La semana que está por culminar se caracterizó por la celebración de las fiestas de carnaval y el inicio del tiempo litúrgico de la cuaresma. En Venezuela las fiestas carnestolendas no se detuvieron a pesar de la COVID-19. Sin embargo, el llamado festejo «del agua» se vivió en nuestro país con varias regiones a secas. Se agudiza la problemática de este servicio básico en casi todo el territorio nacional. Las bombas y los muertos siguen estando presentes en la invasión de Rusia a Ucrania. Mientras, a Venezuela llegó una comisión de alto nivel de EEUU para intentar negociar.
Fiestas de carnaval y los 33 años de El Caracazo
Las fiestas de carnaval en nuestro país contaron con las celebraciones de desfiles de carrozas, comparsas y reinas amén de grandes rumbas en muchas partes. A pesar de la presencia de la COVID-19, en zonas como El Callao, estado Bolívar, y en El Nula, estado Apure, los gritos estuvieron a la orden del día.
En medio de la memoria colectiva el periodista venezolano Andrés Cañizales y el jesuita y teólogo Pedro Trigo, cada uno desde su óptica, nos ayudaron a recordar los 33 años de los sucesos llamados El Caracazo, aún bañados de impunidad ya que el Estado venezolano no aplica justicia pese a haber una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Los 3 mil kilos de oro de El Callao y las bombas en Ucrania
El alcalde de El Callao Jesús Coromoto Lugo, generó polémica cuando a través de Radio Fe y Alegría Noticias declaró que «no se justifica que un pueblo que produce 3 mil kilos de oro mensual no tenga agua y el hospital no tenga medicamentos».
Lugo también denunció que la actividad minera no le genera ningún beneficio y desarrollo social a los callaenses, puesto que el pueblo no tiene acceso a un servicio básico como el agua.
En Ucrania la invasión rusa continuaba a todo vapor. El gobierno de Volodomir Zelensky denunció que su homólogo Vladimir Putin había irrespetado el cese temporal al fuego y seguía bombardeando localidades que se habían acordado como corredores humanitarios.
En la ONU el Consejo de Derechos Humanos condenó, por amplia mayoría, los ataques. Tanto esa instancia como la Fiscalía de la Corte Penal Internacional anunciaron que abrían investigaciones por supuestos crímenes de guerra cometidos en Ucrania.
El ACNUR reportaba al final de la semana que los refugiados ucranianos ya superaban el millón de personas que buscaban llegar a países vecinos como Rumanía y Polonia. Las víctimas mortales ya sobrepasaban las 2 mil 500.
En medio del tablero internacional, una comisión de alto nivel del gobierno de EEUU llegó a Venezuela para «mirar» con el gobierno de Nicolás Maduro si el país caribeño se convierte en el sustituto de la exportación de petróleo al norte a cambio del ya sancionado Rusia.
Arrancó la cuaresma
De acuerdo al calendario litúrgico de Iglesia católica el llamado miércoles de ceniza marca el inicio del tiempo de la cuaresma. Momento de 40 días que rememoran las tentaciones que padeció Jesús en el desierto. Para el jesuita venezolano Alfredo Infante estos días significan una invitación a caminar juntos hacia una humanidad reconciliada, a fin de construir el reino de Dios.
Llamó a las familias venezolanas a reconciliarse entre ellas mismas y entender que estos tiempos de crisis social y económica representan el desierto como penitencia para llegar a la Pascua.
En medio de esta propuesta de meditación la Conferencia Episcopal Venezolana propuso una jornada de ayuno y oración a través de la red social Twitter para intentar «estar cerca de los sufrimientos de los ucranianos».
Precariedad de las familias venezolanas afecta los derechos de los niños
El Observatorio Venezolano de la Violencia presentó su más reciente informe sobre la situación de precariedad que sufren la mayoría de las familias venezolanas.
En el estudio se registraron casos de hambre, desnutrición, explotación, abandono y situaciones de privación significativa de los recursos más básicos y elementales para la subsistencia en niños, niñas y adolescentes en 15 estados de Venezuela.
Una situación que también se refleja en la Guajira venezolana cuando una madre de dos niños también sufre de desnutrición y tampoco puede alimentar a sus hijos.
Lo 67 años y la rifa de Fe y Alegría para mantener la esperanza
El Movimiento de Educación Popular y Promoción Social de Fe y Alegría celebró este 5 de marzo sus 67 años. El día anterior, viernes 4, su director general Manuel Aristorena, en una rueda de prensa, reclamó que en Venezuela la educación no tiene dolientes.
Recalcó que desde 1955, cuando se fundó la primera escuela por el P. José María Vélaz y Abraham Reyes en el 23 de Enero de Caracas, y mucho más en este contexto «Fe y Alegría es una oportunidad para la esperanza en acción».
Y a propósito de este aniversario siguió animando a las personas de buena voluntad a colaborar con la rifa de Fe y Alegría para, entre otras cosas, contar con escuelas dignas y maestros dignos.
El medio petro que no alcanza pa ná
En un acto con sindicatos y centrales de trabajadores afectas al oficialismo el presidente de la república Nicolás Maduro anunciaba el anhelado incremento del salario mínimo a medio petro, o el equivalente a 126 bolívares mensuales, que junto al también aumento de la cesta ticket, un trabajador puede redondear de ahora en adelante los 40 dólares al mes.
Sin embargo, la supuesta buena noticia no es tal. Solo la canasta básica supera los 400 dólares al mes. Y los pensionados pasan de ganar 7 bolívares a 126 bolívares al mes pero eso aún no les es suficiente ni siquiera para comprar sus medicamentos.
Maduro ratificó los anuncios en el recién instalado quinto congreso del PSUV en donde aseguró también que seguirán dando la batalla para el mejoramiento de las condicione socioeconómicas de la población. Igualmente ratificó la mano dura contra la corrupción. En el evento también se recordaron los 9 años de la muerte de Hugo Chávez.
Voces de la emergencia que no cesan
En La Mira ha puesto Radio Fe y Alegría Noticias la creciente problemática del servicio de agua potable en el país. Venezuela está rodeada de embalses pero sigue sediento.
Lo crítico de este servicio básico se ha visto reflejando con aguda complicación en zonas como Maturín, en el estado Monagas, en Táchira donde 13 municipios se quedaron sin agua por fugas de un acueducto .
La indolencia se apoderó de la comunidad maturinese Villas La Valentía y en El Progreso de Maracaibo están cansados de la quema continua de basura porque no pasa el camión del aseo.
En Mérida sus ciudadanos padecieron «la otra feria», distinguida por el festival de los cortes eléctricos y de las colas para surtir combustible.
