Oración de la mañana. Martes 22 de diciembre de 2020.
Por Herlinda Gamboa. Voz Julitze Mayurel.
Cafecito de la esperanza
Señor Jesús, en este amanecer invitamos a María, la mujer del Magníficat, junto a Ella proclamamos el canto de los pobres y humildes de la tierra. El Amor es el motor de su anuncio que se convierte en la fuerza que impulsa y da sentido a la historia.
Aunque parezca imposible de alcanzar, con todas las dudas que tiene nuestra fe sabemos que en algún lugar el dolor encuentra consuelo, la paciencia deja de esperar. En algún lugar el pobre encuentra su dignidad, la soledad advierte compañía, la incomprensión encuentra explicaciones. El odio descubre el amor, el tiempo perdido se recupera y la verdad sale a la luz. En algún lugar la muerte da paso a la vida, el silenciado recupera su voz y la justicia es restablecida. El hombre se encuentra con Dios.
Qué bueno creer en un Dios que cree en nosotros, que comparte nuestra suerte, nuestra historia. Que nos renueva y nos entrega la fuerza de sus sueños para que los hagamos realidad. Anhelos de un mundo nuevo, diferente, mejor para cada ser humano. Que no dejemos de soñar, que los acariciemos cada día, que se nos metan dentro con toda su fuerza y nos transformen.
Cada día con el sol renacen los tiempos, las oportunidades de alcanzar el cielo para liberarnos de lo que nos tiene presos y empezar a caminar hacia la plenitud. Creo en el Dios que María nos muestra en el Magníficat, pobre, humilde, cercano…
Danos tu amor y gracia que eso nos basta. Amén. PAZ Y BIEN.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.
