Este domingo 18 de julio en Venezuela se celebra el día del niño. Una ocasión que por segundo año consecutivo se ve alterada por el desarrollo de la pandemia del Coronavirus. Más que festejos, que de seguro los habrá en algunos parques, espacios públicos y familiares, el momento es propicio para reflexionar de cómo este contexto de restricciones afecta la sicología de los chamos en el país.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) señaló en un artículo publicado en marzo de este año, que después de más de un año de pandemia, los niños de todo el mundo se enfrentan a una nueva normalidad que piensan que es devastadora.
En el mismo artículo Unicef indicó que “en el último año se ha registrado un aumento de los niños que pasan hambre, están aislados, son víctimas del abuso o sufren ansiedad”. Y rematan alertando que “la pandemia también está afectando a la salud mental de los niños”.
La especialista en psicología clínica y psicoterapia infantil Paola Cuello, afirmó para Radio Fe y Alegría Noticias que a los niños venezolanos les ha afectado en gran medida la pandemia, especialmente en lo emocional y lo conductual. “Ahora es muy frecuente ver niños con trastornos de ansiedad, trastornos emocionales como el depresivo, y también muchos trastornos de conducta”, explicó.
De igual forma señaló que han sido muchas las situaciones que por pandemia se han despertado, especialmente lo que tiene que ver con los vínculos familiares al considerarlos que se han “puesto a prueba”, pues antes los niños salían y realizaban otras actividades, y ahora al estar tanto tiempo en casa, les ha afectado no solo a ellos sino también a los padres.
Cuello explicó que los niños absorben las situaciones que viven los padres, y al estar los adultos muy exigidos emocionalmente por la situación económica, la cuarentena y el propio miedo a morir por el virus, ha significado que la violencia intra familiar aumente.
“Los adultos expresan muchas cosas con los niños, cosas buenas y no tan buenas. Buenas en lo afectivo, pero en las malas está pasando mucho que los padres pagan sus preocupaciones con los niños, maltratándolos. También están existiendo más peleas entre adultos o entre los mismos niños”, enfatizó la sicóloga.
Sin clases presenciales, y ¿sin interacciones sociales?
En cuanto a las clases presenciales se refiere, la especialista en sicología clínica infantil precisó que esto le está afectando a los niños más que todo en el aprendizaje académico, ya que los niños están llevando una enseñanza diferente a lo que están acostumbrados al no tener, por ejemplo, la figura afectiva de la maestra o maestro.
Pero aclaró que no necesariamente los está afectando de una manera totalmente negativa, pues los niños tienen una mejor capacidad de adaptación.
En cuanto a sus interacciones sociales explicó ha sido muy positivo que poco a poco se haya estado flexibilizando la cuarentena. “Eso ha permitido que los niños se vayan incorporando a ambientes sociales, tales como ambientes familiares, parques, actividades extracurriculares, hasta algunas clases presenciales. Si se hubiera extendido la cuarentena parecida a la de los primeros meses, se hubieran visto muchas otras consecuencias”, reveló Cuello.
Dijo confiar en la capacidad de adaptación y flexibilidad de los niños a las situaciones sociales.
¿Cuáles serían las recomendaciones?
La sicóloga y sicoterapeuta infantil señaló que las recomendaciones serian especialmente para los padres, ya que “lo que mayormente los niños sufren, disfrutan y viven parten fundamentalmente de las situaciones familiares que viven”.
A partir de esto da las siguientes recomendaciones:
- Que los padres manejen por ellos mismos la situación que estén viviendo de una forma saludable al expresar sus emociones.
- Si existe un problema, no expresarlo directamente con los niños.
- Si hay problemas de pareja, buscar resolverlo de una manera privada, y que el niño o niña no esté implicado.
- Tratar de no llenar de noticias a los niños. Ellos saben la existencia del virus, pero hay que informarlos de una manera saludable, y no crearles miedos.
- Incentivar a los niños a implicarse en relaciones sociales próximas al hogar, con el debido cuidado.
- Jugar con los niños por lo menos una hora al día.
- Escuchar e interesarse por sus cosas. Así se fortalecerá el vínculo y se sentirán seguros.
- Si los padres sienten que no pueden realizar las tareas con sus hijos, es necesario que busquen alguien externo que les ayude. Así se evitará que el momento del estudio se convierta en un espacio de estrés para el niño o niña.