Las escuelas cerradas aumentan la «pobreza de aprendizaje»

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Salón de clases vacío. Foto: Unicef / Pablo Schverdfinger

La organización internacional Project Syndicate advirtió que mantener las escuelas cerradas aumenta la «pobreza de aprendizaje», según estimaciones del Banco Mundial y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (por sus siglas en inglés, Unesco).

La proporción de niños de 10 años que no pueden leer un texto básico es alrededor del 70% en los países de ingresos bajos y medios. Una cifra que se ha visto en aumento tras los efectos de la pandemia.

Según Syndicate a medida que la variante Ómicron se afianza, más gobiernos pueden verse tentados a cerrar escuelas, pero advierte que hacerlo prolongaría las pérdidas educativas y negaría a los niños los muchos otros beneficios de la asistencia diaria a la escuela, como la posibilidad de conectarse con compañeros de clase y desarrollar habilidades sociales para el crecimiento personal. 

«Las interacciones con profesores y compañeros son fundamentales para desarrollar las habilidades necesarias para trabajar en colaboración. Ser parte de una clase promueve un sentido de pertenencia y ayuda a desarrollar la autoestima y la empatía», indicó la organización.

De acuerdo con la organización, la paridad de género en la educación estaba mejorando. Sin embargo, el cierre de escuelas colocó a unos 10 millones de niñas en riesgo de matrimonio precoz, «lo que prácticamente garantiza el final de su escolarización».

Los gobiernos deben implementar mecanismos para adecuar a los jóvenes a las tecnologías de manera inteligente e invertir en el aprendizaje para seguir manteniendo las escuelas abiertas. Solo de esta manera los niños y niñas con menos recursos y acceso a tecnologías podrán formarse.

«Los niños deben tener la oportunidad de recuperar la educación que han perdido. Necesitan acceso a materiales de lectura bien diseñados, oportunidades de aprendizaje digital y sistemas educativos transformados que los ayuden a prepararse para los desafíos futuros. Maestros bien calificados y el uso efectivo de la tecnología son fundamentales para este proceso», reconoció la organización Project Syndicate.

Las consecuencias de una escuela cerrada

«Al menos 1 de cada 3 escolares no tuvo acceso a la enseñanza a distancia durante el cierre de las escuelas». Así lo aseguró Unicef.

Si los gobiernos no atienden este problema con extrema urgencia, el día de mañana esos niños se enfrentarán a una sociedad poco desarrollada y «frenarán a las economías y sociedades durante décadas».

«Prolongaría las pérdidas educativas y negaría a los niños los muchos otros beneficios de la asistencia diaria a la escuela, como la posibilidad de conectarse con compañeros de clase y desarrollar habilidades sociales para el crecimiento personal», expone Project Syndicate.

Las interacciones con profesores y compañeros son fundamentales para desarrollar las habilidades necesarias para trabajar en colaboración. Ser parte de una clase promueve un sentido de pertenencia y ayuda a desarrollar la autoestima y la empatía.

En el caso de Venezuela, el impacto de las escuelas cerradas fue muy negativo, no solo desde el aprendizaje de los niños, sino porque hubo una influencia negativa entorno a violencia intrafamiliar, la salud mental, el manejo de la ansiedad y las emociones; según detalló la educadora y coordinadora del programa Madres Promotoras de Paz de Fe y Alegría, Luisa Pernalete.

Para la docente, la vuelta a clases juega un rol importante para reducir la desigualdad entre aquellos estudiantes que tienen acceso a internet con los que no tienen ni siquiera un teléfono inteligente.

Datos de Unicef

Unicef registra que alrededor de 131 millones de escolares de 11 países perdieron las tres cuartas partes de su aprendizaje desde marzo de 2020 hasta septiembre de 2021.

Entre ellos, el 59% (casi 77 millones) perdieron casi todo el tiempo de instrucción presencial. Además, más de 870 millones de estudiantes de todos los niveles se enfrentan actualmente a interrupciones en su educación.

En general, en todo el mundo, los estudiantes perdieron al menos 1,8 billones de horas de aprendizaje en persona desde el inicio de la pandemia por mantener las escuelas cerradas.