El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, envió este lunes un mensaje televisado a sus seguidores, diciendo que ha estado «en la verdadera escuela» y «ha aprendido un montón sobre COVID-19».
«Ha sido un viaje muy interesante, aprendí mucho sobre COVID, aprendí yendo de verdad a la escuela, esta es la verdadera escuela, esto no es lo que se lee en los libros. Y lo comprendo, lo entiendo», declaró el mandatario.
Trump fue trasladado el pasado viernes al Centro Médico Walter Reed después de confirmarse el diagnóstico, creando polémica enseguida por las contradicciones de su equipo médico al dirigirse a los medios.
Y es que el médico de cabecera del presidente de los Estados Unidos, Sean Conley, titubeó en varias ocasiones al hablar frente a la prensa sobre el estado de salud de Trump.
En un primer momento, Conley aseguró que Trump no había necesitado oxígeno para mantenerlo estable. Sin embargo, apenas 24 horas más tarde, declaró que Trump había tenido fiebre y se le había administrado oxígeno para ayudarle a respirar. «Estaba preocupado por el rápido desarrollo de la enfermedad», dijo.
Otro momento contradictorio surgió cuando el jefe de personal de la Casa Blanca, Mark Meadows, aseguró después de una conferencia de prensa el sábado que el estado de salud de Trump era «preocupante».
«Los signos vitales del presidente en las últimas 24 horas eran preocupantes y las próximas 48 horas serán críticas en términos de su cuidado. No estamos en un camino claro a la recuperación», declaró.
Sin embargo, Conley aseguró que Meadows se refería al diagnóstico previo a la hospitalización del presidente y que sus declaraciones habían sido mal interpretadas.
Sin embargo, tras su hospitalización, Donald Trump salió en un recorrido con la caravana presidencial, donde se le vio saludando y sonriendo a sus seguidores desde el interior de su vehículo, usando una mascarilla y sin abrir las ventanas.
Donald Trum, el COVID-19 y la campaña
La situación ha puesto el ojo de muchos analistas y votantes en la campaña y en las venideras elecciones.
El rival de Trump, el demócrata Joseph Biden, siempre estuvo unos puntos por encima del actual presidente, incluso en estados clave donde Trump había ganado las elecciones anteriores.
Que Donald Trump y su esposa hayan contraído el virus no sólo echa por tierra la constante actitud del presidente y candidato sobre la pandemia, a la que consideraba una simple amenaza que desaparecería mágicamente.
También, podría despertar una actitud de «te lo dije» en sus detractores y en el partido rival. Trump siempre trató de cambiar el tema y desviar la atención de los votantes lejos del nuevo coronavirus, pero al final la enfermedad terminó haciéndose incluso más relevante, afectando a su propia salud, la de su esposa y la de parte de su personal cercano.
Esto podría afectarle negativamente en las elecciones, con un público que sigue temeroso por la enfermedad y del que, según un estudio del New York Times y la Universidad de Siena, la mitad cree que lo peor de la pandemia todavía está por venir.
Sin embargo, la ironía también podría ayudar al actual presidente, pues en momentos como este los norteamericanos tienden a empatizar con su líder y orar por su recuperación, sabiendo que su estado de salud afecta directamente su situación social y económica.
Esto podría darle un respiro y «conmover» lo suficiente a los potenciales electores para terminar votando por él para el próximo periodo.
De momento, sin embargo, su campaña está en pausa a poco más de un mes de las elecciones y todos los eventos venideros están en riesgo de ser suspendidos.
Trump deberá enfocarse en ganarse la simpatía del electorado ahora que, tal como declaró, ha aprendido de la «verdadera escuela».