Los fallecimientos a consecuencia de las inundaciones generalizadas en Pakistán superan las 1.000 personas desde mediados de junio. En total son más de 33 millones de personas afectadas.
Así lo indicaron las autoridades, calificando la temporada monzónica como una “grave catástrofe climática”.
Inundaciones repentinas a consecuencia de las intensas lluvias arrastraron poblados y cosechas, y soldados y rescatistas trasladaron a residentes que habían quedado varados a campamentos de refugiados y proporcionaron alimentos a miles de paquistaníes desplazados.
La Autoridad Nacional para el Manejo de Desastres de Pakistán reportó que la cifra de muertos desde que la temporada monzónica llegó a 1.061 personas, luego de que se reportaran nuevos fallecimientos en las provincias del sur.
Sherry Rehman, senadora y la máxima funcionaria climática de Pakistán, dijo en un video publicado en Twitter que el país está experimentando una “grave catástrofe climática, una de las más duras de la década”.
Las inundaciones del río Swat afectaron a la provincia noroccidental de Khyber Pakhtunkhwa, donde decenas de miles de personas han sido evacuadas de sus viviendas a campamentos de refugiados establecidos en edificios gubernamentales.
Ciudades destruidas
Casi 300.000 viviendas han sido destruidas, numerosos caminos están intransitables y ha habido apagones generalizados, lo cual ha afectado a millones de personas.
El gobierno ha emplazado soldados para que ayuden a las autoridades civiles en las operaciones de rescate y alivio en todo Pakistán.
Mientras tanto, el ejército informó en un comunicado que rescató con un avión a 22 turistas que habían quedado atrapados en un valle del norte del país.
Apoyo internacional
La ONU ha pedido 160 millones de dólares de ayuda urgente que justifica su secretario general Antonio Guterres.
«La catástrofe climática ha matado a más de mil personas y muchas más han resultado heridas. Millones de personas se han quedado sin casa”, dijo.
Entre tanto, las escuelas y las instalaciones sanitarias han sido destruidas, “los medios de subsistencia han quedado destrozados, las infraestructuras esenciales han desaparecido y las esperanzas y sueños de la gente se han desvanecido», apuntó Antonio Guterres.
Campos, cultivos y cosechas han quedado devastadas. Una de cada siete paquistaníes, las se han visto dañadas por las inundaciones.