Venezuela. En los países, usualmente, suelen funcionar dos agendas en paralelo. La agenda pública es una de ellas. En esta se concentran los temas de mayor interés ciudadano en un momento determinado; pero, obviamente, no es estática. Generalmente está en movimiento de acuerdo a las necesidades de la población. Sin embargo, a veces no suele coincidir con temas reales sino con temas inducidos por grupos de interés.

La otra agenda es la política, esta se restringe, fundamentalmente, a los temas impulsados por el liderazgo político sea de gobierno u oposición que a veces coinciden con el interés general y se enmarcan en la agenda pública, aunque la mayoría de las veces va por otro camino muy distinto.

Según la alineación o no de ambas agendas se tienen profundos impactos políticos, económicos y sociales sobre la vida de millones de ciudadanos. En el caso particular de Venezuela hemos visto que, en los últimos años, ambas agendas han estado muy separadas una de la otra. Como consecuencia de ello, el liderazgo político y los partidos quedaron desconectados de la población, según reflejaron estudios importantes durante todo el 2023.

No obstante, en el último trimestre del año ocurrieron dos eventos: la primaria del 22 de octubre y el referendo consultivo sobre el Esequibo del 3 de diciembre, ambos acontecimientos apuntan a un cambio.

Deseo de cambio en Venezuela

El país ha entrado de nuevo en un ambiente de reencuentro con la política. Según Delphos, alrededor del 85% de la población venezolana tiene un profundo deseo de cambio. Esa “repolitización”, sin duda alguna, está marcando un nuevo rumbo en las definiciones temáticas de ambas agendas. Por lo cual, será clave monitorearlas en 2024 para ver los impactos particulares que tendremos en la vida pública de la nación.

2024 se debatirá entre estar anclado al tema del Esequibo, con todas sus repercusiones nacionales e internacionales en materia geopolítica y geoestratégica; la elección presidencial, que marca la constitución; y los duros efectos de la crisis multidimensional en materia de economía nacional y familiar.

Estos tres temas gruesos, según el punto de vista que se interpreten y de la manera en que se instrumentalicen por parte del liderazgo político, tendrán un lugar destacado o no en la agenda pública o en la agenda política.

Hay que destacar que la agenda que suele concentrar el interés de la población es la pública. Sus niveles de legitimidad pueden provocar movimientos importantes en materia de opinión. El Esequibo tiene un peso importante en el imaginario colectivo, aunque si se percibe en demasía su instrumentalización política, pudiera provocar pocos apoyos partidarios con firmeza.

La elección presidencial es una herramienta muy bien valorada por la ciudadanía y ha venido siendo, desde hace tiempo, la referencia más importante para la población en función de resolver el largo conflicto político nacional.  

Sin embargo, el mayor de los temas en la mente de los venezolanos pasa por las dificultades económicas que complican la cotidianidad de la gente. Con este tema real, sembrado en la agenda pública, es probable que su influencia sea mayor en la consideración de la opinión de la mayoría. Según sea la distribución de la atención en ambas agendas tendremos repercusiones importantes.

Piero Trepiccione es politólogo y Coordinador del Centro Gumilla en el estado Lara. @polis360

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