Fundación Don Bosco de Mérida celebra 40 años 

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La fundación Don Bosco, organización que acompaña procesos sociales y educativos de niñas, niños y adolescentes desfavorecidos del estado Mérida, celebrará este viernes 8 de diciembre 40 años de servicio comunitario en los que la solidaridad es su principal activo para continuar con la misión.  

Mayra Liendo, parte del equipo fundador de la casa hogar que, con el paso del tiempo, comenzó a establecer nuevas actividades, relató a Radio Fe y Alegría Noticias cómo se dio inicio a este proyecto. Ella cuenta que el mismo surgió de la necesidad de ayudar por parte de unas jóvenes estudiantes del colegio Inmaculada Concepción de Mérida.

“Hace más de 40 años, un grupo de unas 20 personas tuvimos la dicha de participar desde el colegio Inmaculada Concepción que nos proponía, además del asunto educativo, lo que llamábamos actividades extraescolares, hacer trabajos con la gente. Ese grupo fue haciendo cositas y la más interesante fue lo que en el argot salesiano se llama los oratorios, la forma en la que Don Bosco inició su obra hace 200 años y nosotras hicimos parte de eso”, recordó Liendo.   

Ante el rechazo por parte de las hermanas de traer niños al colegio o hacer actividades con ellos en el centro educativo, las chicas que en ese entonces tenían 15 años de edad, comenzaron a mirar hacia el exterior, buscando la manera de acercarse a la realidad que se vivía en ese momento. Fue en esa circunstancia que las fundadoras vieron lo que sucedía en la calle con niñas y niños en situación de vulnerabilidad.  

“En aquel momento había niños limpiabotas, eso era una cosa muy emblemática. Nosotras empezamos a ver a esos niños y comenzamos. Hacíamos arepas y nos enganchábamos en la plaza de Bolívar, en la plaza del Llano, en la plaza de Milla, y fuimos reuniendo muchachitos alrededor de eso. Después no era solo comida, los llevábamos a pasear y entonces a alguien se le ocurrió visitarlos. Cuando fuimos a verlos, la cosa fue tremenda; nos conseguimos a un niño con su hermano con un tetero de harina, eso nos causó una cosa profunda”, manifestó la vocera.  

A raíz de ese episodio, las jóvenes estudiantes pensaron que era necesario buscar una casa e invitar a algunos de los niños a vivir ahí. Liendo recordó los testimonios del padre Nicoló en Bogotá y las experiencias de San Juan Bosco para iniciar ese camino que hoy es una realidad.  

“Lo más bonito es que, además de empezar a soñar nosotras, otras personas dijeron que sí también porque éramos unas criaturas, pero mi mamá, sus amigas, las exalumnas del colegio dijeron que sí. Entonces una trajo una cama, alquilaron una casa, dieron dinero y así todo empezó a fluir, de una manera mágica como hasta ahora”, rememoró Liendo.  

Foto: cortesía

Los programas bandera de la fundación

Pero como todo en la vida, surgen dificultades. A seis meses de crear la fundación, con la llegada de los niños y la atención que se comenzó a dar, sucedió un hecho que no fue tan trágico por gracia de Dios: un niño se cayó de la azotea de la casa cuando estaban jugando béisbol. 

“Esa fue la primera tragedia. El chamo se afectó bastante. Nosotras quedamos en shock y fue entonces cuando las personas que nos ayudaban se dedicaron a protegernos así nosotras atendíamos a los niños y un equipo de personas se encargaban de salvar los obstáculos y enfrentar los problemas”, precisó Liendo.  

Hoy día la fundación lleva a cabo dos grandes programas que son la bandera y el sostén de la organización merideña.  

“El primer programa es la Casa Hogar que está pensado desde sus inicios como un espacio de protección para hacer justicia a los problemas de vulnerabilidad y de riesgo en el que viven muchos niños en la ciudad. Lo que hacemos es invitarlos a que vengan aquí para apoyar a su familia, estabilizar a los niños, sus condiciones de salud, de alimentación, de higiene y después hacerle una propuesta educativa para que se desarrollen”, informó Liendo. 

El segundo programa consta de un centro de capacitación que, gracias a la alianza estratégica con la Asociación Venezolana de Educación Católica (AVEC), llevan a cabo desde hace 25 años con talleres de formación en diversas áreas.  

“Nosotros atendemos a los niños, jóvenes egresados, comunidad y población externa que va a capacitarse. Contamos con una importante dotación que brinda apoyo a la casa y al centro de capacitación en materia de cocina, tapicería, peluquería y estética. Allí hacemos cursos cortos que les permitan a los jóvenes ir al mundo del trabajo y eso le da un signo bello a la casa porque entra y sale gente, ves movimiento, la gente se solidariza”, argumentó Liendo.  

Foto: cortesía

Para que el proyecto se mantenga en el tiempo, Mayra considera que la acción solidaria es fundamental. Parte del esfuerzo durante este camino se debe a la ayuda desinteresada de muchas personas.  

“Si tuviera que decir algo, diría que es más lo que recibes cuando das porque todo siempre se devuelve. Dar sin medida es realmente extraordinario. Yo creo que el mundo no se acaba porque hay muchísima gente haciendo el bien. Nosotros, en la Navidad, a los niños les hacemos un cronograma de la cantidad de personas que se acercan y proponen lo que quieren hacer, dónde quieren ayudar. La verdad, es impresionante”, cerró Liendo.  

Como parte de la celebración de los 40 aniversario de la fundación Don Bosco, Liendo indicó que este viernes 8 de diciembre se suman a los actos conmemorativos de la fiesta de la Inmaculada Concepción. El día domingo 10 de diciembre se realizará la expo feria aniversario a cargo del centro de capacitación en la cancha techada de la institución.  

Ya para el mes de enero se anunciarán las siguientes actividades que formarán parte de la conmemoración de cuatro décadas de labor ininterrumpida de una organización que apuesta por la solidaridad para apoyar a los más necesitados.

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