«Cambiar de un modelo educativo a otro no es automático»

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La profesora Olga Ramos advierte que en el momento en que se hizo la suspensión de actividades académicas el Ministerio de Educación debió haber acompañado la suspensión con una reprogramación del año escolar.

Tampoco tienen equipos, no tienen conectividad, ni todos tienen teléfono para poder comunicarse con sus directores y con sus estudiantes o con las familias con la regularidad que se requiere en medio de estas circunstancias.

Radio Fe y Alegría Noticias le consultó sobre la nueva forma que viene implementando el ejecutivo nacional para darle continuidad al año escolar 2019-2020 en medio de una suspensión de las clases presenciales enmarcada en el decreto de alarma nacional y en medio de una cuarentena social.

Ramos señala que se necesita tiempo para tomar previsiones.

«Y ese tiempo no se tuvo. Se está cambiando el sistema presencial por otro modelo», enfatiza.

Para la también integrante de la asociación civil Asamblea de Educación el segundo período terminó siendo un híbrido entre educación en casa y educación a distancia con diversas modalidades, «porque en aquellos sitios donde hay conectividad y los maestros tienen mejor preparación y existen algunas plataformas que se pueden utilizar, pueden estar hablando de algo que se llama educación en línea».

Sin embargo, cuestiona que en la mayoría de los casos se trabaja con una educación apoyada con un programa de televisión que no es de buena calidad, es deficiente por el tiempo que dura, por la forma de cómo está elaborado.

«No es lo mismo educar en casa, porque eso tiene un modelo, unas condiciones, unas características y una manera de evaluar, que hacer educación a distancia con las diferentes modalidades que se puedan instrumentar».

En ese sentido, opina que el modelo que se asociara a la denominación Cada Familia es Una Escuela tenía que estar muy bien planteado.

Pero la educadora es más acuciante cuando señala que «obviamente, esta situación nos agarró a todos desprevenidos. Sin embargo, un Estado serio dice que nos tomó por sorpresa, como a todos, esta contingencia y necesitamos tiempo para hacer el pase de un sistema a otro».

Las autoridades del Ministerio de Educación han tenido que informar que «estamos trabajando en el diseño en estos días. Y le sugerimos a las familias que se sienten con sus hijos y, por ejemplo, repasen lo que han visto en las últimas semanas».

Este procedimiento, cree, le hubiese permitido a las familias estar al tanto de lo que han venido aprendiendo los estudiantes, en qué áreas tiene deficiencias e ir anotando las formas posibles que con el maestro pudieran desarrollar para abordar estos contenidos «porque se sabe que no todos los docentes tienen acceso a internet, no tienen teléfonos inteligentes o inclusive están en zonas donde no pueden manejarse con planes de datos», acota Olga Ramos.

Maestros sin herramientas

Tampoco los educadores tienen equipos, no tienen conectividad, ni todos tienen teléfono para poder comunicarse con sus directores y con sus estudiantes o con las familias con la regularidad que se requiere en medio de estas circunstancias.

Se atreve a afirmar que el modelo adoptado por el ejecutivo no fue bien diseñado «y ese es un problema de partida».

Además, asevera que las condiciones en las que se está desarrollando el programa de televisión por los canales oficiales aumentan la desigualdad «porque muy pocos maestros que tienen formación para dar educación a distancia y cómo transformar su planificación presencial en una planificación a distancia».