Angélica vende tortas para no perder sus esperanzas

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Foto: Archivo.

La señora Angélica Zambrano reside en El Cafetal, en Tucupita y por su mente solo corre una frase: “la esperanza es lo último que se pierde”. Lo recuerda todos los días. Lo hace para mantenerse fuerte en plena crisis e insiste en creer en Venezuela.

Angélica tiene 37 años de edad y vive junto a su esposo y sus cinco hijos.

Trabaja en una institución pública pero su salario no le alcanza para salir adelante en plena coyuntura. Ella intenta sobrevivir a las trabas diarias vendiendo tortas caseras. Se trata de un negocio que le ha permitido darse a conocer entre los deltanos.

Todos piensan en abandonar el país; Angélica también lo ha hecho, pero por ahora no es prioridad.

«La cosa está difícil, es verdad, pero tenemos que creer en Venezuela», sostiene. «Y si pensamos en migrar, primero tenemos que planificar. Yo prefiero luchar aquí antes que pasar broma en otra parte. Claro, respeto a todos los que se van y espero respeten el hecho de que me quede en mi país».

Angélica Zambrano quiere intentarlo en Venezuela y prefiere sacar a su familia adelante en el país que la vio nacer.

Por Cristian Medina | Radio Fe y Alegría Noticias