Chaviwood: luces, cámara… malayación!!!

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Foto: Archivo.

Sube el telón.

Los ceros rodaron inconmensurablemente. El escenario se llenó de ellos. Hubo de colocar soportes en los bordes para contenerlos. Ceros, plateados. Ceros, dorados. Ceros, relucientes.

Baja el telón.

Sube el telón.

Aparece el único protagonista con los bla. bla, bla bla, bla del día El grupo de antagonistas se amalgaman en uno solo. Tienen cara de “yo no fui”. Apesadumbrados los exhiben como un trofeo. El naranja da caché porque no son presos comunes.

Baja el telón.

¿Cómo se llama la obra? NO TIENE NOMBRE.

Flacos, hambrientos, enfermos, desgarbados, somnolientos, como zombis los espectadores aplauden. Aspiran que algún deslumbrante CERO se desplome del escenario, estalle contra el piso y las chispas plateadas y doradas nos alcance para saciar la sed, el hambre, los sinsabores de esta vida.

Pero nada. La enorme cantidad de CEROS se mezclan entre los “buenos” y los “malos”. Engolosinados. Con la baba en la boca los que están del otro lado de la acera, siguen allí…expectantes. Aplaudiendo.

En la génesis los malos eran blancos y verdes. La malvada guanábana destruyó el país por cuarenta años, decían. Las lunas y los soles pasaron y el guión sigue igual. Los responsables: el imperio, la guerra económica, los sabotajes, los terroristas, las sanciones y ahora los corruptos y las muñecas del petróleo.

El Fiscal fortachón y tatuado sigue dando nombre de los malos detenidos. Puros cuartos bates y novios de las madrinas. Pesos pesados del status quo. La muchedumbre aplaude una y otra vez. Duelen las manos.

Las redes estallan. Unos dicen que el capo mayor huyó del país. Otros aseguran que está retenido en un fuerte militar. Los de más allacito no dicen nada. Los que deben decir algo, lucen callados.

La bonita señora que sostiene con su brazo izquierdo la balanza y con el derecho la espada se deja correr un poquito la venda que le tapa sus dos ojos para averiguar también, porque el brollo está muy bueno. Solo alcanza a ver CEROS por doquier. Queda impresionada. Como puede se sube la venda a la espera de impartir la tan anhelada justicia que los espectadores claman a gritos.

Las cotufas se acaban. El refresco también. En algún momento encenderán las luces. La vida seguirá. Los CEROS se olvidarán.

Rogelio Suárez es periodista y conductor de radio y televisión. @rogeliosuarez

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