Oración de la mañana. Domingo 20 de marzo de 2022.
Por Mireya Escalante.
¡¡A florecer!! (Lucas 13, 1-9)
La Cuaresma es un llamado a la conversión, oyendo la Palabra y dejándonos mover por ella, para no ser como la higuera, que iba a ser cortada por no dar frutos.
Alguna vez hemos tenido una planta, que se va poniendo fea, o triste, o que ya no crece, mucho menos da flores… como nosotros mismos.
Cuando eso ocurre, nos acercamos con cariño, la revisamos, le movemos la tierra, nos prometemos comprarle un matero más grande o ponerle agua más a menudo. Estamos mucho más pendiente de ella.
Así es el gran Viñador con nosotros, sabe que no estamos bien, pero nos da muchas oportunidades y sobre todo nos brinda un cuidado especial, sabe lo difícil que es dar frutos en medio de un terreno hostil, pero confía en nosotros, sabe que queremos ser y sobre todo vivir, como sus hijos.
Tiene fe en que nuestra misión será, como la planta, adornar el entorno, brindar las flores y frutos que garantizarán una vida diferente para todos, más humana, más hermosa.
Nos toca a nosotros confiar en ese Padre amoroso que no nos quiere cortar, si no hacer que florezcamos.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.