La muerte del joven de 27 años, Rayshard Brooks, en manos de la policía de Atlanta reavivó las protestas contra la brutalidad policial con tintes raciales en los Estados Unidos.
Brooks recibió dos disparos en la espalda que, de acuerdo con el médico forense de Atlanta, provocaron daños en los organos y pérdida de sangre que terminaron causándole la muerte. Por tanto, el experto calificó el hecho como un homicidio.
Tras conocer el resultado de la autopsia, el fiscal distrital del Condado de Fulton, Paul Howard, explicó a CNN que el responsable de los disparos, Garret Rolfe, fue acusado de homicidio y asalto agravado.
«No parecía que Brooks presentara ninguna amenaza para nadie. El hecho de que esto escalara hasta resultar en su muerte parece irracional», dijo el fiscal.
La jefa del departamento de policía de Atlanta, Erika Shields, anunció que despidió a Rolfe, mientras que su compañero Devin Brosnan fue dado de baja administrativa. Shields renunció inmediatamente después.
Recuento de los hechos
Brooks se encontraba en la fila del autoservicio de un restaurante de la cadena de comida rápida Wendy’s esperando para ser atendido, cuando se quedó dormido al volante de su vehículo.
Minutos más tarde, dos oficiales de la policía de Atlanta, Garret Rolfe y Devin Brosnan, llegaron a la escena, pidieron a Brooks que apartara el vehículo y pidieron sus documentos reglamentarios.
Rayshard Brooks entregó sus documentos pasó más de 30 minutos conversando con tranquilidad con ambos oficiales y admitió que había bebido «un par de copas» durante el cumpleaños de su hija. «Se que sólo hacen su trabajo, chicos», se le escucha decir en videos revelados por la policía.
Durante el intercambio, Rolfe hizo un test de alcoholemia al ciudadano y le indicó que había bebido «demasiado para conducir», por lo que le pidió poner las manos en su espalda para esposarlo.
Pero Brooks se resistió al arresto y comenzó un forcejeo que terminó con el afroestadounidense intentando huir con la pistola paralizadora de Brosnan en las manos.
Es entonces cuando una cámara de seguridad del restaurante registra el momento en que Garret Rolfe dispara tres veces contra Brooks, quien cae al suelo. Algunos testigos también grabaron con sus teléfonos.
El agente que efectuó los disparos aseguró que Brooks había intentado disparar el Taser contra él «al menos una vez», pero la vocera del Buró de Investigaciones de Georgia, Nelly Miles, dijo que no podía determinar que eso hubiera pasado.
Igualmente, la alcaldesa de Atlanta, Keisha Lance Bottoms, declaró que no creía que el uso de la fuerza letal estuviera justificado.
Más protestas
Tras conocerse la muerte de Brooks en manos de la policía, manifestantes incendiaron el local comercial donde murió Brooks.
En Chicago, manifestantes pintaron una estatua del primer presidente de los Estados Unidos, George Washington, con el texto «tenedor de esclavos».
También un grupo de personas se concentró cerca de la Casa Blanca, en Washington DC, para protestar contra los abusos policiales con tintes raciales.
La muerte de Brooks llega semanas después de que George Floyd muriera asfixiado por un agente de policía que mantuvo su rodilla durante casi diez minutos sobre su cuello, a pesar de no oponer resistencia al arresto.