A la deriva quedaron afectados por la explosión en Monagas

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Explosión Caño Los Becerros
Foto: José Ignacio Piñango, Radio Fe y Alegría Noticias

Este 28 de diciembre se cumplieron dos años de la tragedia por la explosión de 198 bombonas de gas doméstico en el caserío Caño Los Becerros, localidad ubicada en el municipio Piar del estado Monagas, donde 43 personas resultaron severamente afectadas con quemaduras de segundo, tercer y cuarto grado.

De estas víctimas, nueve lamentablemente perdieron la vida luego del siniestro de aquella fecha del 2020. Los sobrevivientes padecen de secuelas en la piel y en el alma, heridas que también golpean a familiares, amigos y vecinos de esta pequeña comunidad agrícola de esta entidad oriental.

Para no olvidar y rescatar la memoria, Radio Fe y Alegría Noticias volvió al lugar de los hechos. Algunos pobladores cuentan que cada día que pasa lo recuerdan entre lágrimas, tristezas y desesperanzas, esperando que las autoridades gubernamentales de Monagas y la empresa Gases de Maturín (Gasmaca) cumplan con las promesas que hicieron desde el momento de la explosión que enlutó a los hogares de esta comunidad y del resto del estado.

Uno de los afectados con la explosión en Monagas | Foto: José Ignacio Piñango, Radio Fe y Alegría Noticias

La historia de siempre: promesas incumplidas

Las promesas de la entonces gobernadora de Monagas, Yelitze Santaella, fueron las de construir 28 viviendas a los afectados y los sobrevivientes, entrega de ayudas médicas, construcción y dotación de un consultorio médico, agua potable, y un sinfín de cosas. Hasta la fecha han sido ofrecimientos incumplidos como muchos de los que se le hicieron a estas familias que continúan con el alma rota por los recuerdos de esta tragedia que dio la vuelta a toda Venezuela.

Los sobrevivientes, quienes decidieron alzar su voz, comentaron que el actual gobernador, Ernesto Luna, y el presidente de la empresa del gas en la entidad nunca han ido a la comunidad Caño de Los Becerros para saldar las deudas con estas familias, que a su juicio no traerán consigo a sus familiares fallecidos y mucho menos borrarán las cicatrices que quedaron tatuadas en su piel y en su mente para siempre. Solo claman atención digna y justa.

Tampoco desde la alcaldía del municipio Piar, ni de la antigua gestión de Miguel Fuentes y de la vigente con Mariangellys Tillero, ha podido apoyar suficientemente a los afectados, a quienes en su momento otorgaron “una ayuda” de 200 bolívares que después pasó a ser de 70 y ahora solo otorgan 50 bolívares mensuales que no alcanzan para que los sobrevivientes puedan cumplir con un tratamiento que cuesta más de 100 dólares mensuales.

La frustración, desesperanza y la tristeza invaden a los afectados, vecinos y a todo el que llega en busca de conocer de cerca todo lo que pasó aquel 28 de diciembre ya que hombres, mujeres y niños quedaron marcados para toda la vida.

No pueden valerse por sí mismos, ni siquiera para realizar cosas cotidianas como salir a caminar las calles de Caño Los Becerros ya que su enemigo número uno es el inclemente sol que hace en estas tierras orientales y el Estado los dejó a la buena de Dios.

Las heridas de uno de los sobrevivientes de la explosión en Monagas | Foto: José Ignacio Piñango, Radio Fe y Alegría Noticias

«Los recuerdos de ese 28D nos invaden todos los días»

Maryoris Ramos, hija de Margloris Ramos una de las fallecidas de la explosión de Caño de Los Becerros, comentó entre lágrimas que ha sido “muy difícil superar estos recuerdos porque ellos no te abandonan. Nosotros no hemos pedido esperar eso ni como familia, ni como comunidad porque cada vez que pasamos por el lugar donde hubo la explosión, se nos viene la imagen de aquel día tan trágico para nuestra comunidad. Nunca pensamos que esto nos pasaría, solo hemos aprendido a sobrellevar esta situación”.

Mientras que Yamilet Romero, madre de dos niños que también murieron durante la explosión, expresó que “cómo puedo sentirme después de haber perdido a mis dos hijos durante esta tragedia tan dura que vivimos en la comunidad. Solo pido a Dios todos los días para poderme recuperar. No ha sido fácil lo que estamos viviendo, no hay un momento de la vida que no recuerde las palabras de mis hijos que me decían ‘mamá, no me dejes morir, más nunca veré un diciembre’. Esto me parte el alma siempre. Yo quisiera tener un chip y tratar de no recordar eso tan duro para mí”.

Yamilet Romero, madre de dos niños que murieron en la explosión de las bombonas en Moangas | Foto: José Ignacio Piñango, Radio Fe y Alegría Noticias

«Hablar de eso es volver a revivir todo lo que nos pasó en aquel momento. Desde ese instante no podremos ser los mismos que éramos antes. No puedo trabajar ni agarrar sol, tenemos que seguir luchando por algo que no será nunca igual. Después de dos años no puedo conciliar el sueño porque todo me recuerda a ese día», contó Yanet Marcano quien sufrió quemadores en gran parte de su cuerpo.

«Tenemos que vivirlo para saber lo que nosotros tenemos y sentimos todos los días. Es una situación muy terrible que yo no pueda abrazar a mis hijos ni a mis nietos porque no quiero que me toquen porque tengo miedo que me lastimen las heridas que me dejó eso”, agregó.

Los traumas que ha dejado esta tragedia en los habitantes de Caño Los Becerros en Monagas los marcaron por siempre ya que aseguraron que al escuchar gritos, sonidos fuertes de vehículos o cualquier ruido es inevitable no trasladar su mente a aquel fatídico día cuando se conmemoraba en todo el mundo el de Los Santos Inocentes.

27 viviendas quedaron en medición de terrenos

Durante la gestión de la exgobernadora Yelitza Santaella, a los lugareños afectados y a los familiares de los fallecidos les prometieron la construcción de 28 viviendas, de las cuales 27 quedaron en medición de terrenos y no continuaron.

Yoseanny Hernández, hija de Ángel Hernández uno de los nueve fallecidos, manifestó que “empezaron a prometer cosas y nunca nos han cumplido. Desde ese tiempo solo han sido promesas. A nosotros nos prometieron una casa y todavía seguimos esperando. Ya han pasado dos años y nosotros seguimos aquí, con una casa no nos va a devolver a nuestros familiares fallecidos, pero ellos hicieron las promesas y deben cumplirlas. Solo pedimos que nos atiendan y más nada”.

“Aquí hemos tenido que sobrevivir con lo que tenemos porque ya no creemos nada de nada. Hacen como todos, vienen, prometen y se van y después vienen con más promesas. De verdad estamos cansados de eso, las viviendas, como ustedes ven, no están, ni siquiera las losas, ni los materiales para construirlas. Mejor es no prometer”, dijo entre lágrimas de impotencia una de las afectadas.

Los vecinos relataron a Radio Fe y Alegría Noticias que la única vivienda construida de las 28 prometidas por la Gobernación de Monagas, a través del Servicio Autónomo de la Vivienda, fue la de la entonces jefa de comunidad. Fue allí donde ocurrió la explosión de los cilindros de gas doméstico, mientras que los demás siguen viviendo en sus ranchos o en casas construidas por ellos mismos.

Casa afectada a medio construir | Foto: José Ignacio Piñango, Radio Fe y Alegría Noticias

Las ayudas médicas nunca llegaron a Caño Los Becerros

La mayoría de las promesas que el Gobierno de Monagas, liderado en el año 2020 por Yelitza Santaella y durante el 2021 por Cosme Arzolay, y ahora por Ernesto Luna, se quedó en solo eso, promesas que nunca llegaron a los afectados de Caños Los Becerros. Entre ellas, las medicinas, los tratamientos para la piel y mucho menos los especialistas que en algún momento también anunciaron.

Los especialistas en medicina general, psicología, psiquiatría, dermatología y otras áreas médicas nunca llegaron. Por ende, sobrellevar esta situación cada vez es más complicado pues son de escasos recursos.

Dayana Díaz, otra de las afectadas, indicó que el gobernador Ernesto Luna comentó, siendo candidato, que cuando asumiera su mandato en Monagas ayudaría a las familias afectadas por esta explosión, pero nunca ha hecho acto de presencia en la comunidad.

Remedios punta de matas tras la explosión en Monagas

“Nosotros prácticamente estas cubriendo el tratamiento hasta donde podemos, porque todo es demasiado costoso. Estamos aquí a la deriva porque él tiene que saber que nosotros no podemos hacerlo, entonces tenemos que buscar tratamientos naturales y eso nos medio ayuda. Los entes gubernamentales nunca han venido por acá”, apuntó.

Cuestión que ratificó Marcial Zapata, quien mencionó que “aquí muchos estamos haciendo tratamientos natrales. Para las queloides yo me estoy echando cebo de chivo, otros usan sábila o agua de jobo para poder aliviar la picazón, el ardor y todo lo que conlleva tener estas cosas en el cuerpo porque sí quedamos marcados para toda la vida al igual que a los demás. Solo han sido promesas y más promesas y de eso estamos cansados”.

Los habitantes de la comunidad de Caño Los Becerros, en el municipio Piar del estado Monagas, solo piden a las autoridades regionales y al presidente de la República, Nicolás Maduro, cumplir las promesas hechas después de las explosión de las bombonas de gas. Claman que las autoridades «no se hagan los locos» y les atiendan.

Pero más allá de todo, lo que sí aseguran es que no fue ninguna colilla de cigarros lo que ocasionó la explosión de ese 28 de diciembre. Insistieron en que la empresa del gas fue la única responsable y ahora no quiere hacerse cargo de lo sucedido.

Entrada al caserío Caño Los Becerros | Foto: José Ignacio Piñango, Radio Fe y Alegría Noticias

¿Qué ocurrió ese día?

En la tarde del lunes 28 de diciembre una explosión de dos bombonas de gas doméstico dejó al menos a 43 personas seriamente afectadas en la localidad de Caño de Los Becerros en el municipio Piar del estado Monagas.

El accidente se produjo cuando un camión estaba repartiendo gas doméstico en la localidad y dos bombonas estallaron.

En ese momento había muchas personas alrededor de la unidad tratando de adquirir el combustible.

Entre los lesionados se contaron 9 menores de edad: una de 17 años, otra de 14, un varón y una hembra de 13, un niño de 12, una niña de 11, un niño de 9, una niña de 6 y otra de 4. Además hay una señora de 81 años y un señor de 70, además de cuatro mujeres y un hombre mayores de 60 años.

Las víctimas fueron trasladadas al hospital Manuel Núñez Tovar de Maturín. De los 43, 34 ingresaron con con quemaduras de tercer grado.

Al parecer, debido a la realización de una fiesta local se dificultó el traslado de los afectados al centro de salud de la capital del estado.

Listado preliminar de heridos

  • Marina Mata, 43 años
  • Crismal Zapata, 36
  • Laura Figuera, 28
  • Magloris Ramos, 60
  • Clemente Cabello, 44
  • Belkis Ramos, 62
  • Roxani Brito, 29
  • María Marcano, 81
  • Cruz Zapata, 54
  • Angel Hernández, 67
  • Ruselys Leonet, 33
  • José Díaz, 25
  • Jefri Acuña, 23
  • Heidys Hernández, 21
  • Luis Ramos, 70
  • Andreína Hernández, 27
  • Graciela Gil, 66
  • Yaneth Marcano, 61
  • Marisela Suárez, 46
  • Andri Hernández, 44
  • Dayana Díaz, 30
  • Luis Candurín, 30
  • Maivis Chacón, 17
  • Aislen Díaz, 4
  • Enderson Leonet, 9
  • Mariangel Chacón, 14
  • Alejandrina Rivas, 11
  • Ricardo Ramos, 13
  • Savielys Gil, 6 años
  • Emilio Leonet, 12
  • Deisy Meneses, 13

Los primeros fallecidos por la explosión en Monagas

La primera muerte se registró el 1ro de enero. Se trató de Laura Figuera de 28 años de edad. Tres días después murió su hija, Xavielis Gil, de apenas cuatro años de edad. Al día siguiente falleció Emilys Leonett Romero, de 11 años de edad, y familiar de las dos anteriores.

Posteriormente, el 7 de enero, falleció Juan Ramos, de 60 años de edad, quien se encontraba en una clínica privada de Maturín a petición de su familia. El 13 de enero murió Meivis Chacón, de 17 años de edad. Más recientemente, el 15 de enero, murió Magloris Ramos, de 60 años de edad, quien había sido trasladada al hospital Central de Ciudad Bolívar.

Pasado casi un mes, exactamente el 23 de enero de 2021, se reportó el fallecimiento Ángel Hernández, la séptima víctima fatal de esta explosión en Monagas.

El cuadro clínico de Hernández, de 68 años de edad, empeoró por fallas renales y tras haber adquirido una bacteria intrahospitalaria, según confirmó el padre Gerónimo Sifontes, coordinador de Cáritas Maturín, al portal Efecto Cocuyo.

Sifontes aseguró que éste era uno de los pacientes que pedían trasladar a una clínica privada.