Fe y Alegría regresa a las comunidades del delta del Orinoco

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El último viaje al corazón de la selva del estado Delta Amacuro realizado por Fe y Alegría fue registrado en marzo de 2020, y desde esa fecha las restricciones por la pandemia y los impedimentos de logística alejaron toda posibilidad de surcar las aguas del Orinoco con destino a las comunidades de los originarios waraos.

Un año y dos meses después, finalmente las condiciones logísticas se dieron pese a las grandes complicaciones sanitarias y el alto costo económico que implica una movilización fluvial de este tipo, que amerita entre 800 y 1.000 litros de gasolina, más 30 litros de lubricante, aproximadamente.

«El esfuerzo vale la pena, no podemos abandonar a nuestros estudiantes que sí avanzan con nosotros y se animan cuando llegamos», dijo Diógenes Colina, promotor educativo del Instituto Radiofónico Fe y Alegría del Bajo Delta, justo antes de partir.

Dada las dificultades y la lejanía hay que sacar el máximo provecho a cada viaje. Por eso el equipo de promotores educativos y de periodistas de Radio Fe y Alegría Noticias aspira, desde este 24 de mayo, permanecer durante 20 días recorriendo las parroquias Manuel Renault y Padre Barral del municipio Antonio Díaz del estado Delta Amacuro y cumplir con el programa de alfabetización.

El programa de alfabetización en el Bajo Delta, que incluye a familias enteras de originarios waraos de todas las edades, inició en el año 2.000, y 21 años después el trabajo educativo continúa con las nuevas generaciones de waraos en estas comunidades de esta entidad, ubicada al sur de Venezuela.

Fe y Alegría ha sido un ejemplo de constancia en tiempos difíciles, como este, para la educación en Delta Amacuro. Escuelas derrumbadas, falta de transporte, sin comunicaciones telefónicas y la entramada geografía, no han aminorado los abordajes educativos entre los caseríos indígenas Dijarukabanoko, Bebeina, Joanakasi, Mujabaina y Musimurina. Por el contrario, estos elementos ha retado e han inspirado más a los encargados del proyecto.

Son 8 Centros Comunitarios de Aprendizajes (CCA) del IRFA, con 334 participantes y más de 10 voluntarios, que junto a los promotores y reporteros forman parte de la iniciativa educativa actual que se desarrolla en esta región excluida del país. 

Y en IRFA seguimos soñando. Próximamente abriremos el noveno CCA en la selva deltana, con lo que seguiremos extendiendo nuestro servicio educativo en esta apartada zona donde, parafraseando el lema de nuestro fundador, Fe y Alegría nace donde comienza el río.

Y como decía el promotor Diógenes cuando se despedía en Tucupita, todo el equipo puso «en manos de Dios y la Virgen este viaje que tanto anhelamos».