Espiritualidad. Lunes 20 de junio de 2022.
Por Antonio Pérez Esclarín
Abba, papaíto…
Dios es un misterio incomprensible para la razón, pero Jesús palabra de Dios, lo manifiesta y revela como es. A Dios Jesús lo llama “Abba, Padre” y lo experimenta como un misterio de bondad, una presencia cercana y amistosa, comprometida a construir con nosotros y junto a nosotros una vida más humana.
Jesús no separa nunca ese Padre de su proyecto de combatir el mal y humanizar el mundo. Por ello, pide a sus seguidores abrirse al misterio de Dios, creer en la buena noticia de su proyecto, unirse a Él para trabajar por un mundo más justo y dichoso para todos, y buscar siempre que su justicia, su verdad y su paz reinen cada vez más entre nosotros.
Su pasión por Dios se traduce en compasión por todos los que sufren, por eso, seguir a Jesús es hacer nuestro su proyecto, cumplir en todo la voluntad del Padre que quiere que vivamos como hermanos y trabajemos por convertir este mundo inhumano en una gran familia en la que se viva el respeto, la justicia y el amor solidario y servicial. Familia que privilegia a los más pequeños e indefensos, no porque sean mejores, sino porque son los que más lo necesitan.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.