Con el inicio formal de la flexibilización de la cuarentena en el país, dispuesta por el gobierno nacional desde este pasado lunes 1ro de junio, la Conferencia Episcopal Venezolana publicó el protocolo para reabrir gradualmente los templos, celebrar los sacramentos y sacramentales y la reactivación progresiva de los servicios pastorales.
Fases de reapertura:
El documento establece tres fases dentro de apartado de la reapertura:
Fase I: El Obispo diocesano, tomando en cuenta las disposiciones de las autoridades sanitarias, determinará el momento en que los fieles podrán asistir a los templos para las celebraciones eucarísticas dominicales y feriales, en grupos pequeños, de acuerdo al espacio disponible en cada templo, guardando el debido distanciamiento físico de metro y medio de distancia, y observando todas las medidas preventivas establecidas por la autoridad sanitaria.
Fase II: En el momento en que, de acuerdo a las autoridades sanitarias, ello sea posible, se reactivarán los servicios pastorales de las diócesis, parroquias y movimientos de apostolado. Será necesario determinar el número de personas que se podrán congregar y las directrices de higiene de las personas e inmuebles, así como el distanciamiento físico.
Fase III: Para reanudar con toda normalidad la vida pastoral ordinaria de las diócesis y parroquias, se deberán esperar las determinaciones de las autoridades sanitarias.
«En las actuales circunstancias, convendría que cada Obispo prorrogara la dispensa del precepto dominical, invitando a los fieles a celebrar la Palabra de Dios y la oración en las casas, y aprovechando la transmisión en vivo de la Eucaristía por los diversos medios electrónicos», reseña el comunicado publicado en su sitio web este jueves 04 de junio.
A su vez, llaman a los fieles a asumir «responsablemente su deber de cuidarse a sí mismo y al resto de la comunidad del riesgo del contagio».
Igualmente llaman a que cuando las autoridades así lo permitan y siempre que no determinen el número de personas, se establecerá que a cada templo o capilla asista el 50% de la capacidad, siempre respetando la distancia física.
Ante esto, agregan que «allí donde sea necesario y posible, se procurará aumentar el número de celebraciones dominicales o feriales, a fin de dar oportunidad a mayor número de fieles de asistir a las mismas, respetando el porcentaje antes mencionado. En algunas circunstancias estas celebraciones deberán ser más breves que lo ordinario.»
La Conferencia Episcopal Venezolana apunta en el documento que el uso de mascarillas o tapabocas es obligatorio para entrar a los templos o asistir a actividades religiosas, mientras que aquellos que presenten malestar corporal, deben quedarse en sus casas.
Además, instan que en los templos se disponga solo de la cantidad necesaria de bancos para el número de personas permitidas. Otra opción es colocar sillas plásticas con su debida separación.
«Los niños sólo podrán asistir junto con sus padres u otro familiar, y con ellos se sentarán», agregan.
Con respecto a las pilas de agua bendita, apuntan que las mismas deben continuar vacías.
Las puertas de los templos se mantendrán abiertas a la entrada y salida de las celebraciones, para que los fieles no tengan que tocarlas, ni sus manillas.
Igualmente instan a disponer de gel antibacterial «o algún otro líquido prescrito por la autoridad sanitaria» en la entrada de los templos.
Celebración eucarística
En este apartado, la CEV sostiene que debe suprimirse el uso de hojas para las lecturas y cantos.
Los clérigos que celebren o ayuden a la Eucaristía, así como los monaguillos, ministros y servidores del altar, deberán usar la mascarilla y lavarse las manos antes de iniciar la celebración. Además, instruyen al uso de guantes y tener agua y jabón suficientes en la sacristía para el aseo de quienes preparan los vasos sagrados y demás utensilios.
Debe permanecer el menor número de personas en el presbiterio.
En los días feriales, la primera lectura y el salmo pueden ser leídos por una sola persona que pueden ser más en los domingos y solemnidades. Conviene que usen mascarilla y guantes para resguardar el micrófono.
Durante la pandemia, conviene suprimir todo tipo de procesión de dones u ofrendas.
También sugieren cambiar el acto de dar la paz con la inclinación de la cabeza «o se suprime».
Para la comunión, la misma se recibirá en la mano con el debido cuidado y respeto. Si es posible, el sacerdote que va a distribuir la comunión se lavará antes las manos, o usará gel antibacterial. El sacerdote y los ministros extraordinarios de la comunión usarán mascarillas mientras distribuyen el Cuerpo de Cristo.
Administración del Bautismo
Sugieren hacer los bautismos individuales o en grupos pequeños para evitar la aglomeración de personas y todos los asistentes deberán usar mascarillas.
Agregan usar un hisopo o mota de algodón para cada niño que luego se recogerán y se incinerarán. La pila bautismal debe estar provista de agua limpia, la cual se bendecirá en el momento de la celebración. Una vez derramada en la cabeza de un niño no debe ser usada de nuevo, sino que se la desechará de la manera habitual.
Sacramento de la Reconciliación o confesión
El ministro debe usar mascarilla y guantes, y se colocará a una distancia no menor de dos metros del penitente. Al terminar, debe limpiar la superficie y sus manos.
Mientras que el penitente debe usar mascarillas. El acto se debe hacer en un espacio amplio que permita el distanciamiento pero también la confidencialidad.
Sacramento de la Confirmación
Tiene las mismas indicaciones para la celebración de la Sagrada Eucaristía. En la crismación se podrá utilizar un hisopo o mota de algodón, distinto para cada confirmando, que luego se incinerarán. Tanto celebrante como confirmando deben usar tapaboca.
Sacramento del Matrimonio
El número de asistentes o participantes debe reducirse al mínimo posible y jamás deberá exceder lo establecido para una celebración eucarística
Los anillos y las arras deben ser manipulados exclusivamente por los contrayentes.
Exequias
Para las exequias valen las mismas indicaciones dadas para la celebración eucarística, si se celebran en un templo o capilla. Podrán estar presentes los familiares más cercanos, según el número autorizado, los cuales deberán usar mascarilla y guardar la distancia de 1,5 metros.
El ministro celebrará todo el rito desde el presbiterio y sólo podrá acercarse al ataúd para la aspersión de agua bendita, teniendo mascarilla y guantes. Conviene hacer un rito breve que no implique la participación de lectores.
Si son fuera del templo, con mayor razón el ministro deberá observar las precauciones indicadas y hacer un rito breve.