El impacto de los derrames petroleros en Venezuela

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Derrames petroleros
Derrame petrolero en las costas venezolanas. Foto: Archivo.

En la mesa de análisis del programa De Primer Mano, los periodistas de Radio Fe y Alegría Noticias Anthony Atencio, Félix Millán y Meli Espina debatieron sobre los derrames petroleros en Venezuela.

En este análisis se conversó sobre las consecuencias de los vertidos de petróleos que han ocurrido en el estado Zulia, Anzoátegui y Monagas.

El periodista Anthony Atencio apuntó que los derrames no son un problema de la actualidad; sino que, de hecho, en el Lago de Maracaibo esto lleva suscitándose desde hace años atrás y de manera perseverante.

En el Zulia los derrames suceden tanto que los ciudadanos ya no informan. «Las personas que viven en la costa se han acostumbrado y resignado a la situación. Utilizan esta misma agua contaminada para el uso personal y el aseo. Tiene conocimiento de la situación y gravedad, pero se han adaptado», dijo Atencio.

Lo mismo se presenta en Anzoátegui, pero allí el problema también radica a la falta de servicios de telecomunicaciones. En la parroquia El Carmen del municipio Simón Bolívar tuvieron que pasar tres años para que denunciaran ante los medios de comunicación un derrame de hidrocarburos.

Todo lo contrario ocurre en Monagas. Allí «hay preocupación de parte de los ciudadanos».

«Ellos insisten, se organizan en los consejos comunales, colaboran y trabajan para el saneamiento de los espacios; pero no cuentan con seguridad y apoyo del Estado», indicó Meli Espina.

Preocupaciones y afectaciones a la salud

Los monaguenses tienen una preocupación por los gases tóxicos que puedan afectar su salud, al igual que los pobladores de Anzoátegui que viven cerca de las costas donde se ven las manchas negras del hidrocarburo.

Recientemente, Radio Fe y Alegría Noticias corroboró personalmente que el derrame de hidrocarburo detectado en el municipio Diego Bautista Urbaneja se extendió hasta el municipio Juan Antonio Sotillo. Al hablar con los habitantes manifestaron que situaciones como estas los tiene en «constante zozobra», dijo Millán quien hace seguimiento a este caso.

En un recorrido por varias playas, Millán evidenció que algunas ya fueron abiertas al público luego de hacer el levantamiento de los desechos. Sin embargo, preocupa que a fondo no se ha investigado las posibles afectaciones a la biodiversidad.

«Pudimos constatar presencia de bote de hidrocarburos, específicamente en la parroquia El Carmen y Naricual. Vimos en la entrada de Naricual un pozo que fue denunciado en el mes de septiembre cuando se presentó el desbordamiento del río Neverí. Las autoridades y Pdvsa se comprometieron en aquel momento a dar una solución. Sin embargo, este bote de hidrocarburo persiste», describió.

En entrevista con Radio Fe y Alegría Noticias, la bióloga Cristina Fiol aseguró que si fuera su competencia cerraría las playas contaminadas porque primero se debe tomar muestras para determinar si el agua y los peces acumulan contenido tóxico.

Pero si de por sí nunca se ha restringido el Lago de Maracaibo, posiblemente no cierren las demás playas del país.

Según Atencio, en el Lago de Maracaibo los derrames petroleros «se ven a diario» y las autoridades no hacen nada.

«Las personas consumen pescado sacado del lago y afectan su salud. Los pescadores evitan vender el pescado obtenido del lago, pero hay personas de escasos recursos que suelen comerlos», informó.

El periodista también destacó que en el lago se ha creado un manto asfáltico porque desde hace cinco años no hay recolectores de hidrocarburos.

«Hay propuestas del Consejo Legislativo del Estado Zulia y de empresarios para que, por lo menos, se elabore un recolector», indicó.

Sin agua desde el gran derrame en 2012

En Monagas, «uno de los accidentes con mayor tragedia en la historia de Venezuela» (ocurrido el 4 de febrero de 2012) dejó 7 parroquias (cerca de 400 mil habitantes) sin suministro de agua potable.

El derrame de uno de los tanques de la Planta de Jusepín (Maturín) fue tan grave que paralizó las operaciones de la planta potabilizadora que surte a la ciudad capital.

«La planta no fue cerrada inicialmente porque se desconoció por parte del gobierno regional la magnitud del incidente. Se cerró la planta de manera tardía y solo semanas después se empezó a hablar».

Estuvo 63 días cerrada la planta, pero todavía hay sectores que desde la fecha no reciben agua. «Los monaguenses han tenido que aprender a almacenar agua porque la planta desde esa época no ha vuelto a ser la misma. Aún siguen denunciando que las tuberías están tapadas por el hidrocarburo», precisó Espina.