Bandas criminales reclutan a niños y adolescentes caraqueños

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Informe de Cecodap
Cortesía

Un trabajo de investigación realizado por los Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap) y la Agencia de Periodistas Amigos de la Niñez y Adolescencia (PANA) arrojó que la carencia de alimentos, la violencia intrafamiliar y la deserción escolar son determinantes para llevar al menor de edad a una organización criminal.

Los datos revelan que los niños y adolescentes son especialmente vulnerables a caer en los tentáculos de las organizaciones criminales. Pese a que el fenómeno es multifactorial, hay tres detonantes elementales sobre los cuales se desarrollan los otros componentes.

De acuerdo con la investigación, los grupos criminales han sacado provecho de las necesidades de las familias de los barrios. El informe «Delinquir para esclavizar» también afirma que la captación de menores de edad es una forma de «esclavitud moderna», un fenómeno en auge en América Latina.

El estudio de ambas organizaciones se concentró en Caracas, con especial enfoque en la Cota 905 y zonas como La Vega y El Cementerio. Estos territorios estaban bajo el control de alias «El Koki», un delincuente recientemente muerto en un operativo policial conjunto en el estado Aragua.

Los menores de edad son captados por la organización criminal a partir de unos «cánones» de comportamiento que permite al grupo detectar a los posibles miembros. La mayoría de los adolescentes son usados como «gariteros», una especie de centinelas dentro de la estructura militar formal en Venezuela.

Según el informe, en la mayoría de los casos, el reclutamiento de los menores de edad se realiza de manera forzosa. En medio de la violencia y el entornos de precariedad, no existe escapatorias para los niños y adolescentes en las zonas empobrecidas de Caracas.

Estructura criminal

La investigación también determinó que hay cuatro «niveles» dentro de la estructura criminal: mandadero, garitero, traficante y malandro. Al menos, esta estructura la identificaron en la megabanda criminal liderada por «El Garvis», «Vampi» y el ya muerto líder criminal «El Koki».

El mandadero se encarga de la compra de enseres y bienes para los miembros que controlan la organización criminal. El garitero, es el encargado de vigilar una zona específica, y debe reportar cualquier anomalía a sus jefes.

El traficante es el encargado de la venta, distribución, cobro de los pagos de las ventas y cobro de vacunas, el dinero recaudado se entrega a los líderes de la organización criminal.

Los malandros son los operarios de la organización. Se encargan de aplicar el control de las zonas, imponer el orden de acuerdo a sus reglas, ejecutar cualquier tipo de acción delincuencial, y otros.