha la entrevista que ofreció el padre Eduardo Soto:
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