Perla Crespo-Izaguirre, autora de Convertirse en Estrellita, habla sola desde niña “y aun hoy le pongo nombre a todo y le doy vida a las cosas”. De esa forma no se aburre.

Y remata: “Quizás es porque ya no me da miedo a que crean que estoy loca”.

Para ella, Convertirse en Estrellita es una “una caricia para corazones rotos sin importar la edad”, además del inicio de su carrera como escritora.

En esta entrevista para Hilos de América, asegura que “un niño que lee es un adulto con imaginación, vocabulario y temas interesantes de conversación”, por lo cual es partidaria “de sacar los ojos de los niños de las pantallas y llevarlos de nuevo a los libros”.

“Estamos en peligro de tener un mundo lleno de gente conspiranoica y carente de criterio. Leer, te ayuda a constatar, lo que luego te educa para ejercer con bien tu derecho a disentir”, agrega.

¿Qué significa Convertirse en Estrellita para Perla Crespo-Izaguirre?

Este cuento significa muchas cosas. Por un lado, es la prueba de que del dolor puede surgir algo hermoso; que el duelo puede ser un motor y hasta un aliado. Por otro lado, este cuento fue mi forma de eternizar el amor que sentí por mi perrhijo Arturo, y mi manera de consolar a mi esposo por la pérdida de su hija Julie. Así que Convertirse en Estrellita es la prueba de que nuestros seres queridos son seres eternos cada vez que los recordamos. Y finalmente, este cuento al que yo describo como “una caricia para corazones rotos sin importar la edad”, es el inicio de mi carrera como escritora.

¿Hay algo de El Principito en este libro?

El Principito es mi libro favorito y por ello en Convertirse en Estrellita hay una cita de él. Precisamente, esta habla de cuando El Principito decide “convertirse en estrellita”. Pero además hay algo. Antonie Saint-Exupery dedicó su libro a una persona mayor, León Werth, su mejor amigo. Y yo, hice algo parecido porque incialmente hice este libro como un regalo de Navidad para mi esposo. Así que, si bien Convertirse en Estrellita es un libro para niños, también es un libro para todo esos niños que hay dentro de cada persona mayor que necesitan que le den permiso para llorar una pérdida.

¿Crees que existe un método de escribir para niños?

Sin duda. Hay gente que habla y enseña técnicas para tal fin. Yo simplemente sigo mi corazón, escucho mi instinto y les hablo como me hubiera gustado que alguien, cuando yo tenía a su edad, lo hubiera hecho.

¿Dónde comienzan y terminan las mejores historias infantiles?

Empiezan y terminan en la pureza de las cosas simples. Cuando somos niños tenemos el extrañamiento de nuestro lado. Todo es nuevo. Todo es posible. No hay límites. Somos libres. En el abordaje de todo esto están las grandes historias para niños.

Perla Crespo-Izaguirre, autora de Convertirse en Estrellita.

¿Qué tan importante puede ser para las sociedades que los niños se interesen en la literatura?

Un niño que lee es un adulto con imaginación, vocabulario y temas interesantes de conversación. Soy partidaria de sacar los ojos de los niños de las pantallas y llevarlos de nuevo a los libros. Estamos en peligro de tener un mundo lleno de gente conspiranoica y carente de criterio. Leer, te ayuda a constatar, lo que luego te educa para ejercer con bien tu derecho a disentir.

¿Quiénes te marcaron en el ámbito de la literatura infantil?

De entrada, Antoine Saint-Exupéry, luego puedo decirte que sin duda David McKee (Elmer, El príncipe Pedro y el oso de peluche, entre otros) y los hermanos Grimm.

¿Cómo se trabaja de la mano de un ilustrador? ¿Cuál es el proceso?

Tienes que poder encontrar a la persona que entienda la historia. Con mi cuento anterior, El Príncipe Sapo, tuve la compañía de una artista venezolano maravilloso, Luis Chang. En ese entonces era muy joven (18 años) pero cuando le conté la historia de inmediato dio con la expresión creativa correcta. Luego con Lou Jego (una ex alumna francesa y la ilustradora de Convertirse en Estrellita) fue otra cosa. Sabía que era talentosa, pero jamás pensé que tanto. Ella se enamoró de la historia, me pidió que le hiciera un storyboard de mi visión del cuento y a partir de allí lo creó todo. Yo suelo dejar que el artista fluya, pero en cada cuento siempre tengo una idea de lo que quiero. Pero además del ilustrador necesitas contar con un buen diseñador. Por fortuna, en ambos cuentos he contado con Carol Rivero, quien se metió de lleno en cada proyecto y doy fe de que es una maravillosa compañera de sueños.

¿Tus historias pasan en un mismo espacio/mundo? ¿Se podría decir que tienes un universo propio para tus personajes?

Mis historias tienen tiempos y mundos diferentes. Los personajes suelen estar basados en personas que conozco. Me gusta jugar con la características especiales de las personas. Soy muy observadora. Y son esas rarezas, que hacen únicas a las personas las que me ayudan a darle vida a un personaje. Yo tengo un mundo interior muy rico. Hablo sola desde niña. Y aun hoy le pongo nombre a todo y le doy vida a las cosas. Así que nunca me aburro. Esta es la primera vez que cuento esto. Quizás es porque ya no me da miedo a que crean que estoy loca.

¿Crees que el amor por las mascotas es igual en todas las culturas? ¿Qué nos hace diferentes (si es que lo somos) en el mundo que conoces?

Definitivamente no. Todo depende de la sociedad donde estés. Aplaudo a rabiar inciativas como la de los gobiernos de UK y Colombia de reconocer a las mascotas como seres sintientes y familiares de cuatro patas. Y es que si los tienen en casa, debes hacerte responsables de ellos. Así que las penalidades por abandono y maltrato me alegran. Una mascota no es un juguete, es un ser vivo. Siente, sufre… y con todo lo mal que les tratamos pueden olvidar con facilidad y darnos amor. Eso lo ves en los refugios. Después de la muerte de Arturo, adoptamos un perrito de un refugio y no te quiero contar lo amoroso que es. Todos los días antes de ir a dormir lo abrazo y le doy las gracias por elegirnos y le digo que no lo vamos a abandonar… estoy segura que eso hace que duerma tranquilo.

¿Qué otros proyectos tienes para el futuro próximo?

Este año salen dos libros más en los que soy coautora, y a la par sigo trabajando en otros libros que ya tengo adelantados. Los libros en coautoría son ensayos. Uno sobre migración y el otro sobre crecimiento personal. En lo que respecta a los libros para niños, pues tengo otros cuentos escritos y estoy buscando ilustrador y editorial. Sin embargo, por ahora, Convertirse en Estrellita tiene mucho camino por andar y estoy abierta a traducirlo al inglés, al portugués y a otros idiomas. Ya la versión francesa está lista y estoy buscando editorial para ella.

Artículo publicado originalmente en Hilos de América.

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