Este 5 de diciembre se celebra el día del voluntariado. El Movimiento de Educación Popular y Promoción Social Fe y Alegría, de cuyo fundador José María Vélaz recordamos sus 113 años este 4, ha tenido a lo largo de sus casi 69 años el aporte de los voluntarios como uno de sus principales pilares para crecer y sembrarse en sus servicios educativo y comunicacional.

Por su parte, el movimiento Cáritas Venezuela, de la Conferencia Episcopal, nos comparte una investigación desarrollada durante dos años en Venezuela que identificó el perfil del voluntariado en acción humanitaria, sus capacidades, contribuciones en la movilización social para salvar vidas y los aportes a la reconstrucción de los vínculos sociales a nivel comunitario.

Estas conclusiones surgen del del I Estudio de Voluntariado Comunitario en Venezuela, en el que participaron 2.500 personas en 23 Estados del país, pertenecientes a Cáritas de Venezuela.

Un voluntariado para responder a necesidades urgentes

Destaca la investigación que “la práctica del voluntariado se intensificó para responder a las necesidades urgentes que se extendieron en los últimos años en Venezuela. 92% de los participantes en la investigación declaran tener una experiencia de voluntariado reciente, en rangos de permanencia en grupos de voluntariado de la organización estudiada que va de 6 meses hasta 5 años. Más del 70% de los participantes declaran que el aporte social del voluntariado en la solución de problemas prioritarios de su comunidad es alto”.

De hecho, agrega el informe, “el voluntariado comunitario en Venezuela ha permitido articular, desde las comunidades, actividades humanitarias con aportes continuos y sistematizados durante siete años. En preguntas donde podían elegir más de una opción, las principales actividades identificadas fueron 54,1% preparación/provisión de alimentos y 59,26% jornadas de salud/provisión de medicamentos. 18% declara actividades de aprendizaje comunitario vinculados a temas de saneamiento doméstico y manejo de agua segura”.

Proyecciones realizadas sobre una base de 30 mil voluntarios y el tiempo donado al voluntariado permitieron estimar en más de 15 millones de horas hombre al año el aporte del voluntariado dedicado a actividades humanitarias en la organización Cáritas de Venezuela.

El rostro del voluntariado venezolano: una experiencia femenina, adulta y descentralizada

La investigación con componentes cuantitativos y cualitativos se realizó entre septiembre 2021 al 2022, utilizando encuestas y grupos focales para lograr datos fiables.

“La experiencia del voluntariado comunitario estudiada tiene mayoritariamente una participación femenina, localizada en regiones del interior del país y con un alto nivel de educación80% de los participantes en los grupos de voluntariado son mujeres y 20% hombres. 67% con preparación universitaria y 32% con preparación media, básica y en oficios. 65% declara vivir en ciudades del interior del país, 31,19% en pueblos y caseríos y 3% en caseríos y comunidades indígenas.”

La movilización y organización de las personas en actividades de voluntariado en Venezuela ha ocurrido de manera orgánica y la participación ha sido libre, orientada al bien común y sin esperar retribuciones: el 77% de las personas participantes en la encuesta han integrado a una o más personas a su grupo de voluntariado.

Un mayor énfasis en el cuidado del voluntariado y su capital social

Los investigadores recomiendan preservar el capital social construido en las comunidades durante sus prácticas de voluntariado, desde la primera línea de atención.  “Es necesario que se considere un mayor énfasis en el cuidado y la gestión de los voluntarios: El diseño de programas de ayuda debe contemplar la propia vivencia del voluntariado en realidades comunitarias desafiantes. Es necesario se consideren actividades para el cuidado emocional, la gestión de las relaciones dentro del grupo y la propia motivación de los participantes.”

Asimismo, destacan que la participación ciudadana será clave para afrontar un mundo con mayores emergencias.  “En un contexto global de mayor incremento de eventos e impactos derivados de amenazas socio-naturales, los actores humanitarios, los gobiernos y las organizaciones sociales actuando de manera vertical no podrán, por sí solas, enfrentar las necesidades de un mundo con más emergencias. Los tomadores de decisión y formuladores de políticas públicas deben adecuar sus dinámicas de articulación para asegurar prácticas más horizontales que garanticen una mayor y real participación del voluntariado en las fases de preparación, respuesta y recuperación”.

Tomado de Cáritas Venezuela

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