Los próximos meses con una desaprobación del 58% marcarán el gobierno de Petro, al que le empiezan a surgir los primeros problemas con líos judiciales, políticos en su equipo de gobierno y familiares por la incriminación de su hijo en una asociación que lo llevó a recaudar miles de millones de pesos de forma irregular, al igual como le sucedió al expresidente Samper durante el proceso 8000 a mediados de los noventa, quien a diferencia de Petro, nunca pretendió hacer reformas “comunistoides” durante su gobierno.

A poco de un año de gobierno han comenzado a revoletear sobre la Casa de Nariño los negros rebullones que como sombras atormentaban la existencia de Juan Primito en Doña Bárbara, en el caso de este afortunado guerrillero, las circunstancias lo están obligando por razones políticas a: romper la paridad de su gabinete; a enfrentar un escándalo doméstico a causa de las interceptaciones ilegales de la jefe de Gabinete a la niñera que obligaron a la remoción de su embajador en Caracas y para rematar, otro escándalo a nivel de crisis con la intervención judicial que toca a las puertas del palacio presidencial por el tufo a corrupción que se desprende de su gobierno debido a las implicaciones de su hijo y su compañera de vida, con el ingreso de dineros sucios a su campaña presidencial, lo cual hace que un mal aliento marque el final del principio de su mandato. Trece meses después de su llegada al poder, la desaprobación de su gobierno está en 58%. El caso Petro padre versus Petro hijo, el cual llega casi a un culebrón, recuerda a La guerra de los Rose (1989) con Michael Douglas y Kathleen Turner.

Si se acepta que la política interna repercute en la política exterior por su “efecto mariposa” a nivel regional como bilateral, siempre se ha dicho en las adyacencias de ese tercer país que va a lo largo del Norte de Santander con las fronteras del Táchira, que cuando en Cúcuta hay gripe, en San Antonio tienen resfriado.

El restablecimiento de las relaciones diplomáticas, consulares y comerciales por iniciativa del presidente Petro con la renovación del Acuerdo de Alcance Parcial 28 (ALADI) representa un desafío para ambos gobiernos; pero el debilitamiento político del gobierno de Petro afecta nuestros intereses comerciales. Si bien el AAP tiene como objetivo definir el tratamiento preferencial que ambos países se otorgan en el intercambio bilateral, calculado con base en las corrientes de comercio históricas que existieron entre las Partes en el período 2006-2010; y de los casi cuatro que Caracas y Bogotá estuvieron incomunicadas, a raíz de la ruptura de relaciones el 23 de febrero de 2019, la reactivación representa un triple reto para Caracas en los temas de transporte, comercio y seguridad en la frontera.

El gobierno tendrá que lidiar con la lentitud burocrática que le caracteriza , si bien se reabrió el transporte, aún falta mucho para que el tránsito sea completamente libre como en el pasado, cuando se daba sin problema desde el estado Zulia, hasta Paraguachón en la Guajira. Quedan en consecuencia temas pendientes como la reactivación del sistema de transporte público de pasajeros y el intercambio y cruce de vehículos particulares entre las ciudades fronterizas mientras los vuelos aún están a la espera de reactivarse

La seguridad fronteriza es un tema crítico en el restablecimiento de las relaciones, representa uno de los mayores desafíos debido a la porosa frontera entre los dos países, pues a falta de presencia estatal, grupos armados han proliferado a lo largo de la frontera tachirense con los departamentos de Norte de Santander y Arauca y grupos armados como las “disidencias de las FARC, el Clan del Golfo y otros grupos más pequeños como el Cartel de Sinaloa, La Frontera, La Línea, el EPL y el Tren de Aragua”, tienen esta región en jaque. En conclusión, el restablecimiento de las relaciones no queda solo en la firma de un acuerdo comercial aunque necesario.

Los modelos de desarrollo de Colombia y Venezuela son distintos, aunque el objetivo pudiera ser el mismo, mejorar los niveles de bienestar de ambos países. Por ello la existencia de un marco jurídico para el comercio bilateral estimula el desarrollo de las complementariedades de ambas economías lo que incidirá en el crecimiento y equilibrio del intercambio comercial.

Indiscutiblemente, luego de la salida injustificada de la Comunidad Andina, con daños irreparables para la economía nacional. La renegociación del AAP28 es un paso inicial importante, si el mismo se perfila hacia los objetivos y propósitos de desarrollo y bienestar; si no queda como un acuerdo más, dentro de los anaqueles del acervo histórico de tratados y acuerdo comerciales firmados por la república, sin que los verdaderos ejecutores de estos compromisos se beneficien y hagan uso de ellos como es el Acceso a las Preferencias convenidas, considerando que los aranceles pueden representar un alivio a los sectores productivos y exportadores, pero también pueden ser también una desventaja a los sectores que compiten directamente con otras importaciones, en términos generales si no son debidamente negociadas se convierten en contractivas y reducen el producto, la inversión y el empleo en el conjunto de la economía. En este abanico de negociaciones las Reglas de Origen, son sumamente importante, aunque se han visto también como una nueva forma de proteccionismo; debido a que mientras más pequeño sea el país que negocia, más atenazado estará, si acepta reglas de origen restrictivas. En paralelo a las Reglas de Origen, se encuentran los Requisitos Específicos de Origen los cuales requieren de una alto conocimiento de los técnicos y negociadores en temas como productos agrícolas, petróleo; tejidos, confecciones, debido a la posibilidad de incorporación de insumos no originarios hasta 60% en ciertos sectores; mientras que las Medidas de Defensa Comercial defenderán nuestros interés con las Medidas Antidumping y Compensatorias.

La renegociación del AAP 28, representa una gran oportunidad y experiencia en especial para los nuevos negociadores y técnicos., quienes no pueden desconocer que en el pasado Venezuela adquirió una gran experiencia en estas negociaciones, al transitar desde los años 60, por los caminos de la integración económica con ALADI (60); el Acuerdo de Cartagena (67); el Tratado de Montevideo (80) que dio origen a la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC 80) y el Protocolo modificatorio de Trujillo que crea la Comunidad Andina y establece el Sistema Andino de I integración (96). Venezuela y sus negociadores mantuvieron en alto nuestros intereses en cada uno de estos esquemas.

La negociación de los anteriores tratados junto a la renegocian del AAP28, representa una sabia rectificación y una gran escuela en cuanto a lo que se refiere a las negociaciones comerciales por venir, teniendo presente que esa agenda a corto plazo exige la renegociación de ocho AAP y ACE con : CARICOM – (AAP.A25TM N° 24)Chile – (AAP.CE N° 23)Colombia – Ecuador – MERCOSUR (AAP.CE N° 59)Costa Rica – (AAP.A25TM N° 26); El Salvador –   (AAP.A25TM N° 27); Guatemala –   (ACE N° 23); Guyana –   (AAP.A25TM N° 22);Honduras – (AAP.A25TM N° 16)Nicaragua – (AAP.A25TM N° 25)Trinidad y Tobago – (AAP.A25TM N° 20); cada uno con sus Reglas Técnicas, para garantizar las condiciones de seguridad y protección de la vida y la salud humana, animal y vegetal; de protección de su medio ambiente y de prevención de prácticas que puedan inducir a error a los usuarios, sin que tales medidas constituyan restricciones innecesarias al comercio, todas con el fin de promover y facilitar un intercambio comercial de beneficio mutuo para las partes. Si nuestros negociadores no asumen el reto y la defensa de nuestros intereses comerciales y geopolíticos, que la patria se los demande.

Gerson Revanales es internacionalista y profesor universitario. @grevanales

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