Fe y Alegría cerró el año escolar 2022-2023 con una gesta educativa que fue calificada como un verdadero “milagro” por la profesora Noelbis Aguilar, directora nacional del programa Escuelas.
Durante una entrevista con el programa Háblame Bajito de Radio Fe y Alegría Noticias, Aguilar se mostró entusiasmada por los logros alcanzados en medio de las adversidades, destacando el compromiso y dedicación de todo el equipo.
Uno de los éxitos más significativos fue la leve disminución de la deserción escolar, que pasó del 4 % al 2 %. Además, la tasa de permanencia escolar alcanzó un 98 %, lo que demuestra el esfuerzo conjunto para garantizar que los estudiantes continúen con sus estudios en momentos difíciles.
Aguilar también hizo hincapié en las dificultades que enfrenta el personal docente, que, a pesar de ser mal pagados, pusieron todo su esfuerzo para seguir adelante en este año escolar de regreso a la presencialidad.
“Pudimos llegar a cubrir una parte de nuestro costo educativo a través de apoyos que fuimos recibiendo de proyectos, de las familias que aportan, de la subvención que nos llega a través del Ministerio de Educación y de los aliados. La sumatoria de todo eso nos permitió cubrir el funcionamiento operativo”, reveló.
Alianzas y convenios
En este sentido, la colaboración con instituciones como la Universidad Metropolitana de Caracas (Unimet) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) fue fundamental para desarrollar proyectos destinados a superar las pérdidas de aprendizaje sufridas durante la pandemia.
Uno de los programas destacados fue “Leo, juego y aprendo”, que se enfoca en alfabetizar a niños de preescolar hasta segundo grado de primaria.
“Creo que la gente este año escolar puso lo mejor de sí para incorporar iniciativas donde los chicos desarrollan todos esos saberes, concretar proyectos tecnológicos y ver con alegría que eran capaces de desarrollar la creatividad y el sentido crítico”, resaltó.
En total, Fe y Alegría atendió a una matrícula de 104 mil estudiantes, con el respaldo de aproximadamente 8.000 trabajadores, incluyendo personal directivo, docente, administrativo y obrero.
Aunque los resultados fueron alentadores en gran parte de las escuelas, Aguilar mencionó la complejidad que enfrentan las seis escuelas técnicas agropecuarias fronterizas, ya que demandan mayores recursos para mantener su funcionamiento y atienden a jóvenes vulnerables, muchos de los cuales abandonaron sus estudios para trabajar en la economía informal en países vecinos como Colombia.
“Con un buen proyecto educativo y con mejores condiciones lo podemos mitigar. Creo que ese también es un tema de debate nacional. A los jóvenes venezolanos y a los estudiantes nuestros hay que inyectarles el amor por el país, brindarles oportunidades, sobre todo los que están en contextos más vulnerables”, aseveró.
Por último, Aguilar destacó los esfuerzos realizados para mantener la infraestructura de las escuelas, muchas de las cuales tienen más de 20 o 30 años.
Sin embargo, señaló que se necesita mucho más apoyo para poder ejecutar mantenimiento correctivo en áreas como los techos y los baños.
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