Katie Bouman y el agujero negro

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La semana pasada, las ciencias de la computación permitieron la realización exitosa de una hazaña casi inimaginable: fotografiar un agujero negro.

A pesar de que el agujero fotografiado no se parecía en nada a Gargantua, de la película Interstellar, es un primer paso en la historia científica para conocer cómo son en realidad.

Sin embargo, otra imagen competía en retuits y favoritos en Twitter: la de la científica Katherine Bouman —conocida como Katie Bouman— con las manos unidas frente a su rostro frente al monitor donde terminaba de procesar la tan trabajada imagen: un anillo luminoso color naranja que rodea un “abismo oscuro”.

La foto de Katie Bouman tras ver la primera fotografía de un agujero negro se volvió viral en redes sociales. Foto: Cortesía.

Bouman es la científica clave en la obtención de la foto: desarrolló el algoritmo CHIRP que permitió crear una imagen a partir de los cuatro petabytes (cuatro millones de bytes) de datos recopilados por ocho telescopios en el mundo, agrupados dentro del proyecto Event Horizon Telescope (EHT).

 ¿Por ser mujer?

La doctora en ciencias de la computación del Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT) se convirtió rápidamente en un modelo a seguir para las jóvenes aspirantes a científicas.

Pero, junto con su ascenso, internautas en las redes sociales comenzaron una especie de campaña para desprestigiar el logro de Bouman, alegando que ella no hizo todo el trabajo sino otro científico, el doctor Andrew Chael, de la Universidad de Harvard.

Chael, por su parte, defendió el trabajo de Bouman afirmando que la imagen del agujero negro “requirió de programas que varias personas trabajaron y que fueron posibles conectarlos e interpretarlos gracias a Katie Bouman”.

El científico recibió las felicitaciones, pero recriminó los comentarios negativos hacia la investigadora.

“Claramente [la campaña] fue iniciada por gente que estaba molesta porque una mujer se convirtiera en la cara de esta historia y decidió ‘Voy a encontrar a alguien quien refleje mi narrativa en su lugar’”, declaró Chael.

Pese a los esfuerzos del colega, en YouTube fue subido un video titulado “”Mujer hace el 6 % del trabajo pero obtiene el 100 % del crédito”.

El autor del audiovisual dijo que Bouman logró el crédito porque el estudiante de Harvard no encaja con la “agenda feminista” por ser “probablemente un hombre blanco” heterosexual.

No obstante, Andrew Chael reveló en su cuenta de Twitter que es homosexual.

Bouman, de 29 años y líder del proyecto EHT, ha reiterado desde el principio que la fotografía se logró “el talento de un equipo de científicos de todo el mundo y años de trabajo”.

El algoritmo

El volumen de los datos obtenidos tras el desarrollo del algoritmo CHIRP era enorme. Tanto, que los discos duros utilizados tuvieron que resguardarse en el observatorio Haystack del MIT.

Para asegurarse de que la imagen no estuviera basada en una reconstrucción errónea, el Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, en la Universidad de Harvard, formó cuatro equipos diferentes.

Cada equipo utilizó el algoritmo para obtener una imagen. Después de un mes de trabajo, los cuatro grupos presentaron sus resultados a los restantes: todos tenían imágenes similares.

Bouman y Hamilton, dos mujeres históricas en la ciencia

Durante la celebración, otro nombre fue recordado: el de Margaret Hamilton, la ingeniera que “llevó a la misión Apolo 11 a la Luna”.

A sus 31 años, Hamilton —también científica del MIT—, desarrolló a mano el software de orientación de la nave Apolo.

De acuerdo con lo recogido por la Agencia Espacial Mexicana, Margaret Hamilton forma parte de esa lista de pioneras de la programación. Gran parte de su trabajo en la NASA consistió en escribir códigos y diseñar sistemas que derivaron en el desarrollo de conceptos base del diseño de software actual de las naves espaciales, como el software asíncrono o la programación de prioridad.

En ese peldaño alcanzado por Hamilton ahora está Katie Bouman.

Rosmina Suárez Piña