El Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (Informe GEM, por sus siglas en inglés) de 2020 de la UNESCO, que acaba de ser publicado, refleja la magnitud de la exclusión en la educación, que ahora se ve agravada por el Covid-19.
En América Latina solo alrededor de una cuarta parte de los países tienen leyes de educación inclusiva que abarcan a todos los educandos.
Chile y Paraguay se destacan por ser dos de los cinco países en el mundo que tienen leyes de educación inclusiva que abarcan a todos los estudiantes.
A nivel global el 40% de los países del mundo no ha apoyado a los educandos en situación de riesgo durante la crisis.
La agencia de la ONU dedicada a la educación y cultura hace un llamamiento a la región para que fomente sociedades más resilientes e igualitarias, concentrándose en los que se están quedando atrás al reorganizarse las escuelas.
“Para estar a la altura de los desafíos de nuestro tiempo, es imperativo avanzar hacia una educación más inclusiva”, dijo su Directora General Audrey Azoulay.
“Repensar el futuro de la educación es tanto más importante tras la pandemia del Covid-19, que exacerbó y puso de relieve las desigualdades. Si no se actúa, se obstaculizará el progreso de las sociedades”.
«Todos significa Todos»
El Informe de este año, Todos significa todos, es el cuarto de la serie anual de Informes GEM para el seguimiento del progreso realizado en 209 países hacia la consecución de los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
La crisis de la educación durante el Covid-19 fue alimentada por profundas desigualdades preexistentes. Incluso antes de la pandemia, casi 12 millones de niños y jóvenes estaban excluidos de la educación en América Latina y el Caribe, siendo la pobreza el principal obstáculo para el acceso.
Los sistemas educativos no se están adaptando a las necesidades de los estudiantes, por lo que uno de cada cuatro estudiantes de 15 años de edad en todo el mundo declara sentirse como un extraño en la escuela; en la República Dominicana esta cifra supera el 30%, por ejemplo.
América Latina es una de las más diversas lingüísticamente del mundo, pero los sistemas educativos no siempre lo reflejan.
En el tercer grado, los estudiantes que no hablan el idioma de examinación tienen tres veces menos probabilidades de poder leer un cuento.
En Brasil, México y Perú, existe una persistente desigualdad por origen indígena, incluso después de controlar por clase social.
Exclusión evidente y reflejo desigual de la diversidad
El 42% de los países de la región tienen leyes que exigen que los niños con discapacidades sean educados en entornos separados. Pero en la práctica, no muchas escuelas primarias ordinarias reciben estudiantes con discapacidades; a lo sumo 40% según los últimos datos comparables.
Si bien las leyes sobre la educación básica universal gratuita y obligatoria han contribuido a reducir el trabajo infantil, en algunos países, como Paraguay y Perú, el trabajo infantil todavía se permite a los 14 años, antes de que termine la enseñanza obligatoria.
Solo siete países de la región reconocen el lenguaje de señas como idioma oficial. Los estudiantes con discapacidades suelen necesitar infraestructura y materiales adaptados, pero solo el 29% de las escuelas de la región han hecho los cambios necesarios.
En Costa Rica, alrededor del 55% de los que respondieron a una encuesta nacional sobre discapacidad informaron que los centros educativos no eran accesibles y carecían de rampas, alertas visuales y sonoras, barras de agarre y otras adaptaciones.
En 2016, Perú contaba con 38.000 maestros bilingües, pero se necesitan por lo menos otros 17.000 docentes capacitados para satisfacer la demanda; ahora cuenta con un Plan Nacional de Educación Intercultural Bilingüe cuyo eje es la formación docente.
Colombia ayuda a profesionalizar a los maestros bilingües y su educación. Costa Rica estipula que se debe promover y facilitar la formación de educadores indígenas y su participación en la formulación y aplicación de los currículos.
El género es otro de los temas que abordan muchos programas de formación docente antes de que los maestros empiecen a trabajar. El Programa de Educación en Sexualidad de Cuba tiene por objeto fortalecer la formación docente y prevenir las infecciones de transmisión sexual.
Sin embargo, es necesario prestar más atención a la identificación de formas eficaces de preparar a los maestros para trabajar en entornos inclusivos. En São Paulo, Brasil, era más probable que los maestros de matemáticas de octavo grado dieran una calificación aprobatoria a los estudiantes blancos que a sus compañeros negros igualmente competentes y bien portados.
En Brasil, Colombia y México, más del 50% de los maestros informaron que hay una gran necesidad de desarrollo profesional en la enseñanza de estudiantes con necesidades especiales.
“El Covid-19 nos ha dado una verdadera oportunidad de repensar nuestros sistemas educativos. Pero pasar a un mundo que no solo valore, sino que acoja la diversidad no ocurrirá de la noche a la mañana”, dijo Manos Antoninis, Director del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo.
“Existe una tensión evidente entre enseñar a todos los niños bajo el mismo techo y crear un entorno en el que los estudiantes aprendan óptimamente. Pero, si el Covid-19 nos enseñó algo, es que la falta de acción no es una opción; hay margen para hacer las cosas de manera diferente si nos lo proponemos”.
Falta crónica de datos de calidad
Nueve países de Latinoamérica no recopilan datos sobre la educación de los niños con discapacidades en sus Sistemas de Información sobre la Gestión de la Educación.
Las cifras sobre el aprendizaje se toman de la escuela aunque muchos no participen en ella. Y las evaluaciones del aprendizaje a menudo son demasiado difíciles para algunos de los estudiantes más marginados: tres cuartas partes de los estudiantes de la región que no obtuvieron mejores resultados en las preguntas de opción múltiple que un programa de respuestas aleatorias fueron considerados competentes en lectura.
Llama la atención que en este informe la UNESCO no cita ni para bien ni para mal la situación de la educación en Venezuela antes y durante la pandemia.
El informe incluye una serie de recomendaciones clave para los próximos 10 años lanzadas en una campaña digital, Todos significa todos, que ayudará a los países a alcanzar los objetivos de educación inclusiva para 2030.
Esto será objeto de un segundo trabajo especial.