Una Palabra Oportuna No. 1694

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Oración de la noche. Domingo 03 de abril de 2022.

Por José Francisco Aranguren, SJ

Cae la noche, y con ella llega la hora de retirarme ante ti a hacer acopio de lo vivido no solo hoy sino esta semana. Cierro los ojos y me relajo. Respiro profundo.

Paso a rememorar tu invitación del domingo pasado a tener la actitud del Padre de la parábola. Mientras veo mi semana me voy preguntando en qué momentos lo he sido. Veo cada día, dejo fluir los recuerdos y experiencias de estos últimos días. Mi vida, entra así en la oración. Hago silencio y descubro momentos que me pasaron inadvertidos por la premura o el cansancio…

Gusto lo vivido y me dispongo a pedir perdón por lo que no pude vivir, por lo que se me pasó por andar distraído. Esto también lo traigo a la mente. Puede ser que haya tenido momentos en los que juzgué como el hermano mayor, simplemente los recuerdo desde el corazón y la mirada del Padre misericordioso que tengo…

Abro mi corazón y mi mirada al presente y a lo que hoy me has dicho en tu palabra. Tú siempre perdonas, sin condiciones. Te importa mi presente y la fuerza con la que construya el futuro, no te empeñas en lo pasado. Yo ciertamente sí que soy así y hoy me invitas y perdonas diciéndome que «no peque más». Tu amor me sigue sorprendiendo. ¿Cómo es posible que tu perdón sea sin condiciones? Eso me cuesta digerirlo… ayúdame a irlo haciendo para ser realmente llamado hijo tuyo.

Me pongo en tus manos para esta semana que apenas empieza. Dame tu amor y tu gracia que eso me basta.

Amén.

Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.