Jerry Rivera: “Soy más de Venezuela que de Puerto Rico”

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Foto: Michelle Matos

Hace un par de días Jerry Rivera ofreció un concierto en la terraza del Centro Comercial Ciudad Tamanaco, en la ciudad de Caracas, pero unas horas antes de subirse al escenario conversó con Radio Fe y Alegría Noticias y dejó ver, lejos de los reflectores de las cámaras y micrófonos, al ser humano que siente y padece.

Cumplió 50 años de edad y 35 de carrera con el sello de un héroe: su padre, Don Edwin Rivera, quien tuvo la visión de que Gerardo (el nombre real de Jerry) triunfaría en la música y por eso pidió un préstamo para grabarle un demo al menor de los varones Rivera y con empeño, fe y confianza lo llevó a diversas casas disqueras, hasta que la oportunidad se dio con Empezando a vivir (1988). No obstante, el éxito llegó con su segunda placa discográfica, Abriendo Puertas (1990), del cual se desprenden los éxitos Nada sin ti, Esa niña, Tal vez, Como un milagro y Dime.

Su rostro infantil irrumpió al mundo de la salsa. Su tercer disco, Cuenta conmigo (1992), resultó un éxito sin precedentes y se ganó el remoquete de “El bebé de la salsa”. Por si fuera poco, varios no confiaron en él por su imagen de niño lindo y, en el afán de librarse de esa etiqueta, le pidió a Roberto Lugo que le escribiera un tema para desafiar a la mujer y demostrar que él ya era un hombre.

Es así como nació el cuarto disco, Cara de niño (1993), pero su deseo no solo no se cumplió, sino que terminó siendo el eterno cara de niño y el bebé de la salsa, aunque se convirtió en papá prácticamente desde que nació y luego en abuelo cuando apenas estaba en sus treinta.

Agradecido con Dios por regresar a Venezuela

Un pequeño salón del Hotel Eurobuilding, en Caracas, fue el refugio de esta conversación cuando el reloj marcaba cerca de las 8:00 de la noche del viernes 17 de noviembre.

Jerry Rivera ya no tiene la semblanza de un infante, pero sí conserva la jovialidad y, ante todo, mucha madurez. Es un hombre centrado en lo que quiere y en lo que no. Sin titubeos expresa que le gusta ser directo, sin mentiras y que prefiere que también sean así con él.

Es pausado al hablar. Transmite paz, calma, sinceridad y agradecimiento a Dios por todo.

Ha estado en Venezuela al menos en unas tres ocasiones en el último año: noviembre de 2022, septiembre y noviembre de 2023. De la visita del año pasado, recuerda que se enfermó con neumonía. “Es la peor vez que me he sentido mal en una tarima. Estoy agradecido a Dios, a la vida, a la gente que tuvo la paciencia para soportar lo mal que yo estaba e hice el trabajo. No sé ni cómo pude estar parado ahí”, dice y añade que está contento de regresar en esta oportunidad y con Dios por delante.

Foto: Michelle Matos

La fama nubla la mente

-Con 35 años de carrera… ¿Qué le dirías hoy a tu papá?

“Todos los días le doy las gracias y le digo que soy quien soy por ti” y agrega que cuando comenzó en el mundo de la música le dijo a su padre que no tenía la experiencia porque todavía era muy “nene”, pero su progenitor le insistió que la inexperiencia, imperfecciones y crudeza serían los factores que lo encaminarían a aprender, a confiar en su talento, a caer y a levantarse.

“Nunca pensé que a mis 40, 50 años, iba a estar en la música. En la salsa, la mayoría a los 35 ya estaban acabados, con carreras destruidas y con dependencia de las compañías disqueras. Antes era difícil hacer un trabajo mundial y ahora con la llegada del internet se nos facilitó el trabajo. Ahora puedes conectar a todos sin tener que ir a países a hacer televisión, radio”, indica.

-¿Cómo se enfrenta el artista, en este caso tú, a las mieles de la fama? Esa fama que puede cegar y nublar la mente como cantas en Casi un hechizo. ¿Cómo te mantienes con los pies en la tierra?

“Siempre se nubla la mente. Es difícil ver la realidad porque mucha gente no te deja verla y porque quiere verte todo el tiempo como un artista y se les olvida que eres un ser humano que siente y padece”, asegura.

La familia es su norte

Jerry comenta que en la carrera artística pueden existir managers o casas disqueras que pretenden controlar a la figura pública como un títere, a su antojo con visitas o trabajos innecesarios hasta que el cuerpo pasa factura. Sin embargo, su experiencia le permite poner límites sin titubeos y que cuando le toca grabación decide concentrarse en ello para que todo salga bien, aunque a veces le toque no ver a su familia ni atender a su público. “Tengo que aislarme para cumplir con el compromiso de grabación”.

También explica que puede suceder al contrario, es decir, si está de vacaciones con su familia, ese momento o temporada es para compartir con sus seres queridos y el negocio de la música queda para atenderlo después. De esto está claro su equipo de trabajo, pero también afirma que en todo puede existir un equilibrio para estar contento y divertir a la vez.

-Partiendo de la importancia de lo que significa para ti compartir con tu familia… ¿Cómo ha sido este camino de la fama para tu esposa, hijos y nietos?

“Todos somos unos personajes (risas). Creo que no hay una fórmula perfecta. En el día a día se aprende”, dice y agrega que por ejemplo, con un nieto, hay que adaptarse, explicar, escuchar.

Sobre sus hijos, indica que no es fuerte con ellos, pero que sí les habla claro y con honestidad. Les ofrece recomendaciones de acuerdo a las experiencias que ha tenido. “A lo mejor me equivoco o no, pero no les miento”.

Jerry Rivera es un abuelo consentido

-¿Quién consiente más a los nietos, tu esposa o tú?

“Los dos. Aunque supuestamente estoy parcializado con las niñas. Es que las nenas me dan más amor”, expresa un risueño y orgulloso abuelo, pero afirma que sus nietas lo besan y abrazan, sobre todo la mayor (porque la otra es una bebé de meses), quien le dice que no importa cuántas canas le salgan al abuelo Jerry porque ella siempre lo va a amar.

Sonríe y se le ilumina la mirada cuando habla de sus pequeños nietos, sobre quienes asegura que son su nueva vida.

Amar sin condición

Hace algunos meses, en una entrevista que le ofreció al periodista Luis Olavarrieta, afirmó que el amor va por encima de todas las cosas porque con éste se llegan a otros recursos como la bondad, piedad, paciencia o perdón.

Nuevamente lo resaltó en esta conversación. Piensa que el mundo está falto de amor y de expresar a las personas cuánto se les quiere. “Ama. Dile a tus amistades que las amas, dales un beso. Apóyalos. Disfruta hoy, el presente, sin pensar tanto en el pasado”, dice.

Foto: Emely Pacheco

Preguntas cortas, respuesta cortas…

La salud

“La buena salud es una bendición”, asegura, pero añade que hay muchas personas que no gozan de buena salud y se pueden ofender si escuchan esto. Resaltó una vez más lo significativo que es el amor. “¿De qué te vale tener toda la salud del mundo si nadie te quiere? Hay personas que no poseen salud, están luchando y tienen todo el amor. Ellos son afortunados”, apunta.

El dinero

No es para todo el mundo.

-La fama

No es para todo el mundo.

Una canción

Una historia.

La familia

Lo es todo.

Doña Sandy (su mamá)

Mi novia eterna.

-Don Edwin Rivera (su papá)

Mi héroe.

Saned (su hermana)

Mi bebé (ríe).

Tu esposa

¡Mi jefa! (risa pícara).

Tus hijos

¡Mis jefes! (ríe).

Servando y Florentino

“Espiritualmente son una extensión mía y a la vez una sobrecarga. Ellos me dan fuerza a mí para ser mejor”.

Papá Dios

Hoy, mañana y siempre.

Venezuela

“Jerry Rivera es venezolano. Acuérdate que nuestros indios tainos venían de Venezuela. ¿Sabías eso? ¡Nosotros somos venezolanos!”.

Puerto Rico

“Yo soy más de Venezuela que de Puerto Rico (ríe)”.

Jerry Rivera quien cuenta en su haber con 17 producciones discográficas, tiene previsto que para el 2024 lance su nuevo disco del cual ya tiene 15 temas grabados y está bajo la producción del cantautor venezolano Juan Miguel.

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