Carolina Jiménez, quien preside la gubernamental Oficina en Washington para América Latina (WOLA, por sus siglas en inglés), ha recalcado el siguiente dato: el 1% de la población total de Venezuela cruzó por la selva del Darién en 2023. Desgranando las cifras oficiales de Panamá, otro número resulta igualmente impactante: durante cada hora del año pasado, 37 venezolanos en promedio fueron contabilizados al superar este peligroso e inhóspito corredor migratorio.
De acuerdo con las cifras oficiales de las autoridades de Panamá, en 2020 apenas 8.594 migrantes cruzaron la selva que separa a Colombia y Panamá. Al año siguiente el fenómeno se multiplicó al sumar 133.726 personas, en 2022 fueron 248.283 y un año más tarde -2023- la cifra, de por sí reveladora de una crisis de envergadura, sencillamente se duplicó para totalizar 520.085.
Unos 328.667 venezolanos, 57.222 ecuatorianos, 46.558 haitianos y 25.344 chinos constituyeron “las nacionalidades más recurrentes en cruzar” durante el año pasado, de acuerdo el Ministerio de Seguridad Pública panameño.
Jiménez ha llamado la atención, en particular, sobre el éxodo masivo que se está registrando desde Venezuela, en respuesta a la crisis humanitaria, profundizada en 2023 y la falta de salidas democráticas en medio de lo que analistas estiman ha sido un proceso de estabilización de la dictadura de Nicolás Maduro.
Las encuestas revelan que los venezolanos no sólo tienen problemas serios en acceder a servicios básicos, así como una situación de insatisfacción en materia de salud y alimentación, sino que también se ha extendido la desesperanza por la falta de perspectivas de cambio.
Para la defensora venezolana de derechos humanos resulta escandaloso que el 63% del total de migrantes que atravesaron a pie el Darién en 2023, hayan sido venezolanos. Los 328.667 venezolanos representan además el 1% del total de la población de Venezuela.
“Veamos magnitud del dato: algo más del 1% de toda la población de Venezuela cruzó una selva inhóspita en un año, se trata de una migración forzada. Qué tragedia”, comentó la presidenta de WOLA quien es una conocida activista venezolana de derechos humanos.
Desgranando la cifra total de venezolanos por el Darién en 2023, esto se traduce también en 900 cruces mensuales y 37 cada día. Si el flujo migratorio fuese un paso continuado de personas, podríamos establecer que cada 110 minutos, del año pasado, un ciudadano oriundo de Venezuela fue registrado por las autoridades de Panamá al salir de la selva del Darién.
No todos los que cruzan por el Darién recién han salido de Venezuela en tiempos recientes. Con la migración masiva de venezolanos se está generando también un proceso de re-migración. Se trata de migrantes que estando ya fuera de Venezuela deciden trasladarse a otro país, en algunos casos pasando por su nación natal solamente de visita, como lo hemos observado de manera directa en diversos casos. La ausencia de datos de entradas y salidas, por parte del gobierno de Venezuela, añade niveles de dificultad para determinar lo que está ocurriendo realmente.
Si nos guiamos por las cifras que ofrece la plataforma R4V, que reúne los esfuerzos de dos agencias especializada de Naciones Unidas, ACNUR y OIM, en agosto de 2023 sumaban 7,71 millones los venezolanos que habían emigrado masivamente de su país, un fenómeno que comenzó a registrarse de manera significativa en 2015. En su gran mayoría están radicados en países de América Latina y el Caribe: 6,53 millones.
La última cifra de 2023 por parte de la R4V, del 30 de noviembre prácticamente ofrecía cifras muy similares a las de agosto. ¿De qué manera podemos interpretar eso? Desde mi punto de vista se está produciendo una movilización de migrantes, que ya estaban fuera de Venezuela hacia un tercer país, en muchos casos la apuesta es llegar a Estados Unidos; mientras que, por otro lado, están en movimiento literalmente flujos de migrantes, lo cual genera dificultades para contarles y documentarles.
Junto a la salida terrestre que años atrás se registraba de los “caminantes venezolanos” hacia Colombia y países andinos y del Cono Sur, en 2023 el destino cambió, estaba primero ir Panamá, Centroamérica y México, para intentar cruzar a Estados Unidos. Asimismo, tuvo lugar una salida aérea significativa pero no contabilizada hacia España, Estados Unidos (tanto beneficiarios del Parole Humanitario como con visa de turistas, pero con plan de quedarse, etc.).
WOLA así como diversas organizaciones internacionales y nacionales insisten en sus llamados a los gobiernos de todo el continente para que implementen medidas de protección de derechos humanos de personas migrantes en la región.
“Múltiples factores interconectados, que van desde el acceso limitado a los derechos fundamentales y los servicios esenciales hasta el impacto de la violencia y la inseguridad, siguen empujando a las personas a situaciones de desplazamiento”, afirmó José Samaniego, director de la Agencia de la ONU para los Refugiados en las Américas, al evaluar lo que rodea al enorme tránsito migratorio a través del Darién.
De acuerdo con un reporte de Crisis Group difundido a fines de 2023, las ganancias ilícitas se han disparado a medida que aumenta el flujo de migrantes, y gran parte del dinero va a parar al crimen organizado, que ha encontrado una actividad muy lucrativa en el tráfico de migrantes. El fortalecimiento de redes criminales tanto en el Darién como del lado colombiano, usualmente vinculadas al tráfico ilícito de drogas, le añade un nivel de complejidad a la situación.
Según las estimaciones que hizo Crisis Group, los grupos criminales que controlan tanto el tránsito humano como de droga por el Darién reciben entre 50 y 80 dólares por cada migrante. El control de este negocio ilícito está en manos de Los Gaitanistas, también conocidos como Clan del Golfo, que como señala InSight Crime, nacieron de las cenizas del movimiento paramilitar colombiano y se convirtieron en una fuerza criminal con alcance nacional dentro de Colombia con amplias ramificaciones en el Darién.
Los Gaitanistas, según la documentación del think tank, no participan directamente en el traslado de migrantes, pero le cobran porcentaje de los ingresos obtenidos por los coyotes y otros proveedores de servicios, como empresas de transporte y alojamientos.
La combinación de un flujo masivo de migrantes, la falta de consenso entre los gobiernos de la región junto a la mirada impasible de las autoridades, y esta presencia criminal organizada, entre otros elementos, han terminado por convertir a la selva del Darién en una especie de nudo gordiano.
*Una versión previa de este artículo fue publicado por Latinoamérica21
Andrés Cañizález es periodista y director de Medianálisis. @infocracia
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