En un país como Venezuela, donde no se garantizan los servicios públicos, según activistas de derechos humanos, no se puede hablar de justicia social.
Francisco González, internacionalista, investigador de la organización Caleidoscopio Humano y de monitor DescaVe, reflexionó en el programa Háblame Bajito, que transmite Radio Fe y Alegría Noticias, sobre la justicia social y la realidad venezolana.
“La justicia social busca crear una sociedad donde todas las personas, sin distinciones (…) tengan acceso a las mismas oportunidades y al disfrute de sus derechos humanos, eso es la justicia social”, dijo el investigador.
No es solo una cuestión de los gobiernos, sino de una ciudadanía consciente de los derechos que tiene y que debe garantizar el Estado.
Justicia social en Venezuela
En todos los sistemas de gobierno que se inclinan hacia el socialismo, se piensa que la justicia social es un hecho, pero no en Venezuela no es el caso, afirmó el especialista.
“Los Derechos Humanos no conocen de tintes políticos”, recordó González, haciendo referencia a la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Según él, “hablar de justicia social es difícil en Venezuela”, porque la justicia está estrechamente relacionada con niveles óptimos de vida, con calidad de vida.
En una sociedad con altos niveles de pobreza ocurren situaciones de injusticia que perpetuan la pobreza.
Los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (Desca) deben estar cubiertos para que se garantice la justicia social.
Pero en un contexto de inflación, donde no se garantiza el derecho a la educación y al trabajo, además de que se denuncian constantes crisis de derechos ambientales y culturales por la migración, no es posible hablar de justicia social en el país, sostuvo el especialista.
En la medida en que los ciudadanos puedan gozar de sus derechos Desca, se podrá hablar progresivamente de justicia social.
¿Se pueden priorizar derechos?
Los Derechos Humanos no son jerárquicos y, con frecuencia, uno depende del otro.
“Hay derechos indispensables, como el derecho a la vida”, comentó, añadiendo que sin ese derecho no hay goce ningún otro.
Pero en el caso de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales no se puede priorizar uno sobre el otro, pues ninguno es más importante que el otro.
En el observatorio trabajan desde el enfoque de género, porque es una población vulnerable; por ejemplo, el derecho a la identidad no está garantizado para las personas transexuales.
Servicios públicos y los Desca
En el observatorio DescaVe también realizaron un monitoreo sobre servicios públicos en el país, identificando realidades diferentes a las de Caracas.
En los estados andinos o en el Zulia no se garantiza el servicio eléctrico y el acceso al combustible. “Sufren apagones diarios”.
“Mientras más nos alejemos de caracas, la crisis se agudiza y hablar de justicia social es más complicado”, enfatizó Francisco González.
Los pueblos indígenas sufren más la vulneración de Derechos Humanos y de servicios públicos.
Ejemplos a seguir
Los países nórdicos han logrado garantizar índices de libertad altos y salarios competitivos. La inseguridad es bastante baja y la igualdad de género es prioridad, hombres y mujeres ganan igual.
Los Estados de Noruega, Finlandia y Suecia trabajan por lograr justicia social. En América Latina también hay ejemplos como Costa Rica y Uruguay.
¿Por dónde comenzar?
Francisco González cree que sí es posible transformar la injusticia en justicia social. Es importante hablarle a la ciudadanía de la exigencia de derechos.
Francisco González considera que es importante trabajar en la igualdad de género, garantizando seguridad para todas las personas. Hay que bajar los índices de violencia y femicidios.
También es prioritario garantizar los servicios públicos en todo el territorio nacional y trabajar en generar condiciones óptimas para gozar del derecho a la educación de calidad.
Escuche la entrevista que ofreció el investigador Francisco González a la periodista Carlota Rojas:
El 20 de febrero fue el Día Mundial de la Justicia Social, una fecha que busca recordar la aspiración global del goce de derechos fundamentales y de sociedades donde la calidad de vida no sea un lujo de las minorías.
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