El conflicto israelí-palestino es el conflicto social y armado en curso entre israelíes y palestinos por el control de la tierra de Palestina, que se remonta a principios del siglo XX. El conflicto, de gran envergadura, forma parte importante del conflicto árabe-israelí.

El paralelismo entre Israel y Palestina no es fortuito, no solo por poner en peligro la paz mundial, sino del desconocimiento por parte de Inglaterra, de un principio universal como lo es la autodeterminación de los pueblos, como lo ha venido haciendo a su conveniencia  geopolítica, el imperio británico  desde su época como Reina de los Mares luego de la guerra de los cien años.

Lo paradójico de esta guerra fratricida como la de Rómulo y Remo, ambos luchan por la integridad territorial; Palestina cuya historia es más antigua que los 2000 años de la religión cristiana e Israel nacida por una resolución de las Naciones Unidas en mayo de 1948; casualmente el mismo año en que se funda la OEA y Venezuela plantea la reclamación de la Guayana Esequiba, durante la IX Conferencia Interamericana y la creación de la OEA en Bogotá.

Siendo imparcial, en estos conflictos fronterizos, no son los Estados beligerantes los responsables originales, sino de raíz, las potencias europeas, principalmente la imperial Inglaterra, en sintonía con los intereses geopolíticos de Francia y los Países Bajos. Así es que cada uno de los protagonistas tiene su responsabilidad; sin embargo, Inglaterra es la gran causante al trazar las fronteras artificiales según su conveniencia entre Palestina e Israel; entre Venezuela y la Guyana o la nueva República de Belice (1 de mayo de 1974) como Estado artificial.

Los cuestionables e imperdonables ataques criminales del Estado Islámico, Boko Haram, Al Qaeda o los Lobos Grises, deben ser condenados y castigados con la misma vara que miden a sus adversarios.

El vil ataque del pasado sábado 7 en la mañana no puede ser visto como un asunto de oportunidad. En este caso, el factor sorpresa fue perfeccionado a diferencia de los ataques durante el día sagrado del Yon Kipur el 28 de septiembre de 1963 y la guerra de los 7 días, en junio de 1967, mientras que en esta oportunidad en una guerra no convencional, la estrategia fue más elaborada, si se pudiera decir al hacer uso de elementos más rústicos, pero totalmente más desconcertantes para la inteligencia israelí, el Mossad o el secuestro de civiles contra los Convenios de Ginebra de 1949 y sus Protocolos Adicionales, el cual establece en el Artículo 3 común a los 4 convenios que se debe tratar con toda humanidad y dar las personas que no participen en las hostilidades o que caigan en poder del adversario.

Este conflicto coloca a la humanidad ante el proverbio chino de que «el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo». Como pudiera ser la amenaza de Irán. Como en la Teoría del Caos, la guerra de Ucrania ha aleteado, sobre el Middle East, convirtiendo el aleteo de la mariposa en un conflicto regional en un potencial conflicto extra regional o global. Durante la primera y segunda guerra mundial, y guerra árabes israelíes, Venezuela se declaró neutral por interés nacional. Esperemos que en esta oportunidad igual mantenga esa posición por las mismas razones de interés nacional.

Gerson Revanales es internacionalista y profesor universitario. @grevanales

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