137 años de los mártires de Chicago y los mártires del momento

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Durante los meses de abril y mayo de 1886, los trabajadores de la empresa McCormick se revelaron contra el patrono por las jornadas laborables que se podían extender por 18 horas dando paso a la historia de los mártires de Chicago.

Por esta razón los mataron y aunque en la mayoría de los países del mundo se adoptó el 1ero de mayo como el día conmemorativo para recordar a los mártires de Chicago. En Estados Unidos cambiaron la fecha para “celebrar” en septiembre el día del trabajador. Quizás por la influencia de los grupos dominantes, impidieron que fuera adoptada el 1ero de mayo porque sería un reconocimiento a los trabajadores calificados de izquierda y anarquistas.

Nótese que en el párrafo anterior me refiero a la conmemoración en memoria de los mártires de Chicago y por otro lado a la celebración del Día de los trabajadores impuesta por los patronos.

Han transcurrido 137 años de aquella memorable batalla de los mártires de Chicago que se tiñó con la sangre inocente de los trabajadores que se opusieron a la relación laboral semiesclavista y en la actualidad es la misma lucha, la misma clase enfrentada a los dueños del capital económico que no producen.

En la Venezuela contemporánea tenemos tres momentos históricos en una misma secuencia:

La última década de la cuarta república, cuyos gobiernos se dedicaron a darle cumplimiento a los mandatos impuestos por el FMI, banco mundial y corporaciones transnacionales para acelerar el proceso de desnacionalización de nuestras industrias básicas, incluso las prestadoras de bienes y servicios con la reducción del tamaño del estado, la flexibilización laboral, la protección del capital privado en detrimento de los sectores populares que severamente afectados salieron a protestar.

La segunda etapa lo constituye la victoria electoral de Chávez y el cumplimiento de su única promesa electoral: la Asamblea Nacional Constituyente con la que comenzó el cambio estructural que fue traicionado desde su nacimiento. Sin embargo, Chávez se atrevió a torcer el rumbo privatizador y en lugar de ello procedió a nacionalizar más allá de la retórica, nuestra industria petrolera, eléctrica y mineral. Le dio un giro a la distribución del ingreso y los trabajadores venezolanos gozaban de uno de los salarios más altos del Continente, eliminó la comisión tripartita que fue usada para escamotear los derechos de los trabajadores en el pasado, instaló el control de precios y todo aquel que más ganaba tenía que pagar más impuestos. Lógicamente eso le convenía a la mayoría de los trabajadores pero no a las cúpulas de viejos y nuevos ricos que no escatimaron esfuerzos hasta matar al Comandante, aquí es donde comienza el oscuro presente que todos vivimos.

Porque la tercera está caracterizada por la traición primero a la memoria de Chávez, al pueblo y a la clase de origen. Una dirigencia que antes de llegar al gobierno no tenían satisfechas todas las necesidades existenciales de sus familias hoy viviendo una vida ostentosa que jamás imaginaron ni soñaron mientras al pueblo sin anestesia le fueron metiendo una sobredosis de los paquetes neoliberales que no pudieron Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera juntos. Claro los señoritos se escudan en las sanciones y bloqueo, pero si analizamos en profundidad, las sanciones y bloqueo han hecho menos daño que la corrupción y la complicidad de todos los poderes públicos que genera condiciones inflamables de una situación que pudiera ocurrir por culpa de los encaprichados que pretenden mantenerse en el poder a pesar del sufrimiento y la tragedia que esto constituye para las mayorías.

Un día como hoy nuestro pueblo está en la expectativa de un aumento de sueldo con el temor simultáneo del aumento de precios de bienes y servicios. Hay que recordar que en los años recientes después de la muerte del Comandante, una buena parte de la población ya estaba resignada y preferían que no hubiera aumento de salario porque siempre era peor el aumento de precios.

El problema de fondo es que, aunque digan lo que digan, para la mayoría del pueblo quedó la sensación de haber sido testigos presenciales de cómo las mafias que operan desde el Estado corrompido en una mala imitación del narcoestado colombiano de Uribe, Santos y Duque, porque aquí ya cayeron presas una alcaldesa y unos diputados por narcotráfico, pero el estado corrupto no permite llegar más allá de los capturados hasta donde están los verdaderos jefes. Aquí cayó un exministro y varios funcionarios de alto nivel que ahora nadie conoce, pero los promovieron y patrocinaron políticamente por alguien. ¿Por qué no caen los siguientes y por qué se detiene la investigación sobre un personaje que el fiscal poeta no menciona ni pa bien ni pa mal? Lo que hace evidente es que para el gobierno, el partido y demás poderes públicos existe inmunidad para la impunidad por todos los crímenes cometidos contra el pueblo, sino vean la facilidad con la que se fue Guaidó configurando una burla desde la dirección política y de gobierno contra el pueblo.

Veamos con una perspectiva de águila que, mientras los trabajadores están en la calle desde el 9 de enero del presente año y el gobierno por otro lado usando todos los recursos de la violencia legal del Estado para comprar, chantajear y presionar para desmovilizar a los trabajadores, les dicen que no hay plata para el aumento por el bloqueo, pero les explota el gallo de uno de los carteles del PSUV y esto sin meter la lupa en el núcleo familiar de la dirigencia del gobierno y la oposición. Ellos son los únicos que viven bien en este pobre país rico.

Por eso tiene lógica la persecución política y el asalto a las direcciones políticas, ellos son fascistas, neoliberales y traidores, pero prefieren mantener la fachada de socialistas, por eso roban nuestros códigos, consignas y siglas, pero les caerá la ira de Dios y el pueblo.

¡Alerta comunistas del mundo!

Mientras escribo este mensaje y usted lo lee, el PSUV desde Miraflores, CNE, Asamblea Nacional y el TSJ, planean tomar por asalto la dirección política del Partido Comunista de Venezuela, como ya lo hicieron con el PPT, el MEP, Tupamaro y otros de izquierda y derecha.

El asunto es que están “como palo e’ gallinero” porque no les cuadran los números para las próximas elecciones Presidenciales y creen que por controlar las tarjetas tendrán una mejor votación. Se les olvida o hacen los pendejos porque la militancia de estos partidos NO es una militancia silvestre sino una militancia consciente y por esta razón, de nada les servirá el uso de métodos ilegales como la compra de mercenarios para crear una falsa matriz de opinión sobre una división porque la dirigencia que están comprando forman parte de la militancia del PSUV, son los que hacen viveza criolla de la doble militancia para asegurar parcelas y migajas del hermano mayor. El CNE tiene registro de la militancia de cada partido y lo mismo hicieron con los que ya judicializaron como nunca en la historia ni la inquisición, ni el fascismo y nazismo se atrevieron.

En memoria de los mártires de Chicago y los mártires del momento.

Edwin Martínez Espinoza es columnista de Aporrea. @edwinviene

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