En los Puertos de Altagracia las madres sobreviven con la desnutrición de sus hijos

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Maricarmen Mosquera dejó de recibir sus ingresos diarios por la venta de yuca, con siete hijos que mantener, tras establecerse la cuarentena social en el país.

Para ella, estos días han sido llenos de preocupación porque uno de sus pequeños recientemente fue diagnosticado con desnutrición.

“De mis dos hijos gemelos, uno está enfermo y no tengo para las medicinas. Lo tengo con fiebre y no sé cómo hacer porque no tengo recursos”, explicó a Radio Fe y Alegría Noticias.

Detalló que acudió a un Centro de Diagnóstico Integral de la entidad zuliana donde le dijeron que su hijo de 3 meses pesaba 3 kilos con 400 gramos. Explicó que no le dieron el informe que hacía constar la desnutrición de su hijo.

“Me tuve que alzar… No me dieron nada para la fiebre”, dijo.

Con las medidas de confinamiento, los comerciantes de la economía informal han sido los más perjudicados porque viven del día a día. Esta joven madre no solo debe bregar con las medicinas de sus hijos, sino también con la compra de alimentos y de agua.

“Vendía yuca aquí en la carretera. En este momento espero a ver si me ayudan con la medicina del bebé que no tengo cómo comprársela”, dijo sosteniendo la esperanza en sus manos tras ver la visita del gobernador del Zulia, Omar Prieto, y demás autoridades.

Allí estaba Maricarmen Mosquera con sus siete hijos, que a veces comen 1 o 2 veces al día.

“Comemos arroz licuado solo o alimentos de harina o leche, cuando consigo. A veces nos toca acostarnos sin comer porque no conseguí”.

Según la Unicef, el 6,3% de los niños menores de 5 años de Venezuela tienen desnutrición aguda. Hasta la fecha, el gobierno venezolano no publica datos desde el 2017.

Mientras que el Informe Mundial sobre las Crisis Alimentarias 2020 revela que Venezuela se convirtió en el país con la cuarta peor crisis alimentaria del mundo.

A pesar de los programas de atención social implementados por el gobierno venezolano, no son suficientes para cubrir a la población completa. Diariamente comunidades reportan que no les llega la caja CLAP desde hace meses y años. Incluso las cajas no llegan con las proteínas necesarias; solo arroz, lentejas y harina.

Más recientemente, el gobierno nacional implementó una encuesta vía Internet para que los usuarios, por medio del sistema Patria, opinaran sobre el estatus de los servicios básicos.

Apenas un día después de su lanzamiento, el propio presidente Nicolás Maduro anunció que de tres millones 412 mil 51 de votantes, el 88% respondió que requiere mayor atención en alimentación.

Y en medio de esta cuarentena, en la región zuliana se ha registrado un alza de los precios en los productos alimenticios que impide a una parte de la población adquirirlos.

Además, sectores agropecuarios han tenido dificultad para distribuir alimentos por la falta de combustible.  

Ver al gobernador con ánimos de cambio pero todo sigue igual  

Prieto habría acudido al municipio Los Puertos de Altagracia para ofrecer una rueda de prensa desde el comando de la Guardia Nacional Bolivariana.

En horas de la tarde, las comunidades acudieron al gobernador manifestando las necesidades que tenían: falta de comida y de servicios básicos. El mandatario regional los atendió por algunos minutos antes de retirarse.

Horas más tarde, las comunidades se concentraron para pedir la distribución de las cajas CLAP a las autoridades y tras la solicitud, fueron censadas.

Durante el aglomeramiento de personas, los ánimos se caldearon y varias mujeres gritaban: “Hay hambre”.

Enseguida los funcionarios de seguridad disolvieron la concentración advirtiendo con un micrófono que debían regresar a sus casas porque no podían estar en las calles luego de las 2:00 de la tarde y sin el uso del tapabocas.

“Me siento afligida y contenta porque pudo llegar Omar Prieto para ver cómo están las cosas. Aunque me hubiera gustado que hubiera ido al callejón para que viera como estamos”, lamentó Mosquera, porque donde ella vive, en el sector La Ballena, son de muy bajos recursos.

Al igual que Maricarmen, ese día había dos madres más pidiendo ayuda para darle que comer a sus hijos.

De inmediato las personas se resguardaron en sus hogares. Pero,sin recibir lo que exigían: comida. Y Maricarmen seguía preocupada por sus hijos, porque además la están desalojando de la casa donde vive al cuido.

No solo es lidiar con el hambre

A penas se ingresa a esta importante zona de pescadería, huele a olvido y se siente tristeza.

Maricarmen Mosquera contó que pasan sin electricidad hasta 6 horas y en ocasiones. más.

“A veces se nos va en la noche hasta el día siguiente. En el día se nos va dos o tres veces”, detalló.

Sobre la distribución de agua potable, dijo que hace dos semanas hicieron una huelga para que enviaran agua a las comunidades.

Explicó que ella tiene tres pipas, las cuales llena carreteando tobos de agua hasta que la logra llenar.