“Descubrir la esperanza en medio del dolor no es tarea fácil“

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P. Bernardo Mercado, sj, Superior Provincial de la Compañía de Jesús en Bolivia
P. Bernardo Mercado, sj, Superior Provincial de la Compañía de Jesús en Bolivia/Foto: EFE

El Superior Provincial de la Compañía de Jesús en Bolivia, P. Bernardo Mercado, calificó lo revelado estos días en el país y que involucra a la Orden directamente como «una semana muy dura, oscura y de purificación para la Iglesia».

Pero ¿por qué el sacerdote Mercado, la máxima autoridad de los jesuitas en este país andino, habla de esta forma? En una entrevista que concedió el jueves 4 de mayo al programa «Antes de Mediodía», con el periodista John Arandia, a través de Radio Fides Bolivia, se refirió al reciente escándalo de pederastia que implica al jesuita Alfonso Pedrajas, ya fallecido en 2009, y a otras ex autoridades de la Compañía.

Mercado señaló que ha sido unos días duros «porque es una realidad que nos toca asumir a nuevas generaciones, sobre el caso concreto de Alfonso Pedrajas. Es dura (también) porque hay que asumir la historia de la institución. Para ese entonces yo ni había nacido pero hoy día pertenezco a la Compañía de Jesús».

Igualmente ha sido una semana oscura «porque lo que más busca la Iglesia es la luz de Cristo, porque Cristo es la luz. Y nos enfrentamos a una situación tan dolorosa como la que estamos viviendo, eso es de mucha oscuridad. Y descubrir la esperanza en medio de esta situación no es tarea fácil».

Y ¿por qué es una experiencia purificadora? El sacerdote responde porque «después de todos estos acontecimientos seguir caminando en la opción que uno ha hecho significa un planteamiento existencial que no pone en cuestión lo que uno está haciendo».

Defendió la moción que por el caso de un jesuita, 52 de sus compañeros «estamos movidos» pero sin apartar la vista «en el mucho bien» que se sigue haciendo en Bolivia.

Y de cara a los nuevos aspirantes a la vida religiosa, Mercado deja una interrogante: ¿En verdad quiero pertenecer a este grupo de hombres que creen que hacen el bien? Y no duda en afirmar que también «es un momento para ordenarnos. San Ignacio de Loyola siempre nos invita a través de los ejercicios espirituales que hay momentos para discernir, revisar y ordenar la vida».

En clave de la prevención

El Superior jesuita boliviano no esquivó el tema espinoso que desató Pedrajas en su diario íntimo al cual tuvo acceso el diario español El País. y en el cual revelaba que abusó sexualmente de más de 80 niños en varios colegios de la Compañía de Jesús.

No niega que dentro de la Iglesia, y por ende en su Orden, «se van haciendo algunas cosas aisladas» en torno a atender estas situaciones desde la condena legal y también en la fase de la educación y prevención.

Por eso Mercado es sincero cuando afirma que «el papa Francisco ha hecho una invitación clara y contundente» para mirar globalmente todos los escándalos que han surgido en la Iglesia de este tenor.

¿Encubre la Iglesia a los sacerdotes pederastas?

«Si, eso es lo que se está diciendo estos días», responde inicialmente el Superior Provincial. Pero prosigue: «yo quiero partir de un principio básico. Este tipo de situaciones son crímenes (sic). Y como tales tienen que ser analizados desde esa perspectiva».

Y desde lógica explica que «debe explicarse el crimen como tal, exponer a los posibles cómplices, los encubridores, si realmente lo son, en qué grado lo son. Son tantas interrogantes que los procesos de investigación nos tendrían que ayudar y tener un panorama claro de ello para poder tener políticas comunes».

Según la publicación de El País, Pedrajas habría confesado que lo que cometió era producto de una enfermedad y del pecado. Mercado va mucho más allá y señala que si ha habido una vejación a un menor de edad «es un crimen». Por ello invita a separar «lo que dice el victimador del hecho en sí». Para él no valen las figuras literarias que se utilicen para denominar una situación tan escandalosa como esta.

Tajantemente señaló que en este caso específico «debemos contar con el diario (de Pedrajas) para de allí poder trazar el perfil de un criminal. Las investigaciones dirán si esto es así o no lo es». Y en este punto fue sincero al señalar que el sacerdote, dentro de su angustia existencial, «no estaba en sus cabales».

Admite que este «crimen» es una situación «muy complicada para la Iglesia. Hemos de partir del presupuesto que cada víctima demanda un tratamiento especial. Porque la crisis existencial a partir de una situación tan dolorosa como la que estamos tratando en la víctima, después de 40-50 años, se enfrenta de manera muy distinta».

Y dentro de este proceso expuso que hay fases como «desde pedir la total discreción de quedarse en una investigación previa hasta pasar al Ministerio Público».

Desde estas premisas cuestionó el papel de algunos medios de comunicación «que tampoco ayudan porque está el riesgo de la revictimización. Hemos de considerar que son familias constituidas. Y en muchas ocasiones pudieran ser, incluso, los secretos más grandes personales (sic). Y a nivel de Teología también se exige caridad».

¿Por qué los miembros de la Iglesia de entonces supieron de estos casos de Pedrajas y no hicieron nada?

A esta pregunta mordaz, el jesuita responde que «es lo que las investigaciones han de revelar porque estamos en una etapa preliminar en donde se pone sobre la mesa la materia de investigación y han podido ver nuestra buena voluntad de querer colaborar con esto».

Mercado confirmó que formalmente ya hicieron la denuncia. A lo interno de la Compañía de Jesús en Bolivia detalló que «a las 24 horas de esta noticia y que se expandió por el país y que se generaron todo tipo de reacciones que están orientadas a esclarecer el caso, como un modo de colaborar con las investigaciones, hemos decidido suspender a 8 jesuitas vivos, de los cuales 5 fueron Provinciales cuando vivía Alfonso Pedrajas, y los otros 3 post muerte».

Explicó que la medida de suspensión se debe a la misión «de colaborar con la justicia». En algunos otros casos ventilados en la Compañía de Jesús dijo que se han nombrado «peritos externos y se van haciendo los procesos de acompañamiento que exige la víctima».

¿Este pecado cómo se paga?

El Superior duda un segundo pero luego atina a decir que este pecado se paga «primero, con el sufrimiento de mucha gente buena que cree en lo que se está haciendo, que le apuesta con su vida a las obras que llevamos, que hace el bien, que entrega su vida, que gasta su vida pero cuando vive momentos como estos se vive con mucho dolor».

¿Qué pasa con el secreto de confesión?

Ningún sacerdote reniega de la existencia del secreto de confesión. Y entre ellos mismos lo practican. A la pregunta insidiosa de Arandia hacia sobre Mercado de ¿qué pasa si en el marco del secreto de confesión se revela un crimen?, el jesuita no evadió el desafío.

«El secreto de confesión existe. Pero existen otras instancias donde uno puede derivar un secreto de confesión. Pongo un ejemplo sin entrar en casuística. A mi se me viene una persona a confesar un delito. Yo paro la confesión en ese momento porque ese derecho de hacerlo y decir hasta aquí llegamos. Pero proseguir hasta la absolución sería un crimen».

El asunto tiene que ver con cuestiones de la teología. El Padre «Pica», como también le llamaban a Pedrajas, le había revelado a uno de sus instructores los pecados que estaba cometiendo y éste le aconsejó no hacerlos público ni abandonar la docencia. ¿Qué dice Mercado de esta «confesión»?

Si el sacerdote que confesaba a Pedrajas paraba el acto sacramental porque le estaba evidenciando un delito no solo podía sino que debía parar la confesión y denunciarlo.

«Yo creo que ahí hace mucho el tipo de formación que reciba el sacerdote. Como sucede en todo ámbito, en toda ciencia. Si uno no se actualiza puede seguir con viejos esquemas que en sus tiempos fueron válidos, evidentemente. Pero la teología ha venido tomando también su curso».

Los obispos bolivianos piden perdón: ¿es suficiente?

A mediados de esta semana los obispos de la Conferencia Episcopal Boliviana se pronunciaron por este escándalo y a través de un comunicado pidieron perdón a las víctimas. La pregunta de los ciudadanos es si esto es suficiente para reparar los daños a las víctimas.

Al respecto, Mercado reflexiona: «el mensaje de la Conferencia tiene dos partes muy unidas. El pedir perdón es un primer paso. Y hay que verbalizar. No hay que dar por supuesto. Quizás es el mínimo de los pasos que podemos dar. Un mensaje de pedido de perdón sin un compromiso de acciones concretas sería una catástrofe. Y a ello debemos apuntar nosotros. A colaborar con el esclarecimiento de este tipo de cosas y desde allí acompañar a las víctimas. ¿Cuántas, en qué nivel, cómo acompañar a las víctimas? No lo sabemos».

Pero hay que avanzar porque se trata de intentar de curar una profunda herida en el alma y corazón de cada una de las víctimas. Y como dice el P. Mercado «es un itinerario de mucha justicia, de mucha humanidad que la Iglesia tiene que marcar».

Y el mensaje que le dejó no solo a los sacerdotes sino también a todo aquel que esté cometiendo este tipo de crimen fue: «por favor, vaya a la policía y se entregue. Porque un ser humano, religioso o no, de Iglesia o no, con gran o mínima responsabilidad está más seguro en la cárcel que en su casa».

Los otros temas

La entrevista al P. Bernardo Mercado, Superior Provincial de la Compañía de Jesús en Bolivia, prosiguió con otros temas, también profundos y en cierta medida polémicos en medio de esta sociedad que va más allá de la post modernidad.

Cuestiones como la incorporación a la vida religiosa desde la libertad personal transparente y auténtica; el voto de castidad y la vida en celibato de los religiosos; la fidelidad a la condición de vida adoptada, secular o religiosa; las angustias existenciales de los sacerdotes; la no absolutización, que no es igual al relativismo, de aceptar a sacerdotes casados; la homosexualidad en miembros de la Iglesia, son temas que para el P. Mercado le imponen a la Iglesia una necesidad de revisión y apertura.

«Y lo está haciendo porque existen muchos ministerios de ejercicio en la vida religiosa. El diaconado permanente es uno de ellos. Pero habría que ir a la raíz: la existencia humana. El ser humano tiene que plantearse en esta realidad cómo quiere vivir su existencia en este mundo. Y en ello las congregaciones religiosas, creo, tienen que trabajar más en la vida interna del ser humano que en la estructura de la vida religiosa.

Entrevista completa al p. Mercado desde el minuto 22 hasta el 57