El caso de Anacoco en la reclamación de Guyana
La reclamación por el Esequibo se encuentra en un momento crítico y decisivo para la integridad territorial, al tener Venezuela que presentar su contra memoria ante la Corte Internacional de Justicia a más tardar el 8ABR24, como lo decidió el alto tribunal en su último fallo del 6ABR23. Sin embargo, todavía no está claro si el gobierno acatara dicha orden, al no haber manifestado durante el proceso iniciado a partir de la demanda introducida por la Republica Cooperativa de Guyana el 29MAR18, o mantiene su posición de no reconocimiento de dicha instancia, según lo expresó el presidente Nicolás Maduro en una comunicación dirigida a la Corte, en la cual le reitera: “La demanda de Guyana carece de fundamento legal, por lo que Venezuela mantiene su posición en el ejercicio de su soberanía, de no reconocimiento y no comparecimiento ante la Corte por dicho procedimiento; aunque a pesar de esta declaración el gobierno, por otro lado, ha venido cumpliendo con todos los recursos e instancias del proceso con el envío de cinco comunicaciones: JUN2018; ABR2019; NOV2019; FEB2020; JUN 2020”.
Dado lo avanzado del juicio, la situación se hace más complicada, si no nos enfocamos propiamente en el juicio. Los análisis históricos, los análisis “forenses” de lo sucedido; de cómo Inglaterra se apropió de nuestro territorio son suficientemente conocidos. Como se dice en criollo, la pelota está en la otra cancha –en La Haya– y la defensa tiene que centrarse en dos cuestiones: la estrategia procesal que se planteara el equipo de abogados contratados –algo que lógicamente es secreto de Estado- y analizar las debilidades de la demanda guyanesa en su escrito ante la Corte Internacional de Justicia.
Visto y leído el escrito de Guyana de los cinco puntos de su petitorio, la excolonia en su tercer requerimiento (c) solicita: “Venezuela shall immediately withdraw from and cease its occupation of the eastern half of the Island of Ankoko., and….”. EN el párrafo 51, afirma sin aportar mayores pruebas en cuanto a fechas, lugar o personas que sirvieran de testigos que: “In October 1966, Venezuelan military forces seized the eastern half of Ankoko Island in the Cuyuni River, which is on the Guyana side of the boundary established by the 1899 Award; para finalmente en el punto IV (C) Decision Requested de su demanda solicita que: Venezuela shall immediately withdraw from and cease its occupation of the eastern half of the Island of Ankoko in accordance with the 1899 Award”.
Al respecto, Sir Shridath Ramphal, 2019+, un hombre clave en este proceso, gran conocedor de la historia de la Guyana Británica, ex secretario general del Commonwealth 1990 y exministro de Relaciones Exteriores 1972-1975, conocía muy bien que el imperio británico, desde los tiempos de la Gran Colombia, mediante sucesivas invasiones y ocupaciones furtivas, comenzó a poblar con sus colonos los territorios situadas en la margen occidental del río Esequibo, al punto que el Libertador Simón Bolívar en 1822 realizó el primer reclamo a la corona inglesa por intermedio del Dr. José Rafael Revenga, ministro venezolano en Londres, solicitando: “el retiro de sus colonos de las tierras del Demerara y Berbice situadas al oeste del río Esequibo, pertenecientes a Venezuela por los tratados entre España y Holanda, o se pusieran bajo jurisdicción y obediencia de nuestro país”.
Sir Ramphal, conocía perfectamente bien que la Gran Bretaña nunca hizo caso de las diversas fórmulas conciliatorias que le fueron propuestas en su momento por el Libertador; ni los reclamos del presidente Guzmán Blanco, ni la mediación solicitada a Su Santidad León XIII ninguna de ellas lograron doblegar la intransigencia del Imperio Británico..
Guyana hasta el momento no ha mostrado ni posee ningún documento, acuerdo o tratado que respalden sus derechos sobre la zona en reclamación; ni siquiera con la tramposa cláusula de la prescripción contenida en el compromiso de Washington, le dan derechos a Inglaterra y menos a Guyana como ex colonia para heredar los territorios al oeste del Esequibo. Sólo las presiones de los EE.UU e Inglaterra, obligaron a Venezuela a someter el reclamo, a la decisión de un Tribunal Arbitral que como cada uno de los abogados de la parte guyanesa sabe, que en lugar de decidir conforme a derecho, su dictamen fue amañado en base a una componenda dirigida por el Juez ruso Federico de Martens, el cuál dicto el fatídico Laudo de Paris del 3 de octubre de 1899.
La versión guyanesa en su demanda, punto (C) solicitando el retiro de Venezuela de Anacoco no tiene fundamento, al no aportar mayores pruebas de lo sucedido, cuando en versión de uno de los testigos presenciales de la penetración guyanesa, un pescador de nombre Juan Flores Bermúdez, junto con sus tres hijos navegando por el Cuyuni, luego de una larga faena de pesca, relata lo sigue: “Veníamos exhaustos y como era tarde, decidimos detenernos en un campamento que existía en la Isla de Anacoco para descansar; al estar cerca de la ranchería, observamos a efectivos de las Fuerzas de Defensa de Guyana (GDF) ocupando la isla. Preocupado e indignado el pescador se dirigió rápidamente a Tumeremo a alertar a los integrantes del puesto de la Guardia Nacional de que los guyaneses izaron la bandera de su país en la isla venezolana; todo lo contrario a la versión guyanesa descrita en el párrafo 51 de su demanda”. Para mayores detalles es de recordar que el 12 de octubre, tropas al mando del Coronel (GN) José Pilar Barbella Ramos llegaron a la isla y desalojaron al personal militar guyanés, derribaron un hito fronterizo e izaron la bandera nacional; acción que le dejó claro a Guyana que en Caracas había decisión política de defender nuestro territorio.
Este incidente, según documentos de Cancillería, dan cuenta de que el 14 de octubre de 1966, el presidente Forbes Burham, mediante radiograma, protestó la ocupación total de la Isla de Anacoco por personal venezolano. Luego de la alocución radial, un grupo de exaltados tomó por asalto al Consulado venezolano en Georgetown, donde arriaron y quemaron la bandera nacional, bajo la mirada complaciente de las autoridades guyanesas. En respuesta a estos actos de agresión guyanesa, el canciller Ignacio Iribarren Borges, el 18 de octubre, a diferencia de la actual pasividad del MPPRE ante el incumplimiento de Guyana del Acuerdo de Ginebra, el canciller Borges le respondió al gobierno de Guyana con una enérgica nota reiterándole que “…el gobierno de Venezuela rechaza la referida protesta, por cuanto la isla de Anacoco es territorio venezolano en su integridad y la República de Venezuela siempre ha estado en posesión de ella”. Al propio tiempo le recordó que existía una hoja de ruta definida en el Acuerdo de Ginebra; una Comisión Mixta con lo dispuesto en el párrafo segundo del Artículo Quinto del mismo Acuerdo para ventilar estos incidentes y un mecanismo para la solución de controversias, por lo cual actos vandálicos como el asalto a instalaciones diplomáticas, no eran acordes con las normas diplomáticas; considerando que el gobierno de Venezuela nunca se opuso a que Guyana sin tener cualidad firmara el Acuerdo de Ginebra (17/02/1966), ni veto ni uso como carta de negociación para condicionar su ingreso a la Organización de Estados Americanos, la reclamación territorial, tal como lo permitía la citada Carta en sus disposiciones transitorias, Artículo 146.
Desde aquel incidente, Venezuela no ha recuperado un solo metro del territorio en reclamación. Hoy están en juego no solo los 159.000 km2, sino la integridad territorial, nuestra seguridad y soberanía en el territorio usurpado por el arrogante Albión de la época victoriana, debido a los infructuosos esfuerzos realizados a través de la Comisión Mixta a cargo de los comisionados, pasando por la inaudita recomendación del ex secretario general de la ONU, Sr. Ban Ki Moon (15/12/2016) de remitir la reclamación a la CIJ; de su remisión por el actual secretario de la ONU, Antonio Guterres (30/01/2018) y de las propuestas de una solución práctica y satisfactoria asomadas por el excanciller Isidro Morales Paúl.
Gerson Revanales es internacionalista y profesor universitario. @grevanales
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