En 1997, Liseth Rivera estaba embarazada de su primera y única hija. Poco antes de parir fue diagnosticada con preeclampsia y después de estar varios días hospitalizada, los médicos deciden sacarle a la niña a través de una cesárea porque al parecer había muerto en su vientre. Al final, nació pero con signos vitales muy comprometidos.

Mientras la recién nacida luchaba por su vida, familiares y amigos no cesaban de rezar el Santo Rosario a la Virgen del Valle implorando la salvación de la pequeña.

Entre tanto, Liseth, quien mantenía su fe inquebrantable, le suplicó nuevamente a la madre de Dios que por misericordia salvara a su primogénita.

“Ese mismo día, mientras caminaba hacia la unidad de atención a niños recién nacidos para amamantar a la bebé, una de las enfermeras dijo que mi hija, Albanys Pino, estaba de alta, pero había que tener cuidados especiales con ella. La alegría se apoderó de mi y en ese momento supe que estaba siendo favorecida con un milagro la patrona de los orientales”, destaca la devota.

Así comenzó la historia

Un par de días antes del 8 de septiembre, fecha en la que se celebra el día de la Virgen del Valle, “mi compadre, Pablo Crespo, me regaló una imagen y me dijo que a partir de ese momento debía diseñar y vestirla cada año, porque mi hija es un milagro”.

Así comenzó la historia de Liseth, quien a lo largo de estos 26 años ha podido diseñar y elaborar más de 200 vestidos a la Virgen. Durante los últimos años, vecinos y amigos le piden que les haga el traje que luce la imagen en muchos hogares de El Tigre.

Pero desde hace exactamente 10 años es la encargada de confeccionar el traje que viste la imagen de patrona de los marineros que está en la iglesia San Antonio de El Tigre.

“Desde entonces he diseñado vestidos de diferentes formas: bordados, pintados, con pedrería, con cintas y para mí es una verdadera emoción (…) para mí es un don que Dios me regaló para elaborar los vestidos de la Virgen”, dice.

Contó también que desde el mes agosto comienza a cortar patrones. “Yo antes de comenzar a hacer un vestido invoco al Espíritu Santo para que me de sabiduría y guie mis manos y me permita hacer algo bonito”, relata.

Hoy, Albanys, la hija de Liseth, por quien tiene la promesa de vestir a la Virgen, cuenta con 26 años, es madre de dos hijos, goza de buena salud y también es fiel creyente de la Virgen del Valle a quien le agradece la vida que hoy lleva.

Testimonios de fe por la Virgen del Valle

Aleida Tovar: “Soy margariteña de Santa Ana del Norte. En mi familia es tradición confeccionar cada año el vestido de la Virgen. En este momento, mi hermana Auristela está delicada de salud y le pido por ella, pero también por mi país, por la paz”.

Yelitza Santaella: “Desde hace más de 15 años tengo por tradición realizar el vestido a la Virgen. Para mí es lo más sagrado. Esto para nosotros ya es tradición y trato de que mis hijos sepan lo que significa para que ellos continúen. Para mí, la Virgen es una madre más”.

Blanca de Carmona: “Llevo 27 años vistiendo a la Virgen por amor, convicción y fe, porque es la madre de Jesucristo. Ella nos ha dado muestras de amor, siempre está de nuestro de lado y le damos gracias por acompañarnos. Cada año luce un vestido nuevo, no importa lo que cueste”.

Onelia Flores: “Amo a la Virgen del Valle desde que estaba en el vientre de mi madre. Es tradición cambiarle el vestido todos los años para sus fiestas. Con esta imagen ya tengo 9 años, pero recuerdo como mi familia desde muy pequeña se cumple con esta tradición. Lo hago porque soy fiel devota de ella”.

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