5 años de indolencia y abandono denuncian en Villas La Valentía

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Foto: Meli Espina

La comunidad anclada en la parroquia Los Godos de Maturín, estado Monagas se fundó hace 5 años con unas 50 familias. Hoy suma unas 400 que viven en medio de carencias y sin servicios básicos elementales.

Lo poco que se ha urbanizado Villas La Valentía se debe al esfuerzo de sus residentes, que se han organizado para ir aplanado las calles, instalar tuberías de agua desde el sector Los Guaritos hasta su comunidad y una práctica similar con las instalaciones eléctricas, ya que aseguran no ver compromiso por parte de las autoridades para atender sus necesidades.

La mayoría de las viviendas han sido construidas con materiales de desecho: restos de láminas, madera y cartón, cada familia ha optado por construir su pozo séptico para sus necesidades ya que solo la primera calle se pudo conectar al sistema de aguas servidas.

En consecuencia, señalan sus residentes que el agua de los baños, la limpieza del hogar y el lavado de ropa la deben lanzar a sus patios para evitar colapsar los pozos sépticos, porque los desechos se desborden por los alrededores.

Organización en medio del abandono 

Leonor Aníbal, vecina de la comunidad Villas La Valentía cuenta cómo viven en medio de necesidades, a pesar de los esfuerzos de los vecinos de mejorar servicios claves para su sector.

“Las cloacas son un problema grave, ya son 5 años de fundada esta comunidad y es un tema grave, hay muchos problemas porque no hay cloacas, insalubridad, malos olores. Cada quien ha construido su séptico pero eso colapsa y se desborda y te imaginaras esa desagradable situación”, relató la vecina.

No hay agua directa

“El agua es otro servicio deficiente que le llega una o dos veces por semana y es porque llega en la parte de adelante y los vecinos se conectaron, cada quien hizo su conexión y compró su material, pero para la zona alta no llega y les toca resolver como pueden”, asegura Anibal.

Calles improvisadas

El acceso a Villas La Valentía se hizo porque los vecinos se organizaron y pagaron la maquinaria, cuenta una de las residentes que hasta rifas hicieron para lograr reunir la plata.

“La única vez que se metió una maquina fue la misma comunidad quien colaboró. Hicimos rifas, pusimos cuotas con lo poco que cada quien tenía y pagamos para aplanar y limpiar la entrada y las primeras calles. A esta comunidad no se meten las autoridades, hay que decirlo, hay mucha necesidad. Hay muchas familias con viviendas en condiciones lamentables”, denuncia.

El aseo tampoco se ha enterado de la existencia del barrio

A esta comunidad no llega el servicio de aseo urbano, refieren los residentes que solo pasa por la avenida principal y no es continuo.

Ante esta realidad se organizan para sacar la basura y no quemarla en sus residencias para evitar afectar la salud con los olores y el humo que esta desprende.

Pero no quemarla implica caminar largos trayectos para depositarla en sectores por donde el servicio de aseo funciona de forma regular.

El Clap llega cuatro veces al año

Maibel Hernández, denuncia que la atención alimentaria es deficiente, el Clap lo recibe cada tres meses.

“Aquí nos llega el Clap, pero no es constante, pasan tres meses o más y lo que llega no es de calidad. Otros beneficios de proteínas como le llegan a otras comunidades no los recibimos y hay muchas familias necesitadas y con niños pequeños o ancianos”.

Rinden el gas con fogones y cocinas eléctricas

Al consultar sobre el servicio de gas residencial, nos cuenta “ha mejorado, pero no siempre llega a durar un cilindro más de 30 días, por lo que optamos por usar cocinas eléctricas. Otros vecinos menos favorecidos recurren a los fogones. Una bombona de 10 kilos no dura más que 25 o 30 días”.

Inseguridad

Zoila Martínez relata que, en los últimos tres meses los robos en la comunidad se han intensificado por ser vulnerables en su ubicación, están entre terrenos enmontados que comunican con otros urbanismos ya constituidos. Asegura que al estar cobijados los delincuentes por la total oscuridad que reina en Villas La Valentía, sus habitantes son presa fácil de las pandillas que actúan en grandes grupos.

“Los delincuentes no son de este sector, vienen de otras comunidades, aquí hay salida a la invasión de La Puente y otros sectores. Nosotros estamos muy vulnerables vienen para acá y hacen desastres, son muchos, una pandilla de 10 y 12 personas, se meten en el monte y aprovechan la oscuridad”.

“Hemos tenido situaciones fuertes, a unos vecinos se les metieron en el rancho para robarlos, al señor le partieron la cabeza, los amordazaron y amararon. Se llamó al cuadrante y no había funcionarios para cubrir el sector”.

Ante la ola de robos, los vecinos se encierran temprano y evitan estar en la calle solos. Cualquier pertenencia de valor deben resguardarla dentro de su residencia

Conexión móvil limitada

Los vecinos aseguran que la señal de las operadoras telefónicas es muy deficiente, denuncian que se quedan incomunicados quienes tienen líneas de las operadoras Movistar y Movilnet. 

Entre los vecinos se organizan y están atentos a cualquier emergencia para poder contactar con servicios de salud y seguridad, pero la comunicación es limitada.

Con nuevos representantes de gobierno regional y municipal, en Villas La Valentía esperan que se atiendan las peticiones de las 400 familias que viven en este sector. Exigen servicios vitales como aguas servidas, agua potable, vialidad y alumbrado, construcción de viviendas dignas o aporte de materiales para la autoconstrucción y seguridad social para toda la comunidad.

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