Venezuela tendrá una elección presidencial, este 2024, con algunas particularidades. El estado de la economía, más la desconexión emocional que siente la población hacia su liderazgo y las difíciles negociaciones que se intentan llevar entre las partes, caracterizan un marco complejo de analizar y proyectar.
Pero, ¿qué hay de la Venezuela profunda?, ¿qué cosas están pensando los grandes protagonistas de esta historia? Auscultar a un país, en sus corrientes de opinión, se hace necesario para tener la mayor claridad posible sobre lo que subyace en el pensamiento de cada venezolano de cara a la coyuntura actual.
El Centro Gumilla, fiel a su larga tradición de llevar el pulso del país con sus investigaciones en torno a la cultura democrática y la participación política, recientemente efectuó un estudio en once comunidades distribuidas en todo el territorio nacional, combinadas con una serie de entrevistas a especialistas para aproximarse a los criterios que los venezolanos están teniendo en las circunstancias actuales de la coyuntura.
Los resultados son extraordinariamente sugerentes y nos sirven para comprender mejor la realidad y hacia dónde apuntan las visiones de la gente, especialmente en los sectores populares.
Javier Contreras, politólogo y sacerdote jesuita, junto a Melanie Pocaterra, psicóloga social y coordinadora de investigaciones del Centro Gumilla, presentaron en la ciudad de Barquisimeto los resultados que permiten hacer importantes inferencias sobre las actitudes actuales en relación a la democracia, participación y reconciliación en el país.
En general, los venezolanos siguen apoyando la democracia como “mejor sistema de gobierno”, según se desprenden de las respuestas del estudio, aunque con algunas variaciones en el segmento juvenil que, en los últimos años, muestra ciertos niveles de desapego hacia ella y justifica de “alguna manera” el autoritarismo, “siempre y cuando” sirva para mejorar las acciones de gobierno. Esto último, porcentualmente es bajo, pero no deja de preocupar de cara al futuro.
En paralelo, existe una añoranza importante hacia la democracia del pasado y sobre la que puede venir en el futuro. La conclusión del estudio es que la democracia, en tanto y cuanto está enmarcada en las percepciones ciudadanas, sigue teniendo una enorme vigencia en el imaginario popular.
En cuanto a la participación existe una amplia disposición si bien se cuestiona la forma en la que el liderazgo actual ha llevado los procesos de actuación en la vida pública. Lo clave del estudio es que arroja que “la participación es algo entendido como lleno de obstáculos, pero necesaria para superar el estado actual de las circunstancias”.
No obstante, la credibilidad permanece rota hacia los líderes que deberán asumir narrativas, conductas y posturas diferentes para encauzar la palabra más emblemática que ha arrojado la investigación: cambio.
Acerca de la reconciliación, el estudio nos indica un dato clave: la gente la está entendiendo como un proceso de larga duración que deberá transcurrir con el paso del tiempo, pero que es absolutamente posible. Este no es un dato menor porque ya en el imaginario colectivo comienzan a aparecer señales interesantes que pueden orientar el futuro, más allá de los intentos de polarización que algunos actores políticos persisten en plantear para mantener posiciones, aun sacrificando el interés colectivo.
Esto es apenas la punta del iceberg. Seguir indagando en las percepciones y actitudes ciudadanas en torno a la democracia y la cultura política será indispensable para brindar al liderazgo del país, en todos los ámbitos, las herramientas necesarias para tomar las decisiones más acertadas para poner fin o, al menos, minimizar los impactos de la polarización, en función de apuntalar un rumbo distinto que lleve al bienestar colectivo de la población en pocos años.
El ambiente actual en Venezuela está cargado de pirotecnia, rayos y centellas en la agenda pública del país, pero en las profundidades de la nación, otras cosas tienen el interés y la prioridad de los venezolanos. Tener acceso a esa información permitirá comprender mejor hacia dónde se deben orientar los procesos y las narrativas en el tiempo actual y el que vendrá.
Piero Trepiccione es politólogo y Coordinador del Centro Gumilla en el estado Lara. @polis360
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