Padres venezolanos cuentan sus historias tras la migración

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Foto: cortesía

Hoy, 18 de junio, es el Día del Padre en todo el mundo. El caso de Venezuela es bastante particular, pues muchas familias quedaron desmembradas a causa de la diáspora producto de la crisis humanitaria que data desde hace varios años.

El equipo de Radio Fe y Alegría Noticias conversó dos papás: Valmes Franco e Iván Romero, quienes tomaron la decisión de dejar a sus familias en territorio venezolano y probar suerte en otras latitudes para no solamente mejorar la calidad de vida, sino también la de sus seres queridos.

Valmes Franco es nativo de Maracaibo, estado Zulia. Tiene 34 años y cinco de éstos fuera del país. Al principio decidió irse a Colombia y actualmente está en Chile. “Me salí de Venezuela porque la situación ya se veía (difícil) y la cosa se salía de mis manos”, dijo y agregó que la gota que derramó el vaso fue cuando hubo el cambio del cono monetario a “bolívar soberano”.

Comentó que se formó académicamente como policía y se graduó en el año 2018. Tomó la decisión de renunciar a la Policía Nacional antes de que su mente lo traicionara y lo llevara a hacer cosas indebidas. No quería terminar en la cárcel.

Trabaja día y noche. Solo tiene un día libre a la semana y, aunque puede comprar cosas materiales y hasta vestirse bien, asegura que la migración no es nada fácil y que se debe ser muy “fuerte de mente”.

Sus hijos, su responsabilidad

Para Valmes, lo único que le importa son sus hijos. Tiene tres y agradece cada día por la tecnología porque los puede ver y escuchar a través de videollamadas y notas de voz, pero estos recursos los emplea más con su hija mayor, porque los otros dos están muy pequeños, pero que siempre procura verlos a través de la pantalla todas las noches.

“Al menos me reconocen, pero me he perdido de los cuatro años de mi hijo menor. Me he perdido todo”, dijo y añadió que la responsabilidad que tiene son sus hijos, que él ya con 34 años vivió lo que tenía que vivir y que ahora se encarga de que sus hijos no les afecta la situación de Venezuela.

“Es difícil que uno se venga y se traiga a la familia. Uno como migrante está saltando. Uno solo brinca a donde sea, pero esto no es vida sea el país donde te encuentres; porque si no eres de aquí y si no te criaste aquí es ser como un animal fuera de su hábitat”, aseguró.

Valmes siente que a veces no le encuentra sentido a su vida, porque inclusive que puede comprarse ropa de calidad, no las puede usar porque pasa la mayor parte del tiempo con el uniforme de su trabajo y cuando por fin llega a casa es a dormir.

Foto: cortesía

Sufrió de ansiedad y depresión

Este joven zuliano comentó que en varias ocasiones le llegó el agotamiento mental, así como también la ansiedad y depresión que le “jugaron mucho en la mente”. Adicional a esto, sufrió un golpe muy fuerte: la muerte de su madre, a quien no pudo ver para despedirla en Venezuela.

“Uno tiene que ser muy fuerte de mente”, reiteró.

La escasez de alimentos y combustible incidieron en Iván

En el caso de Iván Romero, también es nativo de Maracaibo, estado Zulia. Tiene 39 años y la misma cantidad de tiempo que Valmes tiene fuera de Venezuela. Actualmente vive en Chile, aunque vivió primero en Ecuador durante un año en casa de un amigo que lo recibió.

Decidió hacer un viaje corto, aunque no tenía idea a lo que se iba a enfrentar, pero de lo que sí estaba seguro es que esa decisión fue por la escasez de alimentos y combustible en aquel entonces y, sobre todo, la necesidad de mantener a su mamá, papá e hijo.

No obstante, todo este tiempo fuera de Venezuela por la búsqueda de bienestar tanto para él como para su familia trajo consecuencias, entre esas, estar distante en la crianza de su hijo bien sea para un regaño o como para una felicitación por buenas calificaciones. “Esas cosas le quedaron a su mamá y al resto de la familia que se quedó en Venezuela”, dijo.

Foto: cortesía | Iván Romero (el primero de der. a izq.)

Se perdió momentos especiales con su hijo

Dice que mantiene comunicación con su hijo, aunque de manera esporádica. ¿La razón? Nuevamente la situación del país incide debido a que el niño vive en una zona donde fallan las telecomunicaciones y para poder tener una llamada con su papá debe moverse de su casa donde la conexión pueda ser un poco mejor.

“Me perdí de muchos momentos especiales: cumpleaños y navidades. La gente piensa que el que sale tiene todo a manos llenas y, la triste realidad es que esta situación de quedarse fuera del país es simplemente para poder mantener un estilo de vida medianamente sostenible tanto para uno que se encuentra fuera como para el que se encuentra allá en Venezuela, en este caso, los familiares”, finalizó.

Con reporte de Frank Peña | Radio Fe y Alegría Noticias

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