La comunidad de Caracolillo se encuentra al sur del municipio Cruz Salmerón Acosta, del estado Sucre. Esta zona de la península de Araya es una aldea de pescadores en donde habitan unas 500 familias, que están clamando al Gobierno nacional y local que se restablezca la venta del combustible para que los trabajadores del mar vuelvan a trabajar.
“Queremos gasolina para trabajar”, exclamó Alexander Malvar, quien es uno de los aproximadamente 800 marineros que habita en este lugar.
Malvar aseguró que para salir a sus faenas diarias debe comprar a un dólar el litro de gasolina a personas que venden de forma clandestina.
Uniformados venden gasolina
A los reclamos de Malvar se unió Jonathan Rivero, otro marinero afectado, quien denunció a los funcionarios la Guardia Nacional, bomberos de Araya y policías del estado, de estar detrás de la venta del carburante de forma ilegal.
“Mientras hay que pagárselas a 60 y 70 dólares, ellos la consiguen gratis”, dijo Rivero, quien explicó que debido a esta situación los pescadores están saliendo dos días a trabajar y luego pasan cinco sin salir por falta de combustible.
Rivero explicó que realizan sus pescas a unas diez millas náuticas de las costas del estado Sucre, para rendir la gasolina y que les alcance para ir y regresar.
Detalló que unos pescadores deben correr el riesgo y quedarse en la noche en alta mar, a merced de los piratas del mar, para rendir el carbúrate.
Sin gas
Por otra parte, Carmen Sánchez, residente del lugar, manifestó que desde el año pasado no despachan las bombonas del gas doméstico. Ante esta situación, se ven en la necesidad de cocinar con leña.
“El humo está enfermado a la gente. El gobierno que atienda las necesidades del pueblo”, puntualizó Sánchez.
Asimismo, Tibisay Malvar, una ama de casa, denunció que los cilindros de 10 kilos son vendidos en la zona en 10 y 15 dólares. Agregó que también está sufriendo por la falta del agua potable.
Esta mujer informó que llevan siete meses sin recibir el líquido por tubería y narró que deben comprar un tambor de agua en 2.000.000 de bolívares.
También se quejó de los elevados precios de los alimentos y dijo que se ven en la necesidad de pagar por un kilo de arroz y harina de maíz unos 3.500.000 bolívares. “Un litro de aceite está en 8.000.000”, agregó.