Espiritualidad. Viernes 25 de febrero de 2022.
Por Antonio Pérez Esclarín.
Orar para hacernos más humanos
Muchos no oran casi nunca, o recurren a la oración sólo en situaciones límites o ante problemas muy graves. Pero la oración debe convertirse en una práctica habitual de nuestra vida cotidiana. Orar para encontrar más silencio serenidad y descanso, para vivir las cosas intensamente desde dentro, sin empobrecernos ni dispersarnos de la superficialidad y trivialidad.
Orar para hacernos más humanos, para vivir una actitud más lúcida y vigilante en una sociedad tan inhumana. Para limpiar los criterios, valores, sentimientos y emociones que nos deshumanizan. Orar para abrir los oídos del corazón y escuchar honestamente a Dios, para estar más atentos a quienes pueden necesitar nuestra cercanía, ayuda o comprensión. Orar para no desalentarnos ante los problemas y conflictos, para reavivar la esperanza, para fortalecer nuestra debilidad y aliviar nuestra tristeza.
Orar para caminar por la vida acompañados de un Dios padre y madre, que nos comprende y ama. Para iniciar el día cada mañana con más confía, fuerza, creatividad y agradecimiento. Orar para enfrentar con valor las dificultades, para liberarnos de nuestros miedos, vanidades y errores. Para sentirnos comprendidos y perdonados, para levantarlos de nuevo a una vida más digna y responsable.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.