EEUU desarmó un plan para sabotear las elecciones presidenciales

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Foto: cortesía.

El director de Inteligencia Nacional de los Estados Unidos, John Ratcliffe, denunció ante los medios de comunicación del país un plan que tenía como objetivo sabotear las elecciones presidenciales venideras.

Sin revelar muchos detalles, Ratcliffe señaló que Irán estaría detrás de la campaña para desprestigiar el proceso electoral, que consistía en enviar a un grupo de electores mensajes amenazantes instándoles a votar por Donald Trump.

«Aunque no hemos visto las mismas acciones de Rusia, somos conscientes de que han obtenido cierta información de los votantes como lo hicieron en 2016. Estos datos pueden ser utilizados por elementos extranjeros para trasladar información falsa a los votantes registrados».

Los correos aparecían firmados por Proud Boys, una organización extremista que apoya al actual presidente. Sin embargo, el FBI informó que el origen de los mensajes estaba en Irán.

«Estamos en posesión de toda su información (correo electrónico, dirección, teléfono…todo. Actualmente estás registrado como demócrata y lo sabemos porque hemos obtenido acceso a toda la infraestructura de votación. Votarás a Trump el día de las elecciones o te perseguiremos. Cambia la afiliación de tu partido a republicano para hacernos saber que recibiste nuestro mensaje. Sabremos por qué candidato votaste. Me tomaría esto en serio si fuera tú», dice el cuerpo del mensaje, compartido por algunos ciudadanos que denunciaron el ataque en redes sociales.

También un video

De acuerdo con el funcionario, el FBI también reveló un video presuntamente distribuido por Irán, en el que se explica cómo votar de modo fraudulento desde el extranjero, una información que, aseguran, es falsa.

«Este video y cualquier información sobre esos votos supuestamente no son ciertos», dijo.

Lo mismo habían advertido horas antes el senador republicano Marco Rubio y el demócrata Mark Warner, jefes de la comisión de Inteligencia del Senado, quienes emitieron un comunicado declarando que «adversarios extranjeros buscan sembrar el caos y mermar la confianza en las instituciones democráticas, incluidos los sistemas electorales».

Este sería, entonces, el segundo escándalo electoral en el que una nación extranjera usa la Internet y redes sociales para intentar cambiar los resultados de unas elecciones presidenciales estadounidenses. En 2016, fue Rusia la acusada de sabotear el proceso electoral.