“…No améis al mundo ni lo que hay en el mundo. Si alguno ama al mundo, no está en él el amor del Padre. Porque lo que hay en el mundo —la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y la arrogancia del dinero—, eso no procede del Padre, sino que procede del mundo. Y el mundo pasa, y su concupiscencia…” 1 Juan 2, 12-17
Presentamos algunas contrastaciones respecto a las consideraciones planteadas por la doctora Marisol Restrepo en la entrevista intitulada: “Prepárese 2021. Revelador Mensaje”:
Pese a la pandemia causada por “patógeno inducido, todavía muchas personas no han aprendido la lección, por lo que aún estamos en un mundo de tercera dimensión (3D), donde el fetichismo material se impone y desplaza impunemente lo espiritual; por lo que elevar ese nivel a una cuarta dimensión (4D) o quinta dimensión (5D) resulta prácticamente inviable bajo las actuales condiciones: por ello se insiste que la conflictividad compleja de carácter humanitaria que padecemos, no se resuelve con patrones de geopolopiltica tradicional (baja vibración), sino desde la dimensión espiritual: concretamente con la Sagrada Palabra de Dios que es luz y vida: única opción válida y viable de renovación y purificación.
Digresión 1: En la actualidad la mayor problemática que impacta a la humanidad está en el orden espiritual asociado con una crisis gnoseológica: de hecho está en pleno auge una guerra espiritual, y aunque el maligno, sus cómplices y secuaces serán derrotados, el costo material y humano será muy alto. (a)
Digresión 2: en este ámbito la educación en todas sus categorías y modalidades sigue siendo fundamental. Pero una educación adaptada a principios diferentes a la tercera dimensión. El proceso de ese cambio no radica en la información solamente; debe integrarse sinérgicamente con la sensibilización, formación, información y comunicación
“En el principio ya existía la palabra, y la palabra estaba junto a Dios, y la palabra era Dios. La palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres… Y la palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad…” Juan 1, 1-18
Un nutrido número de personas centran su estado de conciencia, en intentar responder la interrogante acerca de quién o cuándo hará su aparición el anticristo. Pero se dispersan y desgastan en el análisis, al desconsiderar que el ente maligno aparecerá en el mundo como resultado de la continua decadencia de la fe por parte de un porcentaje mayoritario de la población de la humanidad en general.
“Hijos míos, es el momento final. Habéis oído que iba a venir un anticristo; pues bien, muchos anticristos han aparecido, por lo cual nos damos cuenta que es el momento final. Salieron dentro de nosotros, pero no eran de los nuestros. Si hubiesen sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió así para poner de manifiesto que no todos son de los nuestros…Os he escrito no porque desconocéis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira viene de la verdad”. 1 Juan 2, 18-21
En otras palabras, cualquiera de nosotros podríamos asumir de manera consciente o inconsciente, voluntaria o involuntaria, una actitud de anticristo colaboradores a pequeña escala, al proceder de manera equivocada para alejarse o asimilar superficialmente la única y verdadera doctrina de Dios establecida en las Sagradas Escrituras y por ende en los Mandamientos: nos apartamos de lo realmente cierto para empezar a creer en personajes u otras ideologías que nos vende el mundo, a través de falsos cristos y falsos profetas.
“…Quien dice: «Yo le conozco», y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. Pero quien guarda su palabra, ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud…Quien dice que está en la luz y aborrece a su hermano está aún en las tinieblas. Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza…” 1 Juan 2, 3 11
El ergotismo y la conflictividad política irracional, el arraigamiento continuado de la mente colmena, el apego irresoluto a las apetencias materiales y terrenales, el afán desmedido del poder y el dinero para obtener más poder y dinero, conforman el imaginario colectivo que ha sido sembrado y cultivado por parte de pequeños antecristos colaboradores del anticristo mayor.
“…No améis al mundo ni lo que hay en el mundo. Si alguno ama al mundo, no está en él el amor del Padre. Porque lo que hay en el mundo —la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y la arrogancia del dinero—, eso no procede del Padre, sino que procede del mundo. Y el mundo pasa, y su concupiscencia…”1 Juan 2, 12-17
Pero ese cambio de creencias y valores afincado, desarrollado en lo material y apetencias terrenales (o de tercera dimensión), solo se puede transformar con un gran acontecimiento a nivel de cataclismo: en el orden natural, político, económico, social, de salubridad, etc. Las creencias no cambian de la noche a la mañana. La humanidad en general no pasará fácilmente o por voluntad propia de un nivel de tercera dimensión a uno de conciencia superior o de quinta dimensión.
“Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios”. 2 Tesalonicenses 2,3
Por último, agregamos algunas ideas afines desarrolladas en el “Foro de la Virgen” con la temática: ¿Cuál es la mayor señal del inicio de la purificación de la tierra?
“Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal forma que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos”. Mateo 24, 24
“Ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo”. I de Juan 2,18
Los que componen la elite que domina al mundo son abiertamente anticristos y falsos cristos, y falsos profetas, porque es una elite que deliberadamente trabaja para el maligno y sus planes. Casi siempre se hacen pasar como los salvadores del mundo, es decir como falsos mesías. De una manera malvada provocan siempre el caos y después ofrecen la solución a ese caos que crearon. Una elite que a través de los medios de comunicación, de los gobiernos y de los lobby de organizaciones sociales han logrado atraer un gran ejercito de seguidores o anticristos… Esta elite de falsos cristos pretenden instituir un nuevo orden mundial sin Dios, implementando el modelo que es un mix de control de la población y grandes empresas privadas que manejan la economía, con un solo gobierno del cual todos dependeremos.
Por otra parte tenemos a los consagrados. Buen porcentaje de ellos son anticristos porque muchos predican cosas contrarias a la fe, y a los dogmas católicos. Siendo ellos mismos los principales responsables de que muchos laicos hayan perdido también la fe y vayan por la ruta de la perdición de sus almas. Por esto, y por los escándalos de algunos de ellos, muchos católicos en vez de quedarse en la iglesia y hacer contrapeso prefieren alejarse.
Toda esta apostasía en la que está sumergida la humanidad, es la mayor señal que nos indica que estamos entrando en el fin de los tiempos. Y esta pérdida de fe en todos los ámbitos de la sociedad, será la que le facilite al anticristo mayor el camino para que haga su aparición y ataque y persiga al pueblo de Dios que aún se mantiene fiel.
Pero aunque parezca lo contrario, esta es una buena noticia, porque si no hay purificación de la humanidad, no sucederá el triunfo del Inmaculado Corazón de María, no habrá un nuevo Pentecostés, ni veremos una era de paz.
(a) Padre Carlos Spahn (Pío del Inmaculado Corazón): https://bit.ly/2Jxg8tB
Fuente: “Perspectiva Económica y Académica Contemporánea”. UNET. Años: 2018 al 2020.
Pedro Morales. [email protected] @tipsaldia