Las mujeres periodistas del continente americano enfrentan obstáculos estructurales y prácticas discriminatorias que las excluyen del debate público, expone un reciente informe de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión (RELE) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
En el informe se reconoce la situación de riesgo que enfrentan las mujeres periodistas y revela algunos patrones de discriminación dentro de las salas de redacción que, según el organismo internacional, les impide a las mujeres ejercer en igualdad de condiciones su profesión.
La RELE destacó avances y desafíos en los patrones de discriminación basada en género como la segregación ocupacional producto de los estereotipos, las brechas salariales y los diversos obstáculos para acceder a cargos de dirección y decisión en comparación con sus colegas varones.
El informe, titulado “Mujeres periodistas y libertad de expresión”, expone en primera instancia que, aunque en los últimos años ha aumentado el número de mujeres que ejercen el periodismo, los patrones arraigados de discriminación por motivos de género todavía “representan un enorme desafío para la capacidad de la mujer para iniciar y llevar a cabo una carrera en el ámbito del periodismo en igualdad de condiciones con el hombre”.
Al respecto, la relatoría señaló como un patrón común entre las naciones de la región que las mujeres periodistas “son responsables de los temas ‘menos relevantes’ para la agenda mediática”, pues suelen encargarse de temas de cultura, sociedad, salud y educación. Además, devengan un sueldo menor que los hombres y ejercen menos roles de liderazgo.
“Un número significativo de mujeres siguen enfrentando barreras basadas en sesgos de género para acceder a los medios de comunicación. Cuando lo logran, encuentran que muchas redacciones son un espacio hostil en el que no pueden ejercer el periodismo en condiciones de igualdad con sus pares varones, en virtud de patrones generalizados de segregación vertical y horizontal, brechas salariales, precarización laboral, discriminación hacia las mujeres que desempeñan roles de cuidado y otras formas de discriminación interseccional”, se lee en el informe.
En Venezuela, hombres ocupan los puestos jerárquicos
De acuerdo con la investigación de la RELE, en Venezuela, la mayoría de las personas que ocupan roles de liderazgo o puestos jerárquicos de los medios de comunicación son hombres. Inclusive, en las jefaturas de los medios digitales y la radio predominan los hombres.
Sin embargo, “el grueso del reporterismo lo hacen principalmente mujeres jóvenes”.
Por otro lado, al respecto de los puestos de jerarquía, la RELE habló sobre el techo de cristal. Dijo que, en toda la región, la presencia de mujeres tanto en los cargos jerárquicos al interior de las redacciones, como en los puestos de gobierno y alta gerencia de las empresas periodísticas, es escasa.
“Investigaciones recientes han identificado que, ante este panorama, las mujeres periodistas de la región están desarrollando sus propios medios digitales, aprovechando las bajas barreras de entrada que estos medios presentan y como una estrategia para sortear los techos de cristal que caracterizan a los medios tradicionales”, se lee en el documento.
En este sentido, la Relatora señala un estudio realizado en 2017, el cual encontró que las mujeres estuvieron involucradas en la creación del 62 % de los 100 medios nativos digitales relevados en Argentina, Brasil, Colombia y México. Del total de personas fundadoras, el 40 % fueron mujeres. De acuerdo al mismo estudio, “(las) mujeres también están jugando un rol significativo en los equipos ejecutivos y gerenciales de estos medios digitales nativos”.
La barrera intangible y simbólica denominada techo de cristal no solo está presente dentro del ámbito del periodismo y la comunicación social. En la política, las mujeres también se enfrentan al techo de cristal, según dijo Cristina Ciordia, activista de Derechos Humanos y experta en estudios internacionales, a Hilos de América.
Violencia de género
Mujeres periodistas y comunicadoras de otros países de la región reportaron a la RELE patrones similares de violencia o acoso por parte de personas con las que comparten redacciones o espacios de trabajo.
Según el órgano de derechos humanos, las periodistas expresaron lo frustrante que es “ver que la violencia viene de las propias redacciones de medios”; incluso, “de los mismos colegas”.
“Es una forma de violencia tan normalizada, que es sutil y por eso pasa sin mayores asombros”, cita la Relatoría el testimonio de una periodista.
Para la RELE, esta situación pone a las víctimas y sobrevivientes en la posición de debate, pues si denuncian podrían perder su trabajo y poner en riesgo su seguridad por el nivel de normalización de la violencia que experimentan dentro del medio.
Como consecuencia de la alta prevalencia de actos de violencia basada en género en los medios de comunicación muchas mujeres periodistas deciden abandonar su lugar de trabajo o se ven forzadas a tomar decisiones que se traducen en una transformación involuntaria de su trayectoria profesional.
“La violencia basada en género en el lugar de trabajo no sólo impacta en el derecho de las mujeres periodistas y las trabajadoras de los medios de comunicación a desempeñar su labor libres de toda forma de violencia y discriminación. Como ellas mismas señalan, la discriminación, el acoso y otras manifestaciones de violencia de género contra mujeres en los medios de comunicación son también atentados a la libertad de expresión, particularmente grave para aquellas que incorporan en su quehacer un enfoque de género y de derechos”, dice el texto.
RELE preocupada por la falta de protocolos
En el informe mencionado, la Oficina de la RELE manifestó su preocupación ante la omisión de “muchas empresas de comunicación” de adoptar protocolos o reglas internas que garanticen adecuadamente los derechos de las mujeres periodistas y trabajadoras de los medios de comunicación que experimentan situaciones de violencia basada en género en su lugar de trabajo.
A fin de contribuir a erradicar estas prácticas, la Relatoría Especial consideró que los medios de comunicación deberían establecer políticas internas con disposiciones específicas en materia de violencia y discriminación basada en género, con énfasis en el acoso laboral y sexual.
Asimismo, señaló que deberían existir procedimientos internos y mecanismos independientes de denuncia y rendición de cuentas, que garanticen los derechos de las mujeres periodistas y de todas las partes involucradas.
“El hecho de que muchos medios de comunicación aún no hayan avanzado sustantivamente en el desarrollo de políticas y/o estrategias para abordar estos patrones de violencia y discriminación contribuye a su perpetuación y/o impide su correcto abordaje”, sentencia el informe.