Pilar Urbina es una de las conductoras que salió muy temprano de su casa para meterse en una cola y ver si tenía chance de echar gasolina en una de las bombas de San Cristóbal.
Pero antes tuvo que pagar 10 mil pesos colombianos a otro conductor por solo 2 litros de combustible para poder llegar a la estación de servicio.
Sin embargo, Pilar no pudo llegar a su destino porque se quedó accidentada en el trayecto.
Contó a Radio Fe y Alegría Noticias que busca gasolina no por capricho ni lujo «sino para hacer las diligencias diarias, las compras…para eso es que uno la necesita».
Pilar vive en El Junco, a una media hora de la capital tachirense, y al igual que otros ciudadanos de la entidad debe salir desde las 3 de la madrugada, aproximadamente, para acercarse a una gasolinera e intentar surtir.
Pero en ese plan los usuarios pueden pasar entre 10 y 12 horas en la cola y muchas veces sin correr con la buena suerte de poder tanquear.
En Táchira la llamada mesa de combustible estableció el suministro no por terminal de la placa sino por el último del famoso chip o tag.
Por Jorge Labrador/Radio Fe y Alegría Noticias