La pregunta con la que presento este artículo puede parecer banal o chistosa, pero no es así. Al contrario, abre una interrogante con la que tendremos que lidiar como país durante las próximas décadas. Es algo con lo cual tendremos que no solo familiarizarnos sino también afrontar diplomática, económica y culturalmente hablando como país y como nación. Es algo para lo que no estamos preparados en la actualidad.
Guyana es un país de unos 800.000 habitantes aproximadamente. Su capital es Georgetown y cubre un territorio oficial de unos 214.969 kilómetros cuadrados. Hemos sabido de ella en muchas ocasiones en nuestra historia por la disputa del territorio Esequibo desde hace décadas. Hasta ahora había sido un país de reducidas capacidades económicas y con elevados niveles de pobreza. Pero, desde hace apenas unos años recientes, las cosas están cambiando.
Hoy por hoy, este país suramericano ya está produciendo alrededor de 400.000 barriles de petróleo por día, proyectando cifras a corto y mediano plazo que pudieran llegar a 800.000 y más. Esto va a significar un incremento notable en su ingreso per cápita y una transformación revolucionaria en sus infraestructuras de servicios.
Por la poca cantidad de habitantes y sus dimensiones territoriales, la nueva capacidad de inversión, con una sana administración, pudiera catapultarlo a unos niveles demasiado elevados en su calidad de vida. Es el país de mayor crecimiento económico del planeta gracias a la explotación petrolera y sus dimensiones.
El Dubai de la región
En el mediano plazo, puede darse un fenómeno de inversión que transforme este pequeño país del sur, con una alta pobreza, en uno de los más ricos de la región. Esto incrementaría su capacidad de incidencia y su importancia geopolítica.
Para Venezuela esto va a significar poder desarrollar toda una estrategia de acción diplomática para abordar la acentuación de las diferencias limítrofes históricas y la exacerbación de los conflictos por la explotación petrolera en las aguas proyectadas de la plataforma continental en disputa.
En tal sentido, preparémonos para lo que viene. Hemos estado demasiado distraídos con la polarización interna que hemos tenido en estos últimos años. Tenemos una situación extremadamente grave en nuestros asuntos internos por la conflictividad política y los desastres de nuestra economía, pero es tiempo de visualizar el futuro que nos espera a la luz de esta nueva realidad que no vimos venir por nuestras diferencias internas.
Venezuela debe prepararse para abordar desde otra perspectiva el diferendo limítrofe con Guyana. Ya no podemos seguir actuando de una manera tan desinstitucionalizada y partidista en este asunto que va a determinar, en gran medida, el futuro de nuestra región oriental.
Vamos a tener una Dubai al lado y ello va a tener múltiples consecuencias para bien y para mal. No podemos seguir distraídos y conflictuados en lo interno. La unión nacional será clave para abordar este enorme desafío geopolítico y geoestratégico que se nos está presentando. Un abordaje integral será necesario desde lo político, diplomático, militar, cultural y estratégico para alcanzar fines apropiados de cara al interés del Estado venezolano.
Piero Trepiccione es politólogo y Coordinador del Centro Gumilla en el estado Lara. @polis360
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